Ahora la calle 236 del Reparto Abel Santamaría es conocida en toda La Habana como “La Calle de las Piscinas”.
El Reparto Abel Santamaría, en Fontanar, Boyeros, fue una vez un Reparto Residencial. En los años 50 se construyó ahí decenas de casas elegantes, con amplios jardines y piscinas.
Ahora es un Reparto medio decadente con las calles llenas de baches. Mientras los antiguos ricos del Reparto nunca se dedicaron al alquiler, los nuevos dueños de esas hermosas casas viven prácticamente de este negocio. Del negocio de aliviar a la gente en una ciudad donde hay pocos lugares costeables en los que divertirse sobre todo en julio y agosto.
Un equipo de A Fondo recorrió varias de las más de 15 piscinas de alquiler en esta calle, que incluso estando localizada en un municipio tan periférico de la capital, sigue siendo una opción mucho más accesible que la piscina más barata de cualquier hotel.
15 cuc por persona es lo menos que cuesta pasar el día en las piscinas de algunos hoteles como el Habana Libre, el Presidente y el Riviera.
![Pasarse el día en una piscina de particulares cuesta la quinta parte de lo que se paga en las de los hoteles / Foto: Jorge Carrasco.](https://oncubanews.1eye.us/wp-content/uploads/2014/08/Villa-Tadeo-estaba-alquilada-en-el-momento-en-que-conversábamos-con-su-dueña-2.jpg)
En otros como el Panorama, el precio es 20 cuc por persona y en el Meliá Cohiba y el Meliá Habanani siquiera permiten entrar a la piscina a quienes no sean huéspedes o socios del gimnasio, lo cual cuesta más de 60 cuc al mes.
Lo primero que supimos al llegar a la calle 236 fue que, hasta para bañarse en las piscinas particulares, se pasa trabajo en La Habana:
“Muchas veces es un lío llenarlas”, dijo a A Fondo una vecina del Reparto. “El agua la ponen cuando les da la gana. Un ratico por la mañana en una de las sendas de la calle, y un ratico por la tarde en la senda del frente. Cuando la vuelven a quitar no viene más hasta las 12 de la noche”.
Esta vecina también dijo que las mejores de la cuadra eran “la Piscina de Carlos” y Villa Tadeo.
En Villa Tadeo el precio por estar desde las 10 a.m. hasta las 6 p.m. es de 35 cuc por 15 personas. Después de las 15 personas y hasta 60, cobran 3 cuc por cada uno.
Venden hielo y carbón, y el patio está equipado con un horno, una parrilla y un fregadero con su mesa de elaboración, para que los clientes cocinen lo que deseen.
Aunque en Villa Tadeo no ofertan comida, la dueña se apura a dar el número de teléfono de Luis, un señor que es vecino de la cuadra y que se dedica precisamente a llevar hasta las piscinas diferentes módulos de alimentos que vende a los clientes para que almuercen y coman.
“Todos los días -dice Luis- cocinamos para más de 200 personas. Las ofertas son bistec de cerdo con arroz moro, ensalada y vianda, por 50 pesos (2 dólares) ; pollo o chuleta de cerdo con las mismas guarniciones, por 55 pesos; y también vendemos piernas de cerdo de 23 libras, asadas en cazuela, con ensalada y vianda para más de 20 personas, por 80 cuc (70 dólares).
Además ofertan pomos de jugos de frutas naturales y bandejas con chicharrones, tamales en cazuela, y chicharritas de viandas, en moneda nacional.
El negocio de Luis, en una cuadra en la que no hay un solo establecimiento estatal en el que se venda ni siquiera agua, complementa el negocio de los piscineros a la perfección.
![En las piscinas se vende comida preparada desde U$D 2 por persona, incluyendo carne de cerdo, arroz, yuca y ensalada / Foto: Raquel Pérez.](https://oncubanews.1eye.us/wp-content/uploads/2014/08/turismo-cubanos-.jpg)
En “la Piscina de Carlos”, por su parte, también hay capacidad para un promedio de 15 a 60 personas. El cover es de 5 cuc por cada uno, e incluye un almuerzo de bistec de cerdo a la plancha con arroz moro, ensalada y viandas.
La dueña nos comenta, sobre todo, su preocupación con el alza en los precios de las licencias para alquilar legalmente.
“El año pasado -cuenta- pagábamos 900 pesos de licencia. Este año subió a más de 1500. Casi el doble. Y encima de eso, tenemos que entregar un 10 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de las ganancias totales”.
“Nosotros queremos hacerlo todo legal. Aunque tú sabes cómo es esto: los que no tienen licencia igual sobornan a los inspectores”, agrega mientras me enseña la licencia de Arrendador en Moneda Nacional, que ya está perdiendo su color rojizo, pegada al cristal del portal del frente.
¿Está reservada muy frecuentemente?
“Imagínate, mijo, en el verano los muchachos no tienen apenas adónde ir”, responde. “Pero ya ves: Cuba siempre tiene un pedacito bueno”.