A pesar del fuego cruzado al que están sometidas, tanto de parte de la población y sectores del Gobierno como de opositores y políticos estadounidenses, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) siguen creciendo en la isla.
Este fin de semana el Ministerio cubano de Economía y Planificación (MEP) informó sobre la aprobación de otras 131, de ellas 124 privadas y siete estatales.
De esta forma, se elevó a 10 994 el total de estas empresas desde su autorización en Cuba en 2021, según el más reciente informe del MEP a través del canal de nuevos actores económicos.
La mayor parte de esas entidades gestiona servicios gastronómicos, de la construcción, al mantenimiento y reparación de vehículos automotores y motocicletas, así como al transporte de pasajeros y de carga, y a la elaboración y conservación de carne y productos cárnicos, refiere un reporte de la agencia EFE.
El medio español, que cita al MEP, señala que también hay otras de estas mipymes —aunque menos numerosas— cuya actividad es la hiladura, el tejido y acabado de productos y artículos textiles, la reparación de aparatos de uso doméstico, equipos de uso doméstico y de jardinería, la elaboración y conservación de frutas, legumbres y hortalizas y la instalación, operación y alquiler de equipos de parques para la recreación.
Tras estar prohibidas desde 1968, las mipymes retornaron al escenario económico de Cuba en septiembre de 2021, en el marco de un paquete de reformas gubernamentales.
Las mismas cubanas pueden ser estatales, privadas o mixtas, y están reconocidas como unidad económica con personalidad jurídica con características propias.
Este tipo de actor económico comparte el escenario económico con la empresa estatal socialista, considerada la principal para el Gobierno, así como con las cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, los proyectos de desarrollo local y los trabajadores por cuenta propia.
Desde su autorización, las mipymes han estado en la mira de autoridades y la población, por temas como los impuestos, las importaciones desde el exterior y los altos precios de sus productos y servicios, condicionados por un escenario de escasez, inflación y ausencia de un sólido mercado cambiario.
Mientras, opositores y congresistas estadounidenses, en particular republicanos y cubanoamericanos, esgrimen sus presuntos vínculos con el Gobierno cubano para atacarlas y se oponen a que reciban facilidades por parte de la Administración Biden.
EFE / OnCuba