Solo dos turistas resultaron positivos a la prueba del coronavirus entre los 1.402 visitantes extranjeros que arribaron al polo turístico cubano Jardines del Rey, en la central provincia de Ciego de Ávila, desde que la Isla reabrió sus fronteras de manera parcial a inicios de septiembre.
Ambas pacientes provenían de Canadá, estaban asintomáticas y ninguna generó cadenas de contagios producto de la aplicación de nuevos protocolos sanitarios desde el aeropuerto, informó el diario oficial Granma.
Según datos del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología en el territorio avileño, todos los turistas que arribaron por la terminal aérea de Jardines del Rey en octubre arrojaron resultados negativos a la COVID-19 en las pruebas de PCR.
Además de la realización obligatoria de los test diagnósticos para el caso del coronavirus, el aeropuerto del polo turístico dispone de otras tres “líneas de vigilancia epidemiológica” como parte del protocolo cubano para evitar la entrada de enfermedades transmisibles al país. Estas consisten en la solicitud de la Declaración General de Sanidad al capitán de la aeronave en el momento de su arribo, el escáner de temperatura en dos ubicaciones de la instalación y la declaración de sanidad del viajero.
Asimismo, los pasajeros y tripulantes reciben una tarjeta de advertencia que indica la obligación de presentarse ante los equipos médicos de los hoteles, si son turistas, o al médico de la familia o a su área de Salud antes de las 48 horas, en el caso de los viajeros cubanos, de acuerdo con la fuente.
Cuba reanudó las operaciones regulares del turismo internacional el pasado 4 de septiembre, cuando un avión de la línea aérea Air Canada, procedente de Montreal, aterrizó en el aeropuerto internacional Jardines del Rey, con más de un centenar de turistas a bordo. Antes, ya había llegado un grupo a este propio polo turístico procedente de Nassau, en las Bahamas.
En 2018 llegaron Cuba más de 4,7 millones de visitantes extranjeros, cifra que disminuyó a unos 4,3 millones el pasado año. Tal descenso impidió a la Isla sobrepasar los 5 millones pronosticados inicialmente y fue ocasionado, en lo fundamental, por el endurecimiento del embargo estadounidense contra Cuba, incluida la prohibición de los viajes de cruceros desde ese país a la Isla.
Debido al mantenimiento de estas sanciones, el Ministerio de Turismo cubano no preveía grandes crecimientos y apostaba por una recuperación paulatina, apoyada en mercados tradicionales como Canadá y emergentes como Rusia y China. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha golpeado con fuerza al sector, que intenta revertir parcialmente sus pérdidas en la recién iniciada temporada alta.