Más de 50 migrantes cubanos deportados desde México llegaron este viernes a La Habana, como parte de los acuerdos migratorios entre ambos países.
Una aeronave de la Policía Federal Mexicana, que aterrizó en el Aeropuerto Internacional “José Martí”, trajo a la Isla a “personas que habían salido de la isla de manera legal, pero se convirtieron en migrantes irregulares en su recorrido hasta México”, reporta la agencia Prensa Latina (PL).
Las personas deportadas regresarán con su familia, de acuerdo con el procedimiento habitual en estos casos, a menos que se trate de “ciudadanos con alguna cuenta pendiente con la justicia antes de dejar la mayor de las Antillas”, según las autoridades cubanas.
Para el recibimiento, de acuerdo con PL, “se crearon condiciones de alimentación y asistencia médica, por si fuese necesaria”.
Se trata del segundo grupo de deportados por México en las últimas semanas, luego del llegado el pasado 27 de marzo con 68 personas.
En este contexto, las autoridades de la Isla insistieron en la necesidad de una emigración regular, ordenada y segura, para evitar que las personas sean víctimas del tráfico humano y otras actividades criminales.
Cubanos en Ciudad Juárez a merced de las mafias del narcotráfico
En los últimos meses, grupos de migrantes irregulares de Cuba en tránisto hacia EE.UU. han sido detenidos en naciones latinoamericanas como Honduras y Panamá. Mientras, un alto número espera en la mexicana Ciudad Juárez la posibilidad de pedir o resolver su solicitud de asilo en territorio estadounidense.
En enero de 2017, el entonces presidente Barack Obama canceló la política “pies mojados/pies secos”, mediante la cual los cubanos que llegaban a Estados Unidos eran aceptados en el país y podían obtener residencia permanente.
Sin embargo, aunque disminuyó el número de “balseros”, el flujo migratorio no se ha detenido en un escenario agravado por las medidas del actual gobierno estadounidense contra Cuba, como la suspensión de actividades consulares en La Habana tras los misteriosos incidentes de salud reporatdos por diplomáticos norteamericanos y la reducción para los cubanos del tiempo de validez de la visa B2 de cinco años a tres meses, con una sola entrada.