Para Fidel Castro hubo anoche muchos adioses. Cada cual lo despidió a su modo, como pudo, como supo. Los más diversos tributos estaban allí, también los más hermosos contrastes: un futbolito de mesa con una foto del presidente guerrillero en su base, una bandera que se sostiene en el cabello de alguien, el rostro de un niño sobre los hombros del padre. La mirada de un señor muy canoso y aquel otro con la imagen de Fidel, otra vez, a bordo del yate.
Preciosas imágenes, Kalo! Gracias por compartirlas. Imposible fingir dolor. Cada quien , a su manera, carga la pesadumbre. Un abrazo.
Muy Buena observación Laidi. Que tomen nota lo que siempre han dicho que a los discursos de Fidel en la Plaza de la Revolución en pueblo iba obligado, amenazado, presionado. Bien dicho, imposible fingir tanto dolor.
Fotos que retratan la verdad del pueblo cubano, el cual rindío homenaje sobre todo a un gran hombre que con virtudes muchas y errores pocos supo encaminar un pueblo. Por eso, como la mayoría, orgullosos de ser cubanos, de llevar esa mezcla de espaÑol con africano, del siempre visionario pensamiento de Martí y del brazo con el cual Maceo blandía el machete.Fidel materializo todo eso. Por lo que solo me queda por decir “HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMANDANTE”