Cuando los navegantes y geógrafos de antaño se aventuraron en llamar a la isla de Cuba la Llave del Golfo, no se imaginaron el papel que la bahía de Mariel vendría a desempeñar en el siglo XXI para hacerle justicia a ese calificativo. Situado a 45 km (28 millas) al oeste de La Habana, está previsto que en la próxima década el puerto de Mariel se convierta en el más moderno e importante puerto industrial del país y de la región del Caribe.
Una empresa mixta entre el Grupo Odebrecht, la empresa ingenieril y constructiva más grande de Brasil, y el inversionista cubano, Zona Desarrollo Integral de Mariel, trabaja desde 2010 en la construcción de una zona especial de desarrollo de más de 400 km cuadrados. Para 2022, Mariel dispondrá de una terminal de 2 000 metros de largo capaz de recibir a los más grandes navíos del mundo, una nueva terminal de contenedores, manejo de carga general y alimentos a granel, logísticas para la exploración de petróleo y producción industrial ligera en la Zona Especial Desarrollo de Mariel (ZEDM), contigua al puerto.
Está previsto que tenga capacidad para manejar hasta un millón de contenedores anualmente, comparado con los 350 000 que opera el puerto de La Habana en la actualidad.
El Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) se ha comprometido a invertir 800 millones de dólares para financiar la construcción de la infraestructura y las facilidades portuarias, lo que convierte al proyecto de Mariel en la inversión más importante de Brasil en Cuba.
La operadora portuaria PSA International ganó la licitación para administrar la nueva terminal y puerto de contenedores. Esta empresa de Singapur opera numerosos puertos alrededor del mundo, incluyendo instalaciones en Panamá y Argentina.
Con esta obra, Cuba dispondrá de una infraestructura aprovechable por el resto del siglo. Contará con una red vial y ferroviaria conectada a las autopistas y vías existentes, con el fin de garantizar el movimiento de mercancías que genera el puerto. Dispondrá de redes técnicas de energía, suministro y manejo de aguas, comunicaciones y otras, todo bajo el concepto de desarrollo sustentable.
Unos dos mil trabajadores de la nueva provincia de Artemisa laboran en esta obra como ingenieros, operadores, soldadores y constructores, entre otras especialidades. Se construyen viviendas, escuelas e instalaciones de salud para las comunidades de trabajadores portuarios, industriales, de la construcción y de servicios, empleos seguros que generará la nueva zona de desarrollo. Contará con un instituto tecnológico para la formación de técnicos en varias especialidades relacionadas con la más moderna instalación portuaria del país.
Entre las labores de mayor complejidad en ejecución está el dragado de la rada, lo cual ampliará las posibilidades de atraque de buques de mayor calado, hasta 15 metros (49 pies) comparado con 11 metros (36 pies) en el puerto de La Habana.
Está previsto que la terminal comience sus operaciones en 2013 de manera parcial, mientras continúa su construcción, para aprovechar la ampliación del Canal de Panamá en 2014 que permitirá el paso de grandes buques provenientes de Asia. Inicialmente dispondrá de un muelle de 700 metros (765 yardas de anclaje) que le permitirá recibir simultáneamente hasta dos grandes buques mercantes. El proyecto incluye área de contenedores, almacenes, cámaras frías, suministro de combustible, distribución de alimentos y otros servicios navieros.
Cuba aspira a convertirse en centro regional de logística de mercancías. En un futuro podrá recibir buques de gran calado con mercancías para consumo en Cuba y de trasbordo para otros puertos del Caribe y América. Mariel es el puerto más al norte de Cuba y lo convierte en el ideal para el traslado de carga con Estados Unidos cuando este levante su bloqueo comercial a la Isla.
Está pronosticado que sustituya al puerto de La Habana, que cerrará casi todas sus operaciones portuarias e industriales, incluyendo la termoeléctrica y la refinería, para convertirse en un puerto de uso principalmente turístico y de transporte de pasajeros.
El contorno de la Llave del Golfo ha evolucionado y cambiado de uso continuamente en este medio milenio desde que la Isla se insertó en el mundo. Sin embargo, sus puertos y áreas costeras siguen constituyendo recursos valiosos de la geografía económica cubana y clave de su desarrollo. Los cambios previstos en los próximos años para el puerto de Mariel es un notable ejemplo.