Proyecto comunitario, espacio para la creación y la instrucción artística, para la promoción de la cultura popular y la preservación del medioambiente, jardín, huerto y hasta biblioteca. Todo eso y más es el Patio de Pelegrín, un lugar que a lo largo de 20 años ha sido un punto de confluencias y crecimiento para los residentes de Puerta de Golpe, en Pinar del Río, y también para los numerosos visitantes que han acudido a este singular sitio desde su fundación.
Nacido dos décadas atrás, en 2002, en el municipio pinareño de Consolación del Sur, el patio es fruto de la motivación y el empeño del artista, instructor y promotor Mario Pelegrín, quien, a su vez, se inspiró en la finca Vista Hermosa de su abuelo materno Eliseo Pozo. El propio Mario cuenta que su abuelo fundó, sin saberlo, un proyecto en el que la naturaleza y las personas eran los protagonistas, y de esa experiencia partió para idear este espacio.
Fue una fiesta dedicada a San José, patrono del pueblo, lo que marcó el origen de este proyecto sociocultural comunitario sin fines de lucro, en el que Pelegrín es alma y coordinador, la bujía que ha contagiado a muchos otros para mantener vivo un lugar a pesar de las carencias y dificultades crónicas de la Isla, del impacto del tiempo y también, en los últimos años, de la pandemia. Esta última impuso un silencio desacostumbrado, pero Pelegrín y sus compañeros de travesía confían en recuperar toda la actividad de antaño.
Cursos y talleres para niños, jóvenes y adultos mayores, exposiciones, canturías y otras actividades culturales, han formado parte de la vida de este desde su creación, que también cuenta con un café, un taller de cerámica, un mini museo rústico, una biblioteca —la única de carácter público en Puerta de Golpe, que honra con su nombre al poeta español Miguel Hernández— y un organopónico, donde se cultivan hortalizas, frutas, viandas, plantas medicinales, que cuenta con la categoría de Excelencia por su variedad y calidad, y tiene en los habitantes de la zona a sus consumidores naturales.
Por su labor, el Patio de Pelegrín ha recibido reconocimientos como el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, el Premio Memoria Viva, el Premio Iberoamericano Elena Gil y tres premios De donde Crece La Palma, y ha recibido la visita de delegaciones internacionales y movimientos de solidaridad como el grupo Pastores por la Paz. Pero lo fundamental para Pelegrín es lo que ha ofrecido y representa para sus coterráneos, para un pequeño pueblo que tiene en el patio un sitio para el aprendizaje y el esparcimiento, para crecer personalmente y preservar la cultura local.
Hasta allí llegó recientemente nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez, y nos dejó testimonio gráfico de un sitio que se empeña en recuperarse tras la pandemia y en seguir contribuyendo al bienestar de su comunidad.