Siempre pienso que no, que no va a suceder; pero siempre salta. Siempre me sale al camino…
Mis pasos sentían el extraño contacto con los adoquines de madera. Entre dos palmas y el cielo, la estatua de Carlos Manuel de Céspedes. Apuraba mi cámara para aprehender, en las fuentes de la Plaza de Armas, aquel instante que detuvo Dulce María Loynaz: “En el parquecillo urbano / la pobre agua está triste / y yo le paso la mano”.
Intercambiaba con un amigo cuando se me acercó el vendedor. ¿De dónde eres?, me preguntó. “De Santiago de Cuba”, contesté sin vacilar. “¡Aaah… yo pensé que eras de otro lugar. Ustedes los palestinos… siempre invadiendo La Habana!”. Y sus brazos danzaron en el aire.
Por eso digo que es saltarín, el prejuicio. Se retuerce y me alcanza. Puede aparecer en las situaciones más insospechadas, en los sitios menos imaginados. Agazapado, invisible, innombrado; pero ahí está.
Las discriminaciones muerden como perros rabiosos. No es la primera vez que lo digo, pero no encuentro resonancia. Unos, tristemente, parecen haberlo aceptado. Otros, se han cansado. Hay en algunos un racismo cultural, una velada xenofobia, una reticencia, como si los orientales no fueran parte del entramado de la nación.
El término “palestino” es doblemente ignominioso: porque etiqueta a una parte de sus ciudadanos, porque toma como objeto de mofa a una nacionalidad, que por su lucha es digna de admiración. Su nacimiento fue infeliz. Su reiteración es un tósigo.
Una palabra no es solo una palabra: envuelve un pensamiento y arrastra consigo sus luces, sus agravios.
La burla suele restallar sobre la espalda de los orientales. El chiste fácil, burdo. Es el pozo sin fondo al que han acudido programas humorísticos, dramatizados, puestas teatrales… cuando falta imaginación estética y altura ética.
De ningún modo podrá endilgárseles a los medios masivos de difusión un asunto tan complejo, que pasa por aristas socioculturales, económicas, históricas y de otra índole. Sin embargo, su asimilación acrítica y su reiteración, lo ha expandido, lo ha fijado, le ha agregado nuevos matices. Casi lo ha legitimado.
En las capitales suelen reunirse privilegios y espacios que faltan en el resto de los territorios de un país. En La Habana, pese a todos los esfuerzos, también sucede. No es ningún secreto: el desplazamiento interno se presenta como un camino posible.
El oriental per se es el emigrado hacia el Occidente del país. Su imagen mediática, construida desde la hegemonía, se repite hasta el cansancio. Lo configura y lo desfigura. Aparece el qué y no el por qué. Mucho folclor y poco análisis. No avanza con el resto de las transformaciones. Y los que construyen, sueñan, sufren en su tierra, (salvo algunos reportes periodísticos) suelen ser ignorados, como si les faltara color.
Los verticalismos han hecho mucho daño. Los silencios carcomen. Cuando se toma a La Habana, no como la cabeza del país, sino como el país; cuando los modelos de representación son deficitarios o excluyentes, lo diferente empieza a tornarse en lo inferior. El imaginario se llena de arquetipos. Lo construido suplanta a lo vivo. Y, naturalmente, el marabú espiritual halla terreno fértil.
Recuerdo a Alicia Alonso, conmovida, bailando con las manos, mientras la distinguían en Santiago de Cuba. “Es un honor, un alto honor… estar en esta tierra plantada de héroes”, declaró cerca de la estatua ecuestre de Maceo.
¿Y Miguel Matamoros con su Son de la Loma, cantado en el llano? ¿Y Cándido Fabré, orgulloso de su sombrero de yarey, su Sierra Maestra, su glorieta manzanillera…?
No se es mejor o peor persona, no se es mejor o peor cubano, por haber nacido o por vivir en una u otra parte. Puede ser una verdad de Perogrullo, pero con demasiado frecuencia ciertos cubanos parecen olvidarla.
La patria asoma primero por ese pedazo de tierra bajo el sol que nos resulta más cercano y, en consecuencia, más entrañable. La pequeña patria presupone la patria grande. La patria es latido, antes que geografía. Nadie puede adjudicarse su monopolio.
Abrir los ojos ante la Giraldilla o junto a las montañas, forma parte de la pluralidad de un mismo pueblo. Benditas sean las diversidades.
Ojalá, cuando aquel vendedor de la Plaza de Armas visite Santiago de Cuba, yo pueda encontrarlo. Entonces, con mucho gusto, le indicaría donde está la calle Enramadas, lo acompañaría a honrar la tumba de Martí, lo invitaría a probar la carne aromática de un mango del Caney. Porque es su derecho, es su honor, es cubano.
No soy de los que gustas crear estigmas ni etiquetar a las personas,si debe hacerse una de los ciudadanos de cualquier confin del mundo,debia ser como sucede con casi todo,”buenos” y “malos”,asi somos de los que aman y construyen y de los que odian y destruyen al decir de Marti,el tema es sensible y creo que son los especialistas(sociologos,filosofos,periodistas,etc),los que tienen la mision de hacer el analisis de sus causas,surgimiento y lo mejor,las herramientas para afrontarlo y salir airosos,yo tuve la suerte de visitar 2 veces Santiago,y de veras la pase de placemes,a excepcion de mi visita al Cobre,lo que debio ser una jornada de tributo a La Patrona,se me hizo un calvario de mercadeo,gente que se acercaba al auto en bandadas,haciendo” regalias” que despues cobraban “dame lo que quieras”,”pero eso vale mas”,siempre en ese entuerto,buscaban la mejor posicion,la ventaja de la confusion y trasquilarte,quien dice que años despues,de visita en La Habana(resido fuera de Cuba),voy al Rincon de San Lazaro y para mi sorpresa,en lo que fue un lugar apacible y de culto,me encuentro el mismo panorama,al grito de:”agua”,una avalancha de vendedores salio monte adentro ante la presencia policial,el lenguaje me dijo la procedencia de aquellas personas,emigraron y trajeron aquella practica consigo,ahi esta el hecho saque sus conclusiones,y es un fenomeno expandido por toda la geografia capitalina,mercados agropecuarios,parqueaderos de boteros,etc,con esto no juzgo,expongo;pero yendo mas lejos,fuera de Cuba,lo primero que te preguntan es: de que parte de Cuba eres?,de La Habana,respondo( no me apenaria decir soy de cualquier provincia,si asi fuese,como no me apena decir que soy Cubano),de que piso?,porque todo el mundo dice ser de La Habana,100% de las veces el que pregunta no es Habanero,entonces porque la pregunta?,yo no lo hice porque eso es insignificante,ya no estamos alli,y lo que haz logrado por aca es lo importante ahora,en muchas ocasiones es hasta mas de lo que he podido lograr yo,pero sin embargo “esa cuestion” sigue siendole mas que importante,Entonces?,viva como pueda vivir,haga lo mejor donde quiera que viva y adaptese a las normas de convivencia del lugar,lo que viere,hacere,aporte,sea util,nunca sera facil,encontrara obstaculos,barreras,como al principio de mi comentario,personas “buenas” y “malas”,aproveche las primeras para progresar y las segundas para crecer en la dificultad,sea un genuino representante de su cultura y del lugar de donde ud procede,pero siempre haciendo lo mejor para cada momento.
Sinceramente la xenofobia ha hecho nido en los habaneros que al final solo tienen la dicha de vivir en la urbe, algunos nacidos allí, otros no, pero todo el que allí está dice vivo hace años y a veces en condiciones infrahumanas por solo decir que viven en la Habana, cuando la nación cubana se forjó con sangre de todos los sitios cubanos, no comenzó la guerra de independencia en la Habana, fue en la Demajagüa, no hubo guerra en una sierra habanera sino en Santiago, la heroica, Martí nación en la Habana pero fue a desembarcar por playitas de Cajobabo. ¿Y entonces? muchos habaneros muy cultos, otros no tanto, igual que en cualquier parte de Cuba. Al final, como dice la canción; para saber de verdad lo que es sentirse cubano, tienes que haber nacido en Cuba, no dice la Habana, Cuba, todo un pueblo heroico que ha tributado al desarrollo de esa Habana bella una de las 7 ciudades maravillas, orgullo de los cubanos, peor solo una parte de la isla.
Cede… una vez mas me dejas con ese sabor extraño de sentirme dueña de lo que escribes. Al principio y al final no creo en esa geografia de los de la CUBAPITAL… Acaso Colón dijo algo sobre esa parte de la Isla mayor? Si la historia no ha cambiado, la región oriental ES LA TIERRA MAS LINDA QUE OJOS HUMANOS HAN VISTO. Otra cosa, mis mariposas: con orgullo bien santiaguero, nosotros estamos mas cerca del 1er mundo que esos que nos llaman Palestinos… bueno…. yo me quedo con mis montañas, mis escalinatas, mis colores vivos, mi son de la loma, mis frutas del Caney… Somos la llave del Golfo… pero, tambien poniendo un poquito de humor criollo, ya que ese vendedor tanto defienden su geografia, vamos a sugerirle que responda: de esa llave somos la cabeza, ja, lo que queda que es???? Mi Patria, es Cuba, mi tierra ES SANTIAGO
Cede… una vez mas me dejas con ese sabor extraño de sentirme dueña de lo que escribes. Al principio y al final no creo en esa geografia de los de la CUBAPITAL… Acaso Colón dijo algo sobre esa parte de la Isla mayor? Si la historia no ha cambiado, la región oriental ES LA TIERRA MAS LINDA QUE OJOS HUMANOS HAN VISTO. Otra cosa, mis mariposas: con orgullo bien santiaguero, nosotros estamos mas cerca del 1er mundo que esos que nos llaman Palestinos… bueno…. yo me quedo con mis montañas, mis escalinatas, mis colores vivos, mi son de la loma, mis frutas del Caney… Somos la llave del Golfo… pero, tambien poniendo un poquito de humor criollo, ya que ese vendedor tanto defienden su geografia, vamos a sugerirle que responda: de esa llave somos la cabeza, ja, lo que queda que es???? Mi Patria, es Cuba, mi tierra ES SANTIAGO
La manera en que desgranas la cubanìa, siempre conmueve por lo humanista y sorprende por lo lùdico. Yo, que me adjudiqué cierta pertenencia por vivir 3 años en Cuba nuna pude entender el prejuicio interno contra sus habitantes ni la evidente prepotencia del “habanero natural, legítimo” versus el cubano güajiro “invasor”. Y me resultaba una mala broma cuando escuchaba el corte publicitario de Canal Habana “Desde la capital de todos los cubanos”…. La vida capitalina tiene sus particularidades en Puerto Rico es igual y esa migración interna fue el motivo literario de obras cumbres como La Carreta de Laguerre pero me resulta sorprendente q en un país con tanto sentido de la soliradidad y los derechos humanos siga manteniendo prácticas q laceran tanto la Unión nacional, ?no q en la Unión está la fuerza? Pues esto los debilita como nación? Yo misma sufrí ese discrimen caso por coincidencia….una vez en varadero in hombre me escuchó hablar y por mi acento me preguntó de dònde era, le respondí de Puerto Rico, su contestación fue infame ” estos palestinos los traen a varadero y ya se creen extranjeros”… En ese momento cautiva de un prejuicio q casi no me correspondía comprendí el rechazo, el discrimen, la burla de hermanos contra hermanos. Còmo Martí escribiría éstas lineas, tu experiencia querido Reinaldo o la mìa propia sin ser cubana? De seguro seguirìa anhelando una “Patria con todos y para el bien de todos”.
Cedeño, gracias por esta crónica, acertada, oportuna y elegante. Celebro que podamos leerte. Es una lástima que muchos de los habaneros, o de los que se dicen serlo, olviden que parte de lo que son y de lo que poseen se lo deben a a la gallardía de gente que habitó y habita una región donde las personas parecen personas, y no imagen plástica. Es también penoso que esta Cuba, urgida de oxígeno y progreso, se divida por equivocados y egocentristas que dicen sentir por su país y lo empañan cuando abren la boca, actúan desde la simpleza, promueven la mediocridad y, a veces para completar, creen que el mejor aire del mundo se respira fuera de las costas de este archipiélgo que compartimos. Esos, para mí, no son verdaderos cubanos. ¿Serán israelitas?
Una gaviota me aletea el alma, como un torrente de aguas sulfurosas, tus palabras me descubren –redescubren – los huesos, más allá de la piel y los tuétanos del sofisma y la indiferencia. Qué bueno tenerte, saberte erguido, vigilante y en la brecha. Es dolor de patria, ausencia de paisajes y esencias la que prolonga la distancia. Pero tú nos acercas a la realidad descarnada de una llaga que carcome al mundo, y que no por universal y antigua, debe atemperar el rechazo y la lucha por suprimirla. Gracias Cedeño por ese compromiso tan humano del que tan urgidos estamos
Sencillamente GENIAL disfruté y comparto cada palabra de tu artículo, Cedeño. Las discriminaciones de cualquier tipo, tal y como dices, muerden como perro rabioso y duelen y carcomen y hacen daño, un daño a veces incalculable.Cuba tiene inumerables tesoros desde la punta de Maisi hasta el Cabo de San Antonio, desconocerlos es parte de una pobreza cultural que asusta por extendida y acuñada.
Precioso.Ojalá conmueva.corazones y haga reflexionar tanta mediocridad.gracias Reynaldo
Soy un camagüeyano que adora a SANTIAGO DE CUBA y su gente, son personas en su mayoría nobles, sanas, amistosas y sinceras. No así me ha sucedido con gran parte de los habaneros, pero no ando con ese prejuicio a cuestas, pues también tengo excelentes amigos habaneros.
Nací en La Habana, de padres granmense y holguinera… Para mi ha sido una suerte no ser parte de la opinión xenófoba mayoritaria en esta ciudad, me siento mas cubano que habanero, aunque mis familiares me digan “habanerito”… Yo entiendo esas expresiones fuertes de “palestino” cuando salen de un habanero inculto y bruto, es perfectamente lógico, quien no tiene talento ni nada de que enorgullecerse, solo le queda haber nacido en la capital para blasonar… Mas me preocupan esas expresiones en personas inteligentes y con instrucción y educación…
Yo no estoy en contra de que los orientales pueblen La Habana, pero me molesta cuando veo orientales que no tienen respeto alguno por la ciudad cuando botan papeles, latas, basura en cualquier lado y ni se inmutan porque no les importa, porque no se identifican con la ciudad que los acoge. También veo feo como en los juegos de pelota en el Latinoamericano los orientales se desgalillan ofendiendo a los habaneros con el “ruge leona”; ya el difunto Rufo Caballero hacía alusión a eso, cuando a mitad de los 2000s Santiago de Cuba le ganó la final a Industriales y en parque central se formó una turba de orientales que ofendían a los habaneros de la peña beisbolera.
ok cedeño. son cuestiones vernaculas del pais. la historia no nos permite a los que tenemos esa dicha olvidar de donde somos. ya lo dijo miguel “son de la loma y cantan en llano”. todas las broncas, todos los lios comenzaron por alla y eso nos enorgullece. mientras los de alla cumplen su rollo los de aca nos miran.
el sol nace por el oriente, lo demas es alegria y folklore nacional.
El problema es que la migración interna se debe a la falta de oportunidades allá. Siempre hubo gente que se mudó a la capital, pero en el último medio siglo esa Mwanza se masificó, empeñado por los que han desgobernado a Cuba y que no han tomando ninguna medida para evitar que exista esa Segovia. También los orientas tiene su idiosincrasia que pasa por cierto chovinismo en ocasiones y, como muchos dicen en estos comentarios, alaban su Caney, sus montañas y son la cabeza de la llave, pero todos los que han podido sen han largado de allá para acá. Nací en La Habana hace más de 60 años. vivo en EE. UU. y creo que todos los cubanos tenemos algo que aportar. Por oriente empezaron las dos guerras de independencia. Por allá también empezó la revuelta que terminó en el desgobierno que martitiza la Patria ese Occidente hasta oriente. Seguro estoy que cuando Cuba sea libre y todo el país se mente en el carro del desarrollo, no serán muchos los que abandonarán su tierra natal. Es lamentable que hayamos llegado en Cuba a esta situación en lugar de enfrentarnos a os que tienen la culpa de esa migración, de todas las penurias que en la parte oriental son mayores. También recordemos que la UNPACU, un movimiento de resistencia bien destacado en el panorama opositor, se fundó y actúa sobre todo en Oriente., no todo lo malo viene de allá.
El poeta español lorca vivió en cuba serca de dos , tres años entre la Habana y matanzas , en su regreso a España paso por Santiago donde solo estuvo un mes mas o meno , fue suficiente para escribir un poema que no fue ni a Habana ni a matanzas , Son de negros y fue a Santiago , por que ? Sera
Muy bien Cedeño! Todos los Orientales hemos vivido o sufrido, el momento en qué, un “supuesto Habanero”, disfruta el decirnos “palestino”. Pero, lo más triste, es cuando le vas a su pasado, es de alguna parte Oriental, con años viviendo en la Habana. Esos son los más Habaneros que nadie.
Si supieras q aquí en mi Miami, ya lo estoy haciendo como material de estudio, ja ja, le pregunto a muchos cubanos, de que parte de Cuba eres? Y la mayoría te dicen: soy de la Habana, ja ja y lo más lindo q le sientes el hablando “cantando”, le digo así, para decir como dicen ” los Habaneros” q tienen el palestino escondido, q hablamos cantando.
Efectivamente, cuánta razón. El centralismo económico, político ha sido castastrófico para nación cubana. Va mucho más allá de la palabra peyorativa y el calificativo xenófobo. Jamás en la historia de Cuba, desde la colonia hasta la etapa republicana, usaron los cubanos una etiqueta tan ignominiosa para catalogar a una parte de sus nacionales. ¿O me equivoco? Tal vez estos lodos son la consecuencia de los pasados lodos cuando a los cubanos se nos enseñaba en las escuelas a llamar gusanos a quienes ejercían su derecho a emigrar del país por su desacuerdo con el gobierno. El autor del artículo ha dicho una verdad refulgente como debió ser la estrella solitaria de nuestra bandera en los ojos de Maceo (el Titán de Bronce SANTIAGUERO): “no se es mejor o peor persona, no se es mejor o peor cubano por haber nacido o vivir en una u otra parte”. Gracias.
Efectivamente, cuánta razón. El centralismo económico, político y cultural ha sido castastrófico para la nación cubana. Va mucho más allá de la palabra peyorativa y el calificativo xenófobo. Jamás en la historia de Cuba, desde la colonia hasta la etapa republicana, usaron los cubanos una etiqueta tan ignominiosa para catalogar a una parte de sus nacionales. ¿O me equivoco? Tal vez estos lodos son la consecuencia de los pasados lodos cuando a los cubanos se nos enseñaba en las escuelas a llamar gusanos a quienes ejercían su derecho a emigrar del país por su desacuerdo con el gobierno. El autor del artículo ha dicho una verdad refulgente como debió ser la estrella solitaria de nuestra bandera en los ojos de Maceo (el Titán de Bronce SANTIAGUERO): “no se es mejor o peor persona, no se es mejor o peor cubano por haber nacido o vivir en una u otra parte”. Gracias.
¿Qué decir? Llevará décadas, si alguna vez se consigue, revertir, en el imaginario popular, no solo de los habaneros nativos y adoptados, sino también de unos cuantos de los cubanos nacidos más allá de Las Tunas, que los orientales somos seres humanos dignos, en primer lugar, de las consideraciones y el respeto que se le deben a cualquiera, independientemente de su origen, poder adquisitivo y de la norma lingüística vigente en su entorno de origen. Hemos sido víctimas, no sin resistirnos ferozmente, de un arduo y continuado proceso de omisión cultural, de replicación cansina, en la televisión y la radio, de estereotipos estúpidos que nos descalifican, de la imposición de calificativos denigrantes, que nos deshumanizan y relegan a la triste condición de ciudadanos de segunda categoría, inculpados seculares de todos los males de la nación. Al respecto quedan tan solo dos opciones. Rendirnos, que no es algo que sepan hacer los orientales, por lo menos, no sin ofrecer pelea, y por el otro lado, ser pacientes, perseverantes, asertivos e inteligentes, para intentar sacar adelante un proyecto de reivindicación regional. No hablo de incurrir a sabiendas en una actitud provinciana más que contraproducente, ni de regodearnos a placer en nuestro pasado supuestamente heroico, sino en, sin olvidar, nuestras costumbres y tradiciones, llevar adelante la tarea de no permitir, por los medios que sean, que nos desvirtúen a discreción, emprendiendo incluso acciones legales. Tanto se habla de la discriminación y exclusión social que sufrieron durante siglos, décadas, años, incluso en la actualidad, los homosexuales y los individuos étnicamente negros (disculpen por no encontrar un eufemismo mejor), pero muy pocos hablan del proceso análogo que sufren los orientales. Es tiempo, Reynaldo, de ser mucho más enfáticos en los reclamos a lugar que debemos hacer para que se dicten medias educativas y sociales que desde el discurso oficial dejen entrever la voluntad política de no permitir la denigración ya casi costumbrista de los orientales. Mientras tanto repito lo que digo cada vez que alguien se mofa de mi lugar de nacimiento. Mi respuesta siempre es la misma, si mal no recuerdo, un antiguo slogan radial: “Cubano de nacimiento. Oriental de condición. Santiaguero por orgullo”.
qué buen texto! cuántos dolores, sinsabores, luchas recogidas en unas cuántas líneas!
Buenos dias,soy habanero y tengo grandes amigos no solo en Santiago sino tambien mas al Este en Guantanamo,no establezco diferencias entre las personas por su lugar de origen y si por sus ideas y formas de enfrentar la vida sin embargo creo que se maximixa el tema de la supuesta discriminacion que tambien existe contra los habaneros,yo por ejemplo la he sufrido con personas con las que he tenido relaciones de trabajo bien cordiales y al enterarse de mi procedencia me han espetado sin ton ni son si llego a saber que eres habanero no te hubiera tratado,escuchas por doquier los habaneros son unos creidos y unos arrogantes,ahi van enmarcados los algo mas de dos millones de habaneros y no escucho de hacer una campaña al respecto ni de hacer ver que Marti era habanero y es nuestro Apostol,es muy fea cualquier discriminacion pero existen en todos los sentidos,curiosamente ese sentimiento anti habanero donde mas se siente es en Occidente,cada vez que he estado en Santiago ciudad a la que regreso siempre con placer me han tratado muy bien,creo que siempre habra estupidos que generalizaran y tenemos que vivir con eso sin dramatizar las cosas,que me dicen de los pinareños?Saludos
Yo soy habanero der padres habaneros y abuelos no orientales. He trabajado en todo el pais, desde Guantanamo y Manzanillo, hasta Pinar del Rio. Jamas he entendido ese concepto de llamarle palestinos a los orientales. Todos somos cubanos montados en el mismo carro de la historia. Diferencias regionales las hay en todo el mundo: en Mexico entre los norteños, los del centro y los sureños, en España entre comunidades, etc. Para limar esas diferencias estan los gobiernos nacionales. Sencillamente en Cuba “los habaneros” ven que tienen que repartir aun mas la miseria en que viven con los que llegan. Si el nivel de vida en las provincias cubanas fuese comparable con el que tiene La Habana nadie saldria de su provincia a no ser de paseo, pero mientras que la capital reciba mas migajas que el resto del pais seguira la gente tratando de irse a vivir a La Habana.
Conozco vivencias como esa, y sí que son lacerantes, felizmente no las he vivido. Hace once años viajo con frecuencia a La Habana y siempre he sido muy bien tratada, en las bibliotecas, archivos, centros de información, editoriales, tiendas, en la calle. Siempre me presento como santiaguera, es algo de lo que siento orgullo y aunque quisiera no puedo ocultarlo, porque más allá de la entonación de mi voz, Santiago de Cuba se me refleja en la piel, en el rostro, en la mirada, además el tiempo con que cuento me lo exige, en 15 días debo hacer quizá lo un mes y medio, y créanme se me abren todas las puertas, hasta botellas he pedido y me han acercado lo más posible a mi destino. Tengo una amiga habanera que dice que ya lo que tengo es “un vivio” y que ella también empezará a decir que es santiaguera.
Conductas como la que motivaron este trabajo son reprochables, y quizás quien lo hizo, no es habanero o tenía un interés que ningún nacional le iba a resolver, y nos tocó a los palestinos, recibir su injuria. Sin embargo, peor es saber como Cuba entera se ríe de los pinareños, y las burlas de las que son objeto; de los baracuenses; de los campesinos; de los discapacitados; y hace poco conocí nuevas formas de racismo, insospechadas para mi. La discriminación en todas sus formas son construcciones sociales diseminadas desde los centros de poder, deben ser desterradas, existen en el mundo entero y contra el mundo entero, pero también en nosotros mismos.
Comparto cada palabra de tu artículo, Cedeño. Las discriminaciones de cualquier tipo, tal y como dices, hacen daño, un daño a veces incalculable. Comparto el criterio de Roxana de que Cuba tiene innumerables tesoros desde la punta de Maisi hasta el Cabo de San Antonio, desconocerlos es parte de una pobreza cultural que asusta por extendida y acuñada.
Mis respetos para Barbara,ha hecho una sintesis magistral del problema,me identifico totalmente con su enfoque
Mi opinión es que esta nefasta discriminación trasciende por mucho el término “palestino” o su infeliz incorporación al imaginario social del cubano como sinónimo de oriental. Sufrí en carne propia, más que en carne, en propio espíritu, la discriminación en La Habana por haber nacido en mi caso en Manzanillo. No encontraba trabajo porque mi carnet de identidad tenía -aun tiene-, mi dirección manzanillera. Es verdaderamente humillantes. Conocí gente honesta que se vio obligada a hacer trampas documentales para poder trabajar y alimentar a sus hijos, incluso en lugares tan serios y con bellos valores compartidos en sus programas de desarrollo como el ICRT y el Ministerio de Cultura.Lo más indigna es que estuve en lugares con déficit de determinadas profesiones que, sin embargo, no podían cubrir no sólo con un oriental, sino con cualquiera que no hubiera nacido en La Habana. Esa restricción, y otras asociadas al hecho de que seas ilegal en una ciudad de tu propio país, constituye quizás la peor violación a la Constitución de la República de Cuba y la decisión más antidemocrática que se ha tomado en Cuba después de 1959. Quienes la tomaron deberían disculparse con el pueblo de Cuba por muy grande que haya sido s mérito en la forja de la Revolución puesto que ninguna coyuntura, por compleja que sea o parezca, ni ningún riesgo social o antropológico -en este caso la supuesta superpoblación de la Capital-, justifica violentar la esencia misma de igualdad y derecho que la ideología política de la Revolución Cubana ha preconizado. Véase qué gran contrasentido.
Estoy orgulloso de ser Palestino-Oriental, nunca viviria en una ciudad tan asquerosa como La Habana. Toneladas de basura a cada paso. Para ciudad cuidada-Mi Holguin.
ya ves Cedeño. hay temas y temas. lo que por múltiples razones, simpáticas pero verídicas, ha hecho crear una forma de llamarnos, destapa la nostalgia en su máxima expresión y el asunto se va por peteneras. peor están los pinareños hermano y ya van a tener que vivir con eso por una eternidad. así es lo vernáculo y el folklore..
Cedeño, odio cualquier muestra de discriminación, venga de donde venga. Las generalizaciones suelen tener una enorme carga de injusticia. Si alguien tuvo una experiencia con uno o algunos pinareños tontos, eso no significa que ser pinareño sea sinónimo de tontería.
Sin embargo, en cualquier caso, echar a todos los habaneros en el saco de discriminadores, es también una manera de discriminar generalizando.
Por otra parte, desde mi experiencia de 51 años en La Habana, puedo asegurarte que si la gran mayoría de los provenientes de allá fueran como tú o como los insignes patriotas orientales que con razón los foristas ponen de ejemplo en comentarios a tu artículo, la apreciación distorsionada del gentilicio oriental sería otra.
Es sabido que en las masas migratorias hay de todo, pero si la cara visible de la inmensa mayoría de esa emigración cobra vida en proxenetas, prostitutas, policías sin vocación ni preparación adecuada, gente inescrupulosa que a toda costa “lucha” una casa para sí y para —casi inmediatamente— traer a cuanto pariente ya tiene hechas las maletas (inescrupulosa, porque suelen traicionar la confianza de cónyugues, “amigos”, etc, para lograr sus propósitos)… si esa es la cara visible de esa emigración y, lamentablemente, apenas se visibiliza la verdadera calidad humana de los buenos hijos de Santiago, Granma, Las Tunas, Guantánamo y Holguín, entonces ocurre que la inculta valoración de la mayoría de los anfitriones ven a justos como a pecadores y enjuician, valoran, tachan erróneamente a todos los provenientes de allá.
Tampoco se debe obviar que leyes absurdas (como el Decreto 217) “oficializaran” la discriminación y conllevan a minimizar las opciones naturales y legales de desarrollo personal de todas esas personas, dejándoles el escabroso margen de la ilegalidad para subsistir.
En general, creo que todo depende de lo que duela a estos o aquellos y cada quien podría hacer un catálogo de hechos para defender su punto de vista.
Pero, de lo que sí no hay dudas es de que cualquier tipo de discriminación, por justa que le pueda parecer a algunos, por comprensible o explicable que se considere, es y ha de ser INADMISIBLE.
Orientales mis queridos compatriotas hombres capaces para luchar y vencer cualquier obstáculos siempre estarán en mi mente .
Con toda sinceridad,desprecio todo tipo de regionalismo,pero creo que eso va en los sentimientos,en la cultura,en el respeto de las personad
Naci en mi querido pueblito oriental Cacocum,transite por la Isla y hace muchos años La Habana me acogio.
Simplemente soy cubana y siento tan mio Pinar como Baracoa.
No hay que sentirse inferior,seamos simplemente hijos de la Patria.
Absolutamente de acuerdo con tus criterios. Es tan ridículo eso de creerse superior por ser de un lugar o de otro; lo que revelan es mucha ignorancia y a veces viven como los murciélagos, casi prendidos a los techos…pero en La Habana. Por favor…
Una observación inocente es decir que los orientales por cultura y costumbres tienen diferencias con el resto del país, a pesar de que como dicen aquí somos todos cubanos. Teniendo en cuenta esto y que históricamente la región oriental ha tenido gran influencia en los destinos del país (por ejemplo las guerras que siempre se han iniciado por allá), no es sensurable expresar un criterio de las personas que viven en esa región del país, más que, por ejemplo, en la actualidad la mayor parte de los altos dirigentes de este país son de allá, como lo son en La Habana la mayor parte de los dirigentes de empresas, los policías y guardias, además de otras importantes y sensibles ocupaciones.
Si el criterio que se expresa es “constructivo”…por qué catalogarlo de “dicriminatorio”?????
Sencillamente genial…
bien escrito , ojala todos los escritos de onCuba tuvieran esta calidad …..parafraseando a marti …lo que del alma brota al alma llega….100 % de acuerdo con lo q expones, soy cienfueguera y vivo en la Habana , con mucho orgullo siempre lo digo…..pero desafortunadamente algunos conocidos orientales callan sus origenes por temores a las burlas q explica el periodista, ojala se tratara este tema mas en los medios nacionales , ojala se encargarn mas los territorios de motivar la permanencia en las provincias..hay tantas aristas en este escabroso tema que subconcientemente cuando uno visita la zona oriental tal parece q estas en otro pais , donde las costumbres y la forma de hablar son distintas y eso va carcomiendo la conciencia como bien dices y vienen los problemas ….y las preguntas por que paso si somos hermanos todos? por favor hay tarea y urgencias para los sociologos y encargados del tema
Excelente texto. Una vez mas te felicito
Excelente articulo. Hoy accedi de chiripa a esta pagina, ojala pudiera hacerlo siempre, pero no tengo internet
en mi maquina. Me conecte desde otra. Yo nunca he discriminado a nadie por su procedencia. Lo buenos socios, amigos y amigas, los buenos de verdad han sido de allá del oriente cubano, Emerio Medina, Teresa Melo, Junier Riquenes, Rubiel Garcia, Rolando Bellido. Y las mujeres para mis relaciones siempre las busque, las escogi de allá, preferentemente de Granma. Además como han expresado muchos los grandes de nuestra historia patria surgieron de allá, y muchos buenos músicos, cientificos, dirigentes, etc. Son unos errados los que discriminan, los que insultan.
Mi madre es hija de un español y una madre mejicana cuyos padres españoles en tránsito hacia Cuba nació en México. Mi mamá nació en Santiago de Cuba en la calle Padre Pico un 17 de agosto de 1925.A los siete años la trajeron para La Habana y nunca ocultó el lugar de su nacimiento aún cuando sus padres eran extranjeros.
Curioso. me he tomado el trabajo de revisar los perfiles de facebook de los blogueros participantes.. hasta ahora solo 3 son de la habana.. ummm!!!
Soy de La Habana, estudio y trabajo en la Habana y vivo en Centro Habana. Cuando empecé en la universidad, confieso, mi aula fue, digo fue, ocupada por tan solo 13 estudiantes de la capital de un total de 75 (récord hasta hoy). el prejuicio me invadía, y esto q cosa es decía, la clasica de esta
mos rodeao’ no tenia escape, no podía ser (incluyan todo tipo de asombro). fue de terror sabia de sus capacidades expansionista pero no a tal extremo. como diria sabina “el portazo sono como un signo de interrogacion”. sin remedio pase por la tolerancia, por la asimilación, luego la aceptación, después la amistad y por lo impensado: el noviazgo. y como llegue a esto ultimo? sencillo, algo tan conocido como los pies sobre la tierra. si quieres conocer lo q es tener enfoque, ímpetud, no perder el tiempo, disposición, voluntad, pasar trabajo y no quejarse conozca a un estudiante palestino, nague, de provincia como quieran sibrenombrarlo. Lo cierto es q gracias a ello soy alguien y mis amigos ninguno es de La Habana…
Qué llorera, por favor. Como si las rivalidades entre regiones no fuera la norma en todas partes. Como si madrileños y catalanes se adoraran.
Caramba, Tato el holguinero, así que La Habana está sucia. ¿De quién será la culpa? ¿Y quiénes serán los culpables del deterioro? Mmm… ¿Acaso del par del holguineros que llevan gobernando el país hace 57 años? Es complicado para una capital sobrevivir cuando el presidente del país la detesta y desconfía de ella. Pero las responsabilidades están claras, y, si yo fuera holguinero, trataría de ser más discreto y considerado visto las desgracias que mis compatriotas trajeron a “la capital del todos los cubanos” (aunque obviamente no la de esos políticos).
En cuanto a todas esas historias del heroísmo oriental… Vale, muy bonitas, y en buena medida son ciertas, pero maticemos.
Las guerras empiezan en Oriente por la orografría de la región, lo que no es mérito de los habitantes, sino puro azar. ¿Dónde se iban a alzar en La Habana? ¿En la Loma del Burro?
La independencia empezó en Oriente porque era el sitio más pobre del país y donde las clases acomodadas (las que organizan las revoluciones y las rebeliones, que los pobres ponen los muertos, pero llevan vidas demasiado complicadas para tener tiempo de organizar nada) tenían menos que perder. En Oriente apenas había azucar, los grandes ingenios estaban en La Habana, Matanzas y Cienfuegos. Ahí estaban las familias que más tenían que arriesgar con cualquier cambio y lógicamente trataron de resisterse o mantenerse al margen (sobre todo porque solían tener alrededor de la mitad del valor del ingenio invertido en esclavos, ¿y quién los iba a indemnizar si se abolía la esclavitud?). De hecho, se inicia la guerra en Bayamo, una ciudad que en el pasado se había enriquecido gracias al contrabando (como Puerto Príncipe), pero que para entonces estaba empobrecida. Céspedes lo que tenía era un trapiche y la situación económica no lo favorecía. Así es más fácil ser héroe, y es más complicado cuando tienes un montón de dinero en el banco. Los camagüeyanos sí tenían dinero, pero no tenían esclavos (Camagüey era ganadera ya que el azúcar no había llegado a la provincia en gran escala) así que presionaron para la abolición de la esclavitud. Céspedes inicialmente había preferido que fuese una cosa voluntaria, para no alienar a las grandes fortunas de Occidente y Centro. Curiosamente, después en el siglo XX Camagüey fue acaso la provincia más racista de Cuba, o de las tres primeras en cualquier caso.
Supongo que a muchos les molestará leer esto y me reprocharán mi cinismo porque han crecido con los cuentos de hadas que pasan por historia en este país. Y es cierto que hubo heroísmo, mucho, y actos de abnegación admirables. Pero también eran seres humanos con todas las bajezas y la mala baba que eso implica. La realidad es, por ejemplo, que a Céspedes, Padre de la Patria, le hicieron un número ocho para quitarle la presidencia y después le prohibieron salir del país aunque su vida corría peligro. Por si fuera poco, le retiraron la escolta. Su muerte, en un sitio recóndito de Oriente, es sospechosa, al menos en el sentido de que resulta muy poco probable que la columna española que lo mató pasara por ahí por casualidad. Los generales de la primera guerra tenían una actitud hacia Martí, digamos, ambivalente, no importa lo que el mito diga después. Maceo, de haber sobrevivido la guerra, habría tenido que lidiar con el racismo que existía y acaso habría muerte en la Matanza de los Independientes de Color, suceso del que apenas se habla y donde murieron tantos veteranos de nuestras guerras. La realidad es siempre más compleja, para bien y para mal, de lo que la pintan.
Así que yo, si fuera oriental, no me sentiría tan orgulloso de que las guerras empiecen por allá, a fin de cuentas es puro azar de la geografía más que consecuencia de un coraje especial en los pobladores de esa parte del país. Y recordaría que los últimos tres dictadores cubanos han salido de esa región (¡de tu provincia, Tato, qué honor!) y que igual parte de la mala voluntad que se les tiene puede derivarse, siquiera parcialmente, de ese hecho. Lo que es injusto porque, a fin de cuentas, ustedes no tienen la culpa. Pero ya saben cómo es la cosa con los chivos expiatorios: no suelen tener la culpa, pero pagan los platos rotos.
La reflexión De alguien para nadie es interesante pero también debe ser matizada en su justa medida. Coincido con muchos de sus argumentos “cínicos”, una forma terca y destemplada de la honestidad, pero también disiento en otros aspectos. Empezando por el final. Si bien es bueno y cierto recordar que las guerras de por la independencia del siglo XIX comenzaron precisamente por el Oriente al ser la región económicamente menos desarrollada y favorecida, condenados sus habitantes, durante siglos, a practicar una economía de contrabando y subsistencia, bendecidos cuando más por una “orografía” excepcional, no creo que estos sean argumentos suficientes para explicar el carácter indómito que se nos endilga como una cualidad excepcional. Que en la región estén los mayores macizos montañosos del país no implica necesariamente que con esta condicionante determinista se pueda explicar un complejo proceso histórico de acumulación de frustraciones que desembocarían, finalmente, con el estallido independentista. Aunque soy santiaguero no soy de los que me regodeo en la heroicidad regional como si fuese una virtud cardinal, una actitud francamente provinciana que nos distrae e incapacita para adaptarnos a circunstancias cambiantes. El diferendo regional entre el Occidente abocado al comercio exterior y la explotación de las grandes plantaciones cañeras, con La Habana como sede de la Capitanía General y principal puerto de mar, y el Oriente desautorizado para hacerlo de manera autónoma, tiene precisamente su origen, entre otras muchas razones, en esa prohibición que incluso trasciende el tiempo y subsiste enmascarada en la actualidad. Si bien es cierto que Santiago de Cuba dejó de ser la sede del poder colonial español en fecha tan lejana como los inicios del siglo XVI no es menos cierto que la metrópoli ibérica nunca fue muy ducha en cuestiones relacionadas con el desarrollo orgánico de sus colonias. Su economía de tipo imperialista extractiva hizo que si no había grandes asentamientos mineros y mano de obra aborigen a ser explotada no invirtiera esfuerzos ni recursos en desarrollar esas regiones. La típica falta de visión que los cubanos heredaron en buena medida. Por lo demás creo que el artículo de Reynaldo Cedeño no es en modo alguno acusatorio. Tan solo actualiza la necesidad de un debate público sobre el tema. El asunto tiene mucha tela por donde cortar. Acabaríamos en medio de una discusión casi bizantina. En cuanto a La Habana como ciudad y espacio simbólico ejerce un influjo magnético, como cualquier otra capital del mundo. Para mí, una ciudad hermosa, con sus luces y sombras. Lo importante en todo caso es la condición de cubanos que compartimos los que nacimos en un archipiélago hermoso, que si nos pertenece a todos por igual. No es bueno bajo ningún concepto exacerbar los odios entre compatriotas. Y si, la Historia es un gran relato, mitológico a veces, construido desde la perspectiva de los vencedores, donde a veces por conmiseración se tolera cierta disención, la voz queda de los que fueron derrotados. Que no es el caso de los orientales, gente tan respetable como cualquier otra. recuerden que el gran desafío actual es salvar una nación, no hablo de proyecto político, por cuya independencia murieron muchos cubanos de todas partes.
El comentarista “de alguien a nadie” escribió y cito: ‘¿De quién será la culpa? ¿Y quiénes serán los culpables del deterioro? Mmm… ¿Acaso del par del holguineros que llevan gobernando el país hace 57 años? Es complicado para una capital sobrevivir cuando el presidente del país la detesta y desconfía de ella.’
Yo pregunto, por qué los habaneros (los de pura cepa), que son los cubanos que han estado mas cerca de esos dos holguineros que han gobernado por mas de medio siglo, aunque sea no han hecho algún acto para acabar con ellos teniédoles tan cerca? No! qué va!!! desde hace mas de 57 años marchan y marchan millones de ellos cada vez que los convocan…. es que ni un par de huevos le han tirado…..
No comento mucho porque ya otros lo han hecho, unos mas acertados que otros, la ciudad capital se disfruta, se vive, se desea pero no se cuida, y de todas partes llegan personas que la enriquecen con sus costumbres de sus regiones, pero otros imponen habitos que no son propios de una capital, creo que en estos momentos los responsables maximos de hacerla brillar son los que tienen la obligacion de hacerlo y no lo hacen, parece que no les importa, esa Rampa es un horror de fea y sucia, no he visto nunca poner una multa o un llamado por tirar una basura donde no se debe, y no por falta de autoridades que les compete, bella ciudad porque mantiene su encanto pero no porque hacen por embellecerla todo lo que necesita, Cedeño te saludo por tu comentario.
Tere, ¿estás segura de que los millones que desfilan en La Habana son habaneros? Te sugiero que les restes, para empezar, a los miembros de los aguerridos contingentes y a los gloriosos combatientes de la PNR. Eso, como te decía, solo para empezar.
Vaquero RF, antes de que llegaran los contigentes y los de la PNR a La Habana ya marchaban millones de haaneros …
La abstención no es opción. He sido extraña en mi propia tierra. Estudié en La Habana y conocí de la discriminacion de mis compañeros occidentales. Hablaban de mí Santiago como una tierra muy lejana, paradisíaca y hasta con cierto misticismo, pero sobre todo
“muy lejana”. Te hablan de Santiago o cualquier otra provincia como “ORIENTE”. Y cuánto de buen talento habita la capital. Pero eso, eso queda para el debate.
Los orientales no son fáciles. Yo vivía en mi edificio muy tranquilo hace unos años hasta que empezaron a llegar….1, 2, 3, 4, 5….más de la mitad del edificio hoy son de emigrantes llegados de allá. Comportamiento??? no trabajan, viven del raterismo, le das un dedo y se quieren cogern la mano (quieren de todas formas meterse en tu casa y que tu te metas en la de ellos), votan la basura en las áreas colectivas del edificio.
Pudiera ser un hecho aislado, pero es que situaciones como esa lasoigo todos los días. Cuál es el orgullo que sienten entonces algunos??????
Tere, ¿lo de millones de habaneros es una hipérbole, no? Porque en La Habana empezó a haber 2 millones de personas no hace tanto. En el 59 no las había. Y la ruralización de la capital empezó inmediatamente, cuando se trajeron miles de guajiritos a estudiar a la capital. Y esos infelices desfilarían más habitualmente que los habaneros ya que el estar becados no tendrían, los pobres, manera de eludir el control. Así que hemos estado desfilando todos juntos desde un inicio, aquí hay mierda para repartir para todo el mundo.
Al diablo….los orientales son malos y tienen muy malas entrañas !!!
Ciertamente las personas terminamos interpretando lo que nos conviene. Que si los orientales que si los Habaneros.
como si todos no fuéramos cubanos…
Gracias reinaldo muy buen alticulo
Mira soy oriental medio criado en la habana y es una gran verdad que muchos que se dicen habanero se burlan de nosotros los orientales
Pero como podria ser de otra manera en un pais donde lo de otras parte don tratado de ilegales y son deportado!!!!!!!!!!
Si nuestros dirigente son de oriente y deportan de forma inimaginable a cualquier oriental como si fueramos indeseabla
Desgraciadamente no creo estas que verguenza que pesa sobre nuestras patria cambie mientra existas la famosa ley y sigamos siendo extranjeros en nuestros propio pais y mientras seamos ilegales oficialmente
Desgraciadamente ,perdone, pero llamarles Palestino surgió por los Orientales que por vivir en la Habana se construía una choza en cualquier Barrio marginal
Lo digo a modo de aclaración ,no porque esté de acuerdo y además se en Oriente esos seguro eran marginales también .Conozco Santiago una ciudad bella y su gente los más solidarios que he conocido
Es que en La habana es donde puede comerse papa y la libreta de abastecimiento tiene no sé cuantos puntos, es la emigración normal, así como ocurre del campo a la ciudad, en busca de mejores condiciones, hay que visitar paris para ver los habaneros allá, tal vez sean la peste, ya no serán habaneros, son cubanos que no se portan bien.