Médicos en Holguín salvaron la vida de un niño de 17 meses que se tragó un muelle metálico, informa el periódico local Ahora!
El pequeño llegó al hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja con cuadro de dificultad respiratoria provocado por el resorte de un “palito de tendedera”.
Mediante rayos X, los especialistas localizaron el objeto dentro del esófago del paciente, “pero por las relaciones anatómicas y de vecindad con la tráquea provocaba dificultad respiratoria importante”, explica al medio de prensa la doctora Antonia María Salermo Reyes, jefa del Grupo Provincial de Otorrinolaringología.
Ante esta situación se decidió llevarlo al salón para extraer el objeto, pero por el gran edema del esófago no pudo realizarse la intervención. Resultó necesario mantenerlo con esteroides y antibióticos para en un segundo momento explorarlo nuevamente, según narró la especialista de Segundo Grado en ORL.
“Observamos edema importante de la mucosa esofágica y el cuerpo extraño que lo extrajimos, sin que el niño presentara complicaciones transoperatorias”, agregó la doctora.
De acuerdo con los médicos, el inconveniente más temido en estos casos es la perforación cuando se trata de un alambre con dos puntas adheridas a la mucosa esofágica.
No obstante, “el riesgoso proceder se ejecutó con toda la pericia característica de estos profesionales del hospital pediátrico holguinero”, precisa el medio de prensa.
Estos casos no son extraños en esta provincia oriental. El pasado 4 de marzo, otro niño de 3 años fue atendido luego de tragarse un clavo accidentalmente.
Salvan en Holguín la vida de niño que accidentalmente aspiró un clavo
Los doctores lograron extraer el clavo, alojado en el pulmón derecho del menor en 25 minutos, precisa el medio.
Los peligros en estos casos van desde el desgarro de mucosa, sangramiento, perforación de tráquea y/o bronquios hasta el paro cardiorrespiratorio y la muerte del paciente.
Este año, los especialistas en Otorrinolaringología han tenido otros dos casos similares, uno por mes. En enero fue un grano de maíz; en febrero un frijol; en marzo el clavo, y ahora el muelle.