Por medio del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC), Cuba forma parte de un proyecto de colaboración internacional para aumentar los conocimientos sobre los factores que afectan la gestión marina y costera sostenible.
Un despacho de la agencia Prensa Latina precisó que la iniciativa, financiada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se propone contribuir a la gestión, conservación y uso sostenible de los recursos marinos en la región de América Latina y el Caribe.
El proyecto, asimismo, responde a uno de los problemas que forman parte de la Agenda 2030 del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (ARCAL).
Se trata del insuficiente conocimiento de los principales procesos que afectan las zonas costeras, océanos y los recursos marinos.
Los expertos trabajarán para medir la acidificación de los mares en el área y establecer tendencias en la región y fortalecer las capacidades para el monitoreo de floraciones de algas nocivas y biotoxinas, explicó a Prensa Latina la Máster en Ciencias Yusmila Helguera Pedraza, Contraparte Técnica por Cuba.
Además, se desarrollarán capacidades para monitorear la contaminación marina y se pretende establecer un grupo regional para abordar emergencias ambientales en áreas marinas y costeras, añadió la también Investigadora Agregada del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos.
Previsto para dos años de duración, el proyecto científico forma parte de la Red de Investigación de Estresores Marino–Costeros en Latinoamérica y el Caribe (REMARCO), que emplea técnicas nucleares e isotópicas para el abordaje de problemas ambientales de los ecosistemas marino-costeros de la región.
La Red se apoya en el trabajo integrado de científicos y comunicadores de los distintos países que la conforman para lograr la transferencia efectiva de los resultados de investigaciones científicas a los tomadores de decisiones y a las comunidades afectadas.
Participan en este proyecto, investigadores de Argentina, Belice, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Honduras, Guatemala, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
De 70 % a 85 % de la basura en el mar del Caribe proviene de las actividades terrestres y la mayoría está compuesta por plásticos. Junto con la escorrentía de agroquímicos y aguas residuales domésticas, el plástico es uno de los contaminantes más preocupantes en la región del Gran Caribe.
Los ecosistemas marinos proporcionan una fuente vital de alimentos y medios de subsistencia para muchos países de América Latina y el Caribe a través de la pesca, el turismo, el transporte marítimo, la acuicultura, los puertos y la energía.
La contaminación marina en forma de plásticos, aguas residuales, productos químicos y otros subproductos representan un riesgo para la pesca y el turismo, de los que dependen muchas economías del Caribe.