En el mar al sur de las provincias orientales de la Isla están ubicadas las fallas más activas de Cuba, que registró alrededor de 3.000 sismos en 2019, de los cuales apenas seis fueron perceptibles, de acuerdo con los datos recogidos por el Cenais.
El comportamiento de esos fenómenos muestra una tendencia decreciente desde 2017, según el informe anual que elabora esa entidad científica.
No obstante, el 28 de enero pasado Cuba registró el sismo más fuerte en décadas, con una magnitud de 7.7 en la escala de Richter.
El terremoto fue perceptible en casi todo el archipiélago cubano y sacudió varios países del Caribe, causando considerables daños en Cuba y otros países de la región.
En días siguientes al movimiento telúrico el Servicio Sismológico cubano registró más de 400 réplicas de distintas magnitudes, aunque ubicadas a unos 300 kilómetros al oeste del terremoto principal, o sea, más alejados de Cuba que el primero.