Lo que a la gente le interesa de verdad no lo sabemos, por lo menos no a ciencia cierta. Eso que los sociólogos bautizan como “agenda pública”, en Cuba es secreto, confidencial, oscuro.
A falta de encuestadoras o agencias independientes de estudios de opinión interesadas en medir y describir nuestros pensamientos colectivos, y con una prensa de servicio institucional que se asoma a los temas “de la calle” solo a veces y con pinzas, los cubanos tenemos que procesar “lo que creemos que creemos” de manera muy precaria.
En Cuba hemos erigido esa institución llamada “radio bemba” como la instancia más propicia para autorepresentarnos a través del rumor y conseguir ideas comunes acerca de las cosas que ocurren o deberían ocurrir.
Diariamente ajustamos buena parte de nuestra comprensión del mundo con la lista de asuntos que escalan en el hit parade callejero. Depende de cuán cerca o cuán lejos estemos de los “dolientes” para que podamos reconocer hasta qué punto un tema realmente importa y a cuántos nos moviliza. Porque la mayoría de las veces solo tenemos como feed back el “cocinaíto” en familia, íntimo, sobre las “cosas públicas”, ese que se realiza en paz o a dentelladas a la hora de estar en casa, mientras suenan los calderos.
También algo nos aporta el pleno grito en el pasillo de una guagua a punto de estallar, cuando a un vociferante, cuerdo o no, le da por enunciar sus verdades; o al contrario, cuando en susurros cada vez más corrosivos se pasan, de boca en boca, ciertas ideas.
En ese fluir discontinuo, aproximativo, donde se configuran opiniones orales, ayudan además los juegos cotidianos que el humor y la música popular protagonizan; aunque los chistes y los estribillos tengan que atenerse a los bordes que la censura mediática establece.
La información disponible sobre lo que pensamos y queremos los cubanos resulta tan vaga e imprecisa, tan apreciativa, tan de tumba y vira…, que asusta.
¿Quién se atreve hoy a afirmar cuál es la opinión mayoritaria, y cuáles sus matices, respecto, por ejemplo, a las consecuencias del 17D y el progresivo acercamiento entre Cuba y Estados Unidos? ¿Quién y a partir de qué criterios puede definir cómo evalúan las personas en Cuba el proceso de reordenamiento económico, o el desempeño de un ministro, o las perspectivas de una nueva ley electoral?
El hecho de que la opinión pública no se estudie apenas, y que tampoco se difundan los resultados de sus indagaciones, no es un hecho fortuito, ni la consecuencia colateral de un descuido. El hueco negro de la opinión pública ha sido el tablero de operaciones ideal para que decisores tomen decisiones exonerados per se de compromisos medibles, cuantificables, escrutables. Suele darse por sentada la buena intención y la experticia de quienes administran recursos y diseñan políticas, en el contexto de una economía estatalizada. Y más grave aún, se da por sentado el consenso.
En Cuba, muchas decisiones se han modelado después de asambleas públicas masivas. Recuerdo bien, porque lo viví en plena conciencia, el proceso de reuniones previas al IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, en ese parteaguas que fue 1990. Igual ocurrió durante los Parlamentos Obreros, o más recientemente durante la discusión de los Lineamientos…, o del Código de Trabajo. En todos los casos la cantidad de participantes fue abrumadora, y también el volumen de propuestas. Pero en ninguna de estas experiencias, al finalizar, se devolvió al público el examen estadístico de los criterios que las personas, esperanzadas, ofrecieron.
La apropiación institucional del balance de la opinión pública en esos eventos y la falta de socialización de los resultados, no como documento final sintetizado, procesado, sino en su aspecto estadístico y sin interpretaciones, distorsiona el valor consultivo de estas experiencias.
En ese panorama, el pequeño grupo de cubanos que desde la isla nos conectamos a Internet o a algunas redes (25 por ciento de la población), hemos visto cómo ha ido creciendo en esta zona de la vida, virtual, un nuevo espacio de vertimiento de opinión: la zona de comentarios de la prensa digital, donde los usuarios, anónimos o a camisa quitada, desde la Isla o desde fuera, le buscamos la quinta pata al gato de forma bastante liberada, a pesar de la falta de costumbre.
Aunque casi todos los foros se moderan -también en OnCuba, por cierto-, los usuarios de sitios web como Cubadebate o incluso Granma, cada vez consiguen aproximarnos mejor a una visión del heterogéneo espectro de opiniones que vamos elaborando día por día; y no solo sobre asuntos estrictamente políticos. El principal valor de estos espacios es que convierten el ejercicio de oralidad, en escritura.
La palabra escrita, aunque sea en letra digital, es recuperable, citable, contestable, y por todo ello más poderosa: un ágora ad hoc. De paso, compartir criterios allí va nutriendo la imagen de nosotros mismos, proteinizando nuestros acuerdos, fraguándolos en el trasiego colectivo entre el mundo real y el virtual.
No obstante, todavía vemos que se puede “caer el mundo”, que los foristas pueden argumentar con sabias interpretaciones o desgañitarse, sin que esa expresión genere respuestas. Todavía la agenda pública allí recogida, esa pequeñita constancia de lo que pensamos, parece afectar poco o nada la agenda institucional de los servidores públicos.
La mayoría de las veces, tal como ha ocurrido recientemente, a partir de los nuevos equívocos en las pruebas de ingreso a la universidad, los actores institucionales no parecen sentirse en la obligación de replicar, se muestran elusivos. Frente a estos debates, muchas veces ejemplares, pasan de largo aquellos que desde ministerios, o empresas estatales millonarias, se apoltronan seguros de que un bit de opinión no les tuerce el rumbo. Pero la suma de ellos…, ah… ese día magnífico en que el 75 por ciento de los desconectados de hoy se vuelvan ciudadanos digitales, podría cancelar tanta soberbia.
De acuerdo. Creo que ese desdén por medir científicamente la opinión pública no muestra otra cosa que el desdén por la gente. Para que voy a medir si no me importa tu opinión, o en el mejor de los casos voy a seguir haciendo lo que me da la gana.
Me gusta este trabajo,tienes razon en cada planteamiento.A veces me da la impresion, que estamos viviendo con un poco de temor,que no somos reales.
Saludos profe
Los actuales gobernantes de Cuba han planteado desde los inicios que: su gobierno es del pueblo y para el pueblo. Que su lucha era para restaurar en Cuba todas las libertades o, conquistar toda la justicia…
En este trabajo periodistico, en mi opinion muy serio y bien estructurado, se ilustra parte de una realidad penosa que aqueja y lacera a la dignidad de cada cubano. La informacion en Cuba Socialista, el derecho de opinion en Cuba Socialista, entre otros derechos usurpados o negados al pueblo Revolucionario, son las Armas nucleares de la ideologia con las que los Eternos Jovenes Reveldes han inpuesto e imponen su Voluntad a la nacion que un dia los recibió en las calles como portadores y simbolos de la libertad por siglos anhelada. Se debe escribir mucho y usar cada espacio posible con argumentos solidos, reales y sin descalificaciones ni suterfugios para ilustrar la realidad de una nacion enmudecida o silenciada por decadas. Que se escuchen todas las voces, incluso la de los que no han callado nunca, incluso la de los que desechan los comentarios de los que como yo Seguimos opinando en Cubadebate o granma sin que hayamos visto jamas publicados nuestros comentarios, respetuosos pero diferentes, sencillamente porque tenemos una vision u opinion diferente que no se ajusta a la vision o conceptos de Libertad que los que gobiernan Cuba, defienden con el derecho que ellos, al igual que nosotros, poseen por ser cubanos…
El silencio es un arma poderosa, sirve para decir tantas cosas sin que nadie tenga como demostrar su verdadero sentido, es una arma pública archiconocida, sirve para medirlo todo o casi todo y aunque no lo crean es una intitución jurídica de la que poco se habla, sobre este tema solo he podido observar en mi opinión que se transfigura con toda intención en un método ¨pasivo¨ de gobierno, pero gracias a la inteligencia popular existe un refrán que lo descrubre…..¨el que calla otorga¨.
El acceso a Internet será restringido hasta más no poder, pues la incomunicación y la falta de espacios de opinión ciudadana son claves para la impunidad y la arbitrariedad con que se toman las decisiones que afectan la vida de todos.
Valiente artículo que pone el dedo en la llaga. Toda sociedad, si quiere mejorar, tiene que conocerse a sí misma. Si no nos conocemos, cómo vamos a darle respuesta a los desafíos que en nuestro caso son gigantezcos.
Genial Milena!!! Ejerces un periodismo ejemplar! Te suscribo 100% y quisiera destacar el cierre de tu artículo:
“(…) Frente a estos debates, muchas veces ejemplares, pasan de largo aquellos que desde ministerios, o empresas estatales millonarias, se apoltronan seguros de que un bit de opinión no les tuerce el rumbo. Pero la suma de ellos…, ah… ese día magnífico en que el 75 por ciento de los desconectados de hoy se vuelvan ciudadanos digitales, podría cancelar tanta soberbia.”
La publicidad supone: acceso abierto y confluencia plural de públicos y temas; capacidad -legal y fáctica- de los comunicadores y ciudadanos de confrontar y rebasar la censura; medios -que pueden ser privados, públicos- asociativos, públicos-estatales o alternativos- cuya labor se rige por esos elementos antes mencionados….todo lo demás -el monopolio de un estado-partido que confunde “información” con “propaganda” o las oligarquías enraizadas en las instancias de poder que administran noticias y crean sentidos- atentan contra dicha publicidad y sus efectos ciudadanizantes
Como dice Alzugaray, verdades conocidas y conspiradas en silencio, ¡salgan al debate sincero, honesto pues en la diversidad compartida encontramos la verdadera razón de nuestra lucha.
Una pregunta sería por qué a los decidores, actores institucionales, servidores públicos… aka gobierno cubano, deberían preocuparse por esa opinión pública, en particular por ese 25 % que tiene acceso a algún Internet (56kbps solo permite ese “algún”). ¿Por qué deberían rendir cuentas a esa opinión pública? ¿Qué amenaza representan para el poder encarnado en la cúpula del PCC?
La elite gobernante en Cuba ha utilizado otras vías para renovar el consenso en torno a ese proyecto que bautizaron como “Revolución”. Maestra en propaganda, que algunos en la academia creen torpe. Muchos ciudadanos quieren reformas, pero solo unos pocos reclaman cambios profundos en el orden político del país, por ejemplo. ¿Por miedo? ¿Ignorancia? ¿Compromiso? Hay 11,2 millones de razones y la mayoría de ellas se inclina por mantener en el poder al mismo grupo desde 1959.
Habitante de un país donde el acceso a Internet resulta prácticamente un derecho, me permito cierto escepticismo ante el efecto de ese 75 % conectado. ¿Todos se convertirán en participantes en foros, blogs, medios digitales, periodistas ciudadanos, consumidores de fuentes distintas a la receta conocida? Y ese contacto con el mundo digital, ¿borrará las 11,2 millones de razones y transformará a un pueblo dócil en uno que despierte a la realidad de 60 años viviendo en un “hueco negro”? ¿La sed democrática de los cubanos renacerá así, gracias a un toque de magia virtual?
Sospecho que los decidores, actores, servidores… tienen otros planes. Y mientras en los foros los muchachos juegan, ellos se ocupan de los asuntos serios, en la mesa con Moscú, Brasilia, Bruselas, Beijing y, sobre todo, Washington.
Y que la autora, mi querida profesora, me perdone la dosis de pesimismo.
A la autora. El tema resulta reiterativo, pero concuerdo completamente en volver sobre el hasta el cansancio hasta tanto no se resuelva el asunto. En el transcurso del tiempo se reproducen las consecuencias, diria que hasta se magnifican, al mantenerese las causas. Al menos va quedando el registro documental de la razon de la sinrazon del reclamo hasta ahora olimpicamente ignorado.
Desconozco de donde toma el dato de un 25 porciento de conexion, datos de otras fuentes situan la conectividad entre el 3 y el 5 porciento. Como simple lector, no puedo avalar este dato pero afortunadamente vivo en Cuba, tengo amistades que son estudiantes universitarios, otros trabajadores de centros importantes y por ellos conozco de serias dificultades que limitan y hacen poco utiles las facilidades existentes. Pueden estar en el 25 porciento las conexiones a Intranet, quizas utiles, pero de ahi a considerarla Internet es una broma. Existe infomed, con un buen numero de usuarios, muy util para ell sector de medicina pero conozco esa red, brinda enlaces internacionales a sitios con literatura medica y permite accesos a correo electronico y ….. punto. Existen otras redes, menos extensas y menos conocidas, sobre las que mi ignorancia impide dar mayores datos, pero se de sus limitaciones por referencias de quienes tienen acceso a ellas. Numero y estado de computadoras, imperfecciones de las redes de trasmision por alambre de cobre con modems telefonico, ancho de banda, limitaciones en los servidores y otros asuntos que esfuman las posibilidades de emplear exitosa y LIBREMENTE los accesos de quienes son afortunados de tenerlos.
Adiciono a lo dicho que en la mayoria de los casos las conexiones a Internet autorizadas son desde puntos habilitados, no desde los hogares. Si quiere accederr, pues moverse. Por otra parte, usted es advertido que se hacen trazas con el registro de las conexiones realizadas por cada quien, para las conexiones en las casas solo se puede emplear el numero de telefono residencial del usuario pues se ancla el servicio al mismo, se hacen supervisiones sorpresivas de los accesos y contenidos. Se fijan cuotas de uso mensual.
De las conexiones por el servicio en los puntos de ETECSA es mejor ni hablar, incomodidades, tiempo, costo, ineficiencia las hacen una quimera. Sin extenderme, 25 porciento A INTERNET es una cifra ridicula, una artimana, un juego malabar con los numeros, esto aun sin mencionar las limitaciones, regulaciones, imperfecciones y amenazas que rodean el tema. Internet, Vade Retro. Saludos, felicidades por el escrito y excuseme alguna ironia, no es en su contra.
Milena, relei su articulo, reitero mis felicitaciones. Existen centros de estudios sociales, en realidad no se cuantos podran ser ni el ambito de sus investigaciones, pero al menos hay sobre la mujer y sobre la juventud. Por supuesto los resultados de sus trabajos son totalmente secretos e igualmente obviados. Poseo un amigo graduado de sociologia que trabajo en investigaciones al hoc. Los trabajos presentados siempre pasaron a dormir en la gaveta del archivo, hasta ahora siguen ahi esperando al Principe Azul que las despierte. Lastima que el tiempo transcurrido les habra restado actualidad. Mi amigo renuncio hace rato y se dedica a otra cosa.
El desconocimiento de la opinion de las personas ocurre a contracorriente del apego oficial a las estadisticas para calzar lo que les interesa. Tal es el caso de la asistencia a las elecciones, rendiciones de cuentas y demas. Caballerias de tierra entregadas en usufructo y demas. Recuerdo colateralmente que el PCC posee un mecanismo de Opinion del Pueblo, por naturaleza clandestino, burocratico y poco confiable pero que quizas sea mas tenido en cuenta. Saludos.
es una pena que la solución prevista sea q se conecte la población para acabar con esa soberbia. el modo en que pienso el asunto es más doloroso, obedece a profundos problemas de la naturaleza humana y de la historia. no somos víctimas de ahora, ni comenzamos a serlo de una sola vez, aunque sí ya desde hace bastante tiempo. el juego de la opinión pública es el nuevo asidero que se reclama ante el cambio de condiciones materiales que las tecnologías crean, mas hasta un niño sabe cuando se le engaña, así como quien engaña. bien pensada la cosa, bien pensada, todos somos culpables, es cierto que unos más que otros.