El Gobierno cubano decidió aplicar desde este miércoles un incremento de los aranceles a la importación de cerveza de malta, una medida que no considera “aislada”, sino parte de las “proyecciones para corregir distorsiones”.
De acuerdo con la Resolución Conjunta 2, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 25, del 24 de abril de 2024, las carteras de Finanzas y Precios y de Comercio Exterior y de la Inversión Extranjera aprobaron un aumento del 20 % de las tarifas arancelarias para quienes importan esta bebida a la isla.
En cambio, será de un 10 % para quienes lo hagan desde una Nación Más Favorecida (NMF), una categoría que engloba a socios comerciales beneficiados de manera particular por las autoridades cubanas.
En su página oficial, el Ministerio de Finanzas y Precios argumenta que esta “proyección debe tributar a estimular y proteger la producción nacional”, así como “el incremento de la capacidad productiva instalada en el país, conforme la práctica internacional”.
A finales de enero de este año, el paquete de medidas anunciado desde diciembre de 2023 en el Parlamento se había consignado el incremento en las tarifas arancelarias a la importación de tabacos, cigarros, rones y otras bebidas alcohólicas.
“La medida va encaminada a la protección de la producción nacional en esos rubros”, argumentó entonces una escueta nota de Cubadebate.
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En ese caso, se trataba de una resolución conjunta de los ministros de Finanzas y Precios y de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Vladimir Regueiro y Ricardo Cabrisas, respectivamente, que estableció el incremento de las tarifas arancelarias a la importación de tabacos, cigarros, rones y otras bebidas alcohólicas.
En esa fecha se dictó un crecimiento del 30 % para la importación de tabacos, cigarros, rones y otras bebidas alcohólicas, el cual será de solo de 15 % cuando esos productos provengan de países con el trato de nación más favorecida, a partir de acuerdos bilaterales firmados.
Esa resolución también estableció la bonificación en el pago del impuesto aduanero a las importaciones de materias primas, insumos y bienes intermedios con destino a procesos productivos locales. De ese conjunto, se focaliza la producción de alimentos y la producción agropecuaria, consistente en la reducción de su tipo impositivo en un 50 %.
“Esta proyección debe tributar a estimular y proteger la producción nacional y el incremento de la capacidad productiva instalada en el país, conforme la práctica internacional”, asegura el Ministerio de Finanzas y Precios en su sitio oficial.