La producción de ladrillos en Las Tunas vivirá una “revolución” luego de que culmine el montaje de nuevas tecnologías con inversión extranjera. Los planes, en jornadas de ocho horas, prevén garantizar hasta 22 mil piezas, con destino al mercado nacional e internacional.
Ahora se ultiman los detalles para la puesta en marcha de las máquinas de corte del ladrillo Caravista, una variedad que “ahorra significativamente” el uso de materiales como el cemento, reporta la Agencia Cubana de Noticias.
Tal propósito se gesta por medio de la asociación de la importadora y exportadora Agroint de la provincia y el empresario argentino, Juan Margrina.
“Ya está en proceso la producción de piezas a partir de la edificación de hornos desmontables, un fenómeno sin precedentes en la industria cubana y que garantiza la obtención de mayores volúmenes”, dijo al medio de prensa Alberto González Hernández, director general de Agroint.
De acuerdo con Hernández, comenzaron el corte de piezas de forma manual, “pues la máquina central de impresión está en fase de terminación, en un proceso que puede extenderse hasta el mes de mayo”.
Este tipo de ladrillo destaca por su conformación ecológica a partir de la sustitución de arena por materia orgánica. Se logra en una mezcla de arcilla con insumos como carbonilla, aserrín, estiércol, cáscara de arroz y otros que garantizan una cocción eficiente, además de su fácil y económico acceso dentro de la provincia.
Según declaraciones anteriores de Margrina a medios locales, se trata de “un ladrillo que se pega con cal” y “baja casi un 50 % el costo de las construcciones y contribuyen al cuidado del medioambiente porque son completamente ecológicos”.
González Hernández señaló que los hornos desmontables se construyen a partir de los propios ladrillos en forma de pirámide y se les da el tamaño deseado según la demanda. “Esto permite el uso de todos los elementos una vez terminado el proceso, con un mínimo uso de materias primas como la leña y un resultado final de alto impacto en su calidad y dureza”, precisó.
Actualmente, la producción concentra su fuerza en los ladrillos, pero la intención de la entidad es potenciar cuatro productos fundamentales que incluyen también adoquines, baldosas para pisos y rasilla para cubiertas.
En un primer momento, Agroint tiene la intención de instalar nuevas plantas en la Empresa de Granos de Las Tunas. Más adelante, pretende consolidarse con pequeños, medianos y grandes productores de piezas de cerámica en todo el país.
Según un reporte de Tiempo 21, Las Tunas contaba con 16 tejares estatales y otros 60 operados por trabajadores por cuenta propia para la producción de ladrillos de barro en 2019. En conjunto, el territorio produce entre tres y cuatro millones de unidades al año, tomando en cuenta los últimos datos disponibles.
Ver para creer. Sobran los proyectos bien calificados que concluyen siendo un desastre. Es que el trópico caribeño tiene algo, un no se que, intronizado en el ADN de los cubanos que no ayuda!.