Ni siquiera un reservorio como el Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila es inmune a la sequía que afecta a esta provincia y al resto del país. Estas fotos, sin embargo, fueron tomadas meses atrás, cuando el agua quieta, más que agua, parecía espejo y uno no puede sino dejarse llevar por sus encantos.
Con unos 40 kilómetros de extensión, el Gran Humedal se enseñorea en las costas de los municipios Morón, Chambas, Bolivia y Primero de Enero, y comprende los cayos adyacentes. Incluye tres áreas protegidas: la reserva ecológica Centro-Oeste de Cayo Coco y los refugios de fauna El Venero y la Loma San Judas de la Cunagua; así como dos lagunas naturales, La Redonda y La Leche, esta última, costera de tipo albufera, única del país.
Unos pocos como el viejo Manuel, saben deslizar sobre el agua mansa la pequeña embarcación. Él conoce de memoria los vericuetos del bagá y hasta donde “el jején puso el huevo”. Se gana la vida llevando en su sencilla “chalanita” a los extranjeros que llegan a observar aves o a los curiosos, como nosotros.
Desde 2002, el Gran Humedal fue declarado Sitio Ramsar por la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas.
Según los entendidos, los principales tipos de vegetación del Gran Humedal son bosques y pastizales pantanosos y manglares. Con frecuencia se avistan poblaciones de aves acuáticas, entre ellas flamencos y cormoranes, además de otras especies más comunes, como la marbella y la yaguasa de pico negro.
Muy bellas fotos. Todo un paraíso terrenal.
Presioso ese lugar de mi querida tierra