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Turismo en Cuba

Foto: Rolando Pujol.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos ha marcado un punto de inflexión en la historia de ambos países. En materia de turismo, diversos estudiosos analizan el impacto que pudiera tener la eliminación de las restricciones de viaje a ciudadanos estadounidenses; aun cuando todo indica que ello no sucederá a corto plazo. Entre tanto, los analistas de la industria del ocio se adelantan al hecho y ofrecen sus valoraciones. El profesor José Luis Perelló Cabrera, doctor en ciencias económicas del Centro de Estudios Turísticos de la Universidad de La Habana comenta a OnCuba algunas previsiones en torno a este tema.

Hay que tener presente que el 50,79 % del arribo de visitantes a Cuba procede de Norteamérica, o sea, tres grandes segmentos: Canadá, nuestro primer mercado; Estados Unidos, y cubanoamericanos. El proceso tendiente a la normalización de las relaciones, desde el punto de vista de reuniones y firma de acuerdos, marcha de manera más acelerada que las posibilidades de Cuba para preparar las condiciones ante un aumento del turismo. No se trata solamente del turismo estadounidense. Según reportes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), al cierre de febrero de 2015 el turismo en Cuba (que ya había aumentado con respecto al año anterior), ha crecido un 14,2 %, lo que quiere decir que hay un crecimiento fuerte de todos los mercados, excepto de Rusia y Argentina. Todo ello representa un reto para Cuba y se necesita tiempo.

Se conoce, además, que Estados Unidos es el principal mercado emisor de turismo hacia esta parte del mundo, excepto para Cuba. Es un mercado que tiene altos niveles de gastos en el lugar que visita, lo que representa ventajas de tipo económico para los dos países, traducidas en un aumento de líneas aéreas, agencias de viajes, ofertas de los turoperadores, competencia en los medios de transporte, etc. Por otra parte, están los llamados intercambios de regalos. Una de las medidas anunciadas por la Oficina para el Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (OFAC) es la importación por valor de 400 dólares por visitante de compras en Cuba, que se pueden ingresar a ese país, de ellas 100 dólares en tabacos y rones. La pregunta sería si es suficiente la cantidad de productos autóctonos cubanos para abastecer la demanda. En el año 2014 visitaron la Isla 91 254 estadounidenses por concepto de asuntos religiosos, educacionales, investigativos y otros; lo que reportó para Cuba unos 146 millones de dólares directos en un año, en la misma medida en que es un reto para el país, pues tendría que abastecer el mercado interno para el consumo extranjero.

En ese sentido, es necesario acelerar los ritmos de nuevas construcciones amparados en la nueva Ley de Inversiones. Estamos hablando de la ampliación de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional “José Martí”, que ya comenzó, y que alcanzará una capacidad de 4 millones de pasajeros anuales, lo que puede que demore dos años y, en este tiempo, la situación de Cuba pudiera cambiar muchísimo, y aumentar más la demanda.

¿Se puede hablar de un mercado norteamericano hacia Cuba?

Creo que debemos hablar de mercado estadounidense pues, desde el punto de vista geográfico, Norteamérica incluye Canadá, que es el principal mercado turístico de Cuba. El razonamiento por el cual hay que comenzar es el siguiente: si del continente europeo tenemos a Francia, Alemania, Italia, España, que forman parte de un espacio o territorio geográfico, debemos prepararnos entonces para considerar al mercado estadounidense como un gran mercado emisor, un megamercado, y dentro de él estaríamos hablando también de California y Nueva York, para los que habría que desarrollar estrategias diferenciadas.

Puedo asegurar que el principal mercado turístico de Cuba es, y seguirá siendo, Canadá. En el año 2014 visitaron a Cuba 1 175 077 canadienses. Sin embargo, es muy difícil que arribe igual cantidad de estadounidenses. Habría que analizar las cuotas de mercado, que parten de la cuota histórica del Caribe, estamos hablando de 6,8 millones de estadounidenses que viajan a esta zona.

¿Qué intereses comerciales y turísticos tiene Cuba en este mercado?

Es obvio que el mercado estadounidense es el mayor mercado, tanto comercial como turístico y el más cercano a Cuba. Los intereses son mutuos. Cuba va a comprar, desde el punto de vista comercial, una gran cantidad de productos a menor precio, por cercanía, y EE.UU. va a vender una gran cantidad de productos a Cuba, aumentando su nivel de mercado. Para EE.UU. el mercado cubano es un mercado virgen que necesita, yo diría urgentemente, un abastecimiento general para elevar la oferta interna del país; lo mismo para el visitante foráneo que para el mercado nacional. Lógicamente, la Isla vuelve a ser, hasta cierto punto, el lugar cercano donde el turista medio estadounidense pase sus vacaciones, consumiendo los mismos productos que venderá EE.UU, pero disfrutando de la idiosincrasia cubana. No creo que existan otros intereses que no sean comerciales, turísticos y de distensión.

A su juicio, ¿cuáles son las tendencias de viaje más generales que caracterizan al turismo estadounidense?

Considero que los segmentos que viajarán a Cuba, en un primer momento, serán los estadounidenses de origen hispano-latinos, los jóvenes entre 18 y 34 años y los estadounidenses mayores de sesenta años, en estancias cortas. ¿Cuáles son las preferencias de estos segmentos que viajarán a Cuba? El 78 % preferirá lugares de interés histórico-cultural. Al 76 % le interesarán las compras, entre ellas el café Cubita o los cigarros y tabacos, una guayabera artesanal o quizás una pintura de un artista. En las visitas a pueblos y áreas rurales, se enmarca el llamado people to people, el contacto pueblo a pueblo, ese que autoriza EE.UU. y sobre el que los especialistas en turismo planteamos: ojalá todo el turismo mundial fuese people to people y no solo sol y playa, porque, además de lo que implica cultural y socialmente, en este acercamiento es donde se produce la ventaja económica del turismo. Ese turista de paquete todo incluido, no consume nada en la comunidad, no compra una gorra, un bate, porque ya pagó y lo tiene en el hotel. El 41 % se interesará por la gastronomía autóctona, sobre todo la no estatal, por los centros históricos y excursiones, preferentemente guiadas. El patrimonio cultural y étnico es otra de las motivaciones, las actividades nocturnas y los deportes acuáticos, precisamente porque el 18 % de los intereses de los turistas que viajan al Caribe se centra en este tipo de productos. Cuba es una isla y debe explotar al máximo el turismo náutico.

Desde su punto de vista, ¿cuál es el interés comercial que tiene la industria marítima estadounidense en Cuba? ¿Cómo se prepara la Isla para el turismo náutico?

Ante todo hay que tener presente que la industria marítima estadounidense es la mayor del mundo. Las principales compañías de cruceros que operan los mayores buques con 5 400 pasajeros y 2 400 tripulantes son verdaderos resorts flotantes. Cualquiera de ellos, arribando a un destino específico es comparable con el aterrizaje en un aeropuerto, al mismo tiempo, de 16 aviones Boeing 747. Por lo tanto, hay que preparar condiciones para recibir a esos cruceristas, que lo tienen todo en el barco y van a buscar la experiencia pueblo a pueblo, es decir, el atractivo radica en la escala.

Los puertos madres de estas líneas de cruceros se encuentran en la costa sureste de La Florida y, Cuba es el territorio más cercano en cualquier itinerario de cruceros. El transporte por ferry, como líneas marítimas comerciales al sur de La Florida, uniendo Bahamas y La Habana o líneas directas, permitirían un flujo de pasajeros y de carga, diariamente, con un significativo ahorro-costo del pasaje y de la transportación.

Con respecto al yatismo, hay que tener en cuenta que, entre las costas del sur de EE.UU. y Cuba, navegan más de 1 millón de yates de recreo. Considero que el principal producto-sector en la Isla, y con mayor crecimiento turístico es la náutica, en todas sus modalidades. Cuba, en un escenario distendido en las relaciones con Estados Unidos, se convertirá en el principal destino náutico del gran Caribe, incluido el Caribe insular y toda la cuenca.

Para este escenario, nuestro país ha venido preparando diversos proyectos. Es hacia allí adonde debe dirigirse el plan de desarrollo turístico y la inversión extranjera. Somos y seremos un destino náutico por naturaleza, como la mayor de las Antillas y como centro de la geografía del continente americano. Estamos rodeados de agua y de ella extraeremos riquezas para la construcción y desarrollo de un país y de una sociedad sustentable.

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