Luego de presentar opciones por diferentes vías y después de largos meses de espera, quienes aspiraban a trabajar como guías de turismo en Cuba dentro del sector privado, vieron frustradas sus esperanzas. La negativa del Ministerio de Trabajo y de Turismo de sacar esta actividad económica de la lista de actividades prohibidas dentro del sector privado en Cuba ha hecho imposible ejercer de manera legal esta actividad en el país.
La decisión se dio a conocer en una carta de la ministra de Trabajo y Seguridad Social Marta Elena Feito Cabrera enviada a un grupo de personas que habían estado promoviendo la aprobación e incluso habían llegado a reunirse con funcionarios de alto nivel del gobierno para analizar el tema. Las esperanzas se hicieron añicos cuando se supo la decisión final, hace poco más de un mes.
“No sé por qué niegan esa actividad —explica José Enrique González quien lleva a cabo este trabajo bajo la modalidad de free tour (en la cual el guía gana a partir de las propinas, de forma individual)—, porque el guía no va a crear una agencia de viajes, por eso una de las respuestas que dio el ministerio no tiene sentido: alegan que en Cuba no se pueden crear agencias de viaje u operadores turísticos”.
Al respecto explica que en el caso del guía cubano “sencillamente porque está en Cuba le resulta imposible crear una agencia de viajes por la simple razón de que no tiene acceso a tarjetas Visa o Mastercard y casi ningún acceso al sector financiero mundial, donde pueda comprar al por mayor servicios turísticos de hoteles, transporte, vuelos, ni siquiera (tiene acceso a) una página web, porque es cubano y debido a las condiciones en las cuales vivimos, bajo un bloqueo férreo, no podemos”.
Arturo Mesa, traductor y guía de turismo, comenta a OnCuba: “El Estado pierde mucho porque en un futuro post pandemia el turismo será más individualizado y el turismo nacional se basa en grandes agencias; (al Estado) no le será fácil manejar la personalización, ni tiene personal para eso. Ahí vendrían los guías a salvar el sistema y a generar ingresos al país. Además de que la competencia te haría diseñar programas muy novedosos y vincularlos al desarrollo local, a esto habría que sumarle los impuestos, todo eso lo pierden”.
La respuesta de la ministra de Trabajo y Seguridad Social no expone ninguna razón nueva respecto a la prohibición de la actividad, “se prohibió esto por miedo a una competencia fuerte de la parte privada y porque es la mayor entrada de efectivo limpio al país. Muchos pueden abandonar las agencias, cosa que yo no creo. Yo no dejaría la mía, pero sí crearía algo propio, cosa de garantizar trabajo lo más posible”, señala Arturo Mesa a OnCuba.
A su vez José Enrique refiere que “también está la gran justificación que siempre ponen, afirman que si permiten guías privados entonces habrá personas inescrupulosas que lo van a hacer mal, pero no es necesario prohibir al guía privado para que eso no exista porque existen muchos guías estatales que ya lo hacen, aunque no es lo habitual”.
Prohibiciones, conflictos, soluciones
En Cuba, la modalidad de guía turístico por cuenta propia es efectuada de manera informal. “El guía privado ya existe, incluso de manera legal porque el dueño de una casa de renta hace de guía, el taxista hace de guía, incluso el mismo chofer de un bus para extranjeros hace de guía. Al final, no es necesario tampoco sacar esa licencia en específico para que prohíbas al guía. Quitando esa licencia o quitando la actividad de guía turístico del sector por cuenta propia, no estás limitando la actividad, porque esta va a seguir funcionando”, comenta el joven guía José Enrique a OnCuba.
“Si ya está aprobado el taxista (en el sector privado) no tiene nada de malo aprobar a su acompañante natural (el guía turístico). Muchas personas gustan de viajar sin restricciones y no en grupos, por tanto no vienen (a Cuba). Aquí se ganaría otro sector importante”, argumenta Arturo Mesa.
Roxana, una de las jóvenes guías que radica en la provincia de Cienfuegos, nos comentó que antes de que fuera efectiva la decisión de no legalizar la práctica privada de la actividad “se esperaba que en algún momento la aprobaran, no para todo el mundo porque planteamos la opción de que para presentarte a la actividad por cuenta propia de guía de turismo, tendrías que presentar información académica o un aval. Por ejemplo, aquí en Cienfuegos está la escuela de hotelería y turismo que ofrece el curso de guía de turismo, un título certificado con toda la preparación e información para ejercer como guía”. No obstante, esto tampoco fue tomado en cuenta.
Según nos cuenta José Enrique, “lo que solicitábamos los guías en la carta, la cual también firmé era que se eliminara del listado de actividades prohibidas las del guía de turismo, ese guía local que conoce su entorno, el que está conectado con proyectos de desarrollo local, con casas de renta, taxistas privados, un guía que posiblemente tenga un poco más de conocimiento de la zona donde trabaja que un guía estatal, dígase Trinidad, Viñales, La Habana”.
Este resulta un planteamiento lógico a todas luces, pues la aprobación de la solicitud ayudaría a focalizar mejor los recorridos y paquetes turísticos, con guías especialistas en la zona específica donde trabajen, una variante que ayudaría a crear empleos y brindar un servicio de calidad a quienes decidan visitar los diferentes destinos turísticos del país.
Además, “en el aspecto social (los guías) son personas que se ven motivadas a desarrollar un proyecto y que no lo abandonarían, porque ganarían decentemente y estarían muy motivados”, nos dice Mesa.
“Son muchos jóvenes que con la pandemia quedamos desempleados porque trabajábamos en el turismo y buscamos la forma de poder abonar impuestos al Estado, tener un seguro social y un respaldo de alguna manera, todas las posibilidades que ahora nos quitaron. El país tiene a muchos jóvenes desempleados ejerciendo de manera no formal, algo de lo cual no se beneficia nadie” expresa Roxana.
También, en palabras de la cienfueguera, “ahora nos vemos muy afectados primero por la economía, a causa de la pandemia. De haber sido aprobada, la actividad hubiese traído consigo beneficios al país porque, al existir plataformas para que trabajen los guías libremente, entrarían ingresos, (y el Estado) no tendría que evitar acosos y otras actividades ilegales relacionadas con el turismo, que pueden controlarse de otras formas”.
Hacia lo desconocido, sin guía
Queda por ver como será el panorama para los guías turísticos que deseen mantenerse trabajando, aunque ese futuro cercano no será fácil para estas personas, al decir de José, quien opera bajo la modalidad de free tour.
“Al eliminar esta modalidad de empleo, puede que se pongan a perseguir guías en la calle o que sencillamente empiecen las multas, las acusaciones y demás inconvenientes. Si tuvieses legalizado al privado lo tendrías controlado de cierta forma y podrías contratarlo temporal o permanentemente. Si tanto se desconfía del guía privado se le puede exigir pasar un curso, un examen para acreditarse; así será alguien que te hará un buen trabajo porque de eso dependen sus ganancias y siempre buscará brindar una buena experiencia al turista”, argumenta el joven.
En el caso de Mesa, quien ha trabajado incluso en otros países bajo esta modalidad de free tour, nos dice: “Lo que se impone es poner pautas al alcance de la actividad, es decir, definir lo que puede hacerse y lo que no. Y cada cual que escoja su variante. Los free tours tienen empresas detrás y claro que el ministerio no va a aprobar eso”.
Roxana mantiene su criterio de llegar a un punto medio entre el sector privado y el Estado, pues precisamente el gobierno cubano tiene escuelas para formar guías: “Esa fue la recomendación nuestra, no eliminar la actividad, sino dar a las personas capacitadas y formadas por las academias cubanas la posibilidad de ejercer en esta actividad, sino, ¿de qué me vale a mí ir a la escuela de turismo en Cienfuegos y hacer el curso si cuando otra agencia que no sea cubana me ofrece trabajo, no puedo ejercer con ella? Hablo de agencias establecidas en Cuba, que existen unas cuantas”.
“Incluso —puntualiza— si alguien no quisiera pasar estos cursos, podría existir la posibilidad de hacer un examen de suficiencia porque esta variante existe en las escuelas de turismo y así quedas avalado. El free tour es una modalidad que a nivel mundial está ganando mucho auge porque el viajero tiene la posibilidad de elegir libremente lo que quiere y decidir al final si le gustó o no lo que el guía le está contando; esto le exige un poco más al guía acerca de su preparación”.
José Enrique confiesa que quisiera pagar impuestos como todo trabajador honesto que gusta de su trabajo y que obtiene un beneficio: “Ahora mismo tengo una licencia de gestor de alojamiento y pago mis impuestos pero si fuera guía encantado los pagaría. No sé por qué no escuchan a los que trabajan en el sector, a quienes lo hacemos honradamente, a los queremos defender el proceso de desarrollo económico que hay en el país, ¿por qué no nos escuchan a nosotros?”
Al respecto de la imposibilidad de controlar la informalidad de la actividad, Mesa, por su parte, reconoce que “no es posible tener tanta gente al acecho, pero sí lo pueden hacer (las estructuras estatales) como mecanismo de defensa para asustar un poco de vez en cuando. De todas formas la actividad se hará, aunque sea de manera informal. Lo más natural es sentarse a debatir quién puede, cómo y con qué alcance”.
Por su parte José Enrique cree que “seguimos con la vieja práctica de que alguien que no hace tours sea el que decide qué hacer con los guías privados en el país. De aprobarse la medida, podía haber sido de beneficio para muchos trabajadores autónomos. Seguiremos insistiendo para que eso ocurra y esperemos que la decisión se revise para que salga de la lista de las actividades negativas”.