Javier Martínez es un hombre emprendedor. En un país donde las personas son, por lo general, poco proclives a experimentar con nuevos platos, este joven se atrevió a abrir un lugar cuya oferta estrella es el burrito mexicano.
“Cuando fui a abrir este local, pensé en una comida rápida, pero que no fuese igual a lo que todo el mundo oferta” confiesa Javier a OnCuba en su cafetería “El Burrito habanero”. Sus viajes como cocinero por el mundo, en especial a México, le dieron la idea de vender algún día tacos mexicanos en La Habana.
La idea no prosperó por un elemento de materia prima; los tacos se confeccionan con harina de maíz, pero “el de aquí no tiene la calidad requerida” por lo que recurrió a los burritos, la comida rápida preferida de los estados norteños mexicanos, a base de harina de trigo.
Poco a poco se ha ido haciendo de una clientela bastante notable. Burritos de pollo, de puerco, y “habaneros”, a precios asequibles para la mayoría de los cubanos, van poco a poco convirtiéndose en una opción para quienes trabajan, o viven en el Vedado.
Para los burritos “habaneros” le faltaba un ingrediente imprescindible, que lo obligó a buscar alternativas locales. “A pesar de eso, es el más pedido de todos” nos dice Javier.
Ahora internacionaliza más su oferta: ceviches de Sur América, espaguetis italianos, comida cubana, y hamburguesas. “A veces los clientes vienen en pareja. A uno de los dos puede gustarle los burritos, pero al otro no. Entonces le doy otras opciones”.
Javier cree que solo mediante la faena diaria se puede prosperar. “Hay que trabajar mucho. Los impuestos son razonables, pero así y todo, esto lleva mucho esfuerzo”. A la pregunta de crecer en el futuro, sonríe: “No lo creo, pero me han hablado para crear una franquicia en Valladolid (España) y en Bari (Italia)”.
Se remueve en su asiento. La impaciencia por seguir trabajando le resume por los poros. “Regresen cuando quieran”, nos despide y corre a la cocina en busca de más burritos que ya no parecen tan exóticos.