Aunque haya construido una exitosa carrera en los Estados Unidos y siga prefiriendo el inglés para comunicarse, Hermes Mallea se siente cada vez más ligado a Cuba. Hace más de una década experimentó un regreso a la semilla, una vuelta a los orígenes gracias a la profesión a la que ha dedicado su vida: la arquitectura.
Mallea vivió hasta los 5 años en Santiago de Cuba, pero creció y realizó estudios superiores en Miami. En la Universidad de Columbia, en Nueva York, cursó una maestría en preservación histórica y, luego de un par de años en Boston, se afincó en la urbe neoyorquina.
Un estudio de arquitectura de interiores compartido con su pareja, el diseñador de interiores Carey Maloney, ha sido por más de tres décadas su trabajo y su pasión.
“Hemos tenido mucha suerte –dice a OnCuba–, y lo más importante han sido los clientes, personas muy especiales con las que hemos mantenido una relación de fidelidad a lo largo del tiempo”.
Catorce años atrás, una Bienal de Diseño en La Habana le abrió una puerta inesperada: “Fue la primera vez que regresé a Cuba y quedé cautivado no solo por los valores de la arquitectura colonial, sino también por la de finales del siglo XIX y la del siglo XX. Me impresionó mucho y empecé a tomar fotos, a recopilar imágenes e información sin tener todavía un proyecto en mente”, recuerda.
A partir de entonces ha vuelto una y otra vez y, como testimonio, han quedado tres hermosos libros: Great Houses of Havana (con cuatro ediciones), Escape: The Heyday of Caribbean Glamour, y Havana Living Today.
Great Houses… abarca un siglo, desde que en 1860 la cámara fotográfica mostrara el interior de las casas cubanas –en el lente del estadounidense George Barnard–, hasta 1960, en pleno apogeo de una Revolución que trajo un cambio al panorama arquitectónico de la Isla.
“Con este libro pretendí conectar la arquitectura y la historia, brindar al lector el contexto para estas obras magníficas de La Habana, presentar a las familias que vivían en ellas, y mostrar las casas en su relación con el entorno, con su vecindario y su época. Fue una investigación retadora y estimulante, un trabajo de arquitecto pero también de historiador y sociólogo para entender la cultura que dio vida a estas edificaciones”.
Tras ese volumen vendría el dedicado al Caribe: Escape: The Heyday of Caribbean Glamour, un análisis sobre las casas de recreo (resorts) en el que presenta a Cuba en el contexto de la industria turística de la región.
Hermes Mallea no tardaría en dedicarle nuevas páginas a La Habana. Mirando las grandezas del pasado, descubrió el presente. Su hallazgo fue inevitable, natural, y no por ello menos sorpresivo.
“Sobre Cuba hay muchos rumores y concepciones erradas” –explica– “y basado en esa información siempre pensé que las casas con personalidad habían desaparecido de La Habana después de la Revolución. Sin embargo, cuando estaba trabajando en mis libros anteriores me di cuenta de que no era del todo así. Sí existen muchas casas con estilo, personalizadas, y como diseñador eso me interesó mucho. Eso es lo que trato de mostrar en Havana Living Today.”
Publicado por la prestigiosa editorial Rizzoli, y con excelentes fotos de Adrián Fernández, Havana Living Today muestra alrededor de cuarenta casas de La Habana actual en las que sus dueños y diseñadores han sabido dejar un sello único y, al mismo tiempo, una huella colectiva, de época.
“Admiro estas casas no solo por que son muy hermosas en mi opinión, sino también por la manera en que descubren la personalidad de quienes viven en ellas, y porque vistas en conjunto muestran un estilo muy auténtico cubano que no sabía que existía”.
Elementos históricos como los pisos de mosaicos, muebles del período republicano, mamparas y lucetas, se combinan con elementos más actuales o reciclados, y obras de arte contemporáneo cubano, en un escenario nacido de la inventiva y la necesidad “de aprovechar creativamente lo que hay”.
“Descubrir ese estilo fue lo más importante de mi investigación. Como cubano estoy muy orgulloso de lo que mi gente ha creado, aun trabajando con limitaciones. Es otra manera de diseñar”.
Artistas como la cantante Cucú Diamante y los plásticos Wilfredo Prieto y Damian Aquiles, hasta arrendadores privados y extranjeros residentes en Cuba, están detrás de este descubrimiento, un grupo al que Mallea reconoce como “minoría muy especial” dentro del contexto cubano actual.
A ellos y a sus casas los fue conociendo poco a poco, introducidos muchas veces por entrevistados anteriores, hasta reunir la información necesaria para el libro. Por casi dos años combinó esta investigación con su trabajo en Nueva York, pero el empeño valió la pena.
“Me siento muy feliz con el libro, por cómo presenta la personalidad de quienes han creado estos interiores y el estilo de sus diseños. No se trata solo de fotos lindas, sino que tienen una historia interesante detrás y también un valor cultural, estético y hasta económico pensando, por ejemplo, en el turismo”.
“Quienes rentan habitaciones en Cuba deberían saber que este estilo es atractivo para los turistas, porque parte de elementos propios, autóctonos, en vez de tratar de crear un espacio copiado del extranjero que pudiera estar en cualquier lugar, deberían darse cuenta de los valores que tienen a mano y que pueden aprovecharse”.
Havana Living Today está a la venta en Internet y su autor lo promueve en los Estados Unidos, pero Mallea ya piensa –y trabaja– en nuevos proyectos. El impacto del diseño interior en Cuba en el trabajo privado y la compra-venta de casas, despiertan su interés. Además, edita pequeños videos dedicados a diseñadores independientes cubanos y trabaja en otro posible libro.
Definitivamente, y para bien de sus lectores: Cuba seguirá presente en el trabajo y en la vida de Hermes Mallea.
La mejor frase del texto: “Minoría muy especial” para referirse a ese pequeño grupo de personas que son o, cubanos que se han hecho ricos (desde el extranjero) y Cuba no puede quitarles ese derecho, como son los artistas, y los ciudadanos de origen cubano o extranjero (ricos) que “simpatizan” y apoyan al régimen. Ambos grupos son parte de los “elegidos” y tienen la posibilidad de llevar una vida sin limites dentro de Cuba, tener cualquier tipo de negocios, casas, etc.. algo que esta prohibido para el pueblo cubano de a pie.
Asi vive la nueva burguesia cubana, los que a costa de dinero han ido apoderandose de objetos valiosos vendidos por gente desesperada de tanta necesidad. Es cierto que el aislamiento de la isla y la escasez de todo tipo ayudo a conservar muebles y objetos que de otra manera hubiesen sido tragados por el modernismo y de aqui su extraordinario valor en el diseño. Ahora hace falta el volumen dos que sea dedicado al cubano que tuvo que hacer colchones de paja y muebles con cajones, los que compraron cochinitos rosados de yeso e hicieron collages con cajas de cigarrillos botados por los turistas. Esa es la verdadera Cuba del siglo XX y XXI y no el edulcorado libro sobre una arquitectura y diseño cien por ciento elitista y que nada tiene que ver con el pueblo luchador