Belice no hará ningún compromiso unilateral acerca de la situación de los migrantes cubanos en la frontera de Costa Rica con Nicaragua, según un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores del único país centroamericano angloparlante.
“Después de una cuidadosa consideración, el Gabinete opina que este es un problema regional” indicando en el texto que no habrá solución sin un arreglo que involucre a otros países de la zona.
Con esta decisión se esfuma la posibilidad de resolver por esa vía la angustiosa espera de más de 3 mil cubanos varados en Costa Rica y otro millar más en Puerto Obladía, Panamá. Guatemala ya había rechazado permitir el paso de los cubanos por su territorio y Nicaragua mantiene invariable su postura inicial. El limbo de los cubanos en tránsito se complica.
El gobierno de Belice respondió con su negativa a una propuesta de Costa Rica de establecer un puente aéreo y transportar a los cubanos circunvalando Nicaragua. En San José, la negativa se recibió con lamentos. “Nos sentimos, profundamente, desilusionados con la decisión de Belice. Sin duda, esta decisión complica significativamente la situación de los migrantes ubicados en CR y posterga su salida del territorio nacional”, afirmó el ministro tico de Exteriores y Culto Manuel González, a través de un comunicado, prometiendo por escrito la continuidad de las gestiones diplomáticas para el tránsito de migrantes por suelo centroamericano, así como conseguir un aumento del apoyo financiero para su mantenimiento.
“En vista de la nueva situación, el Gobierno de Costa Rica hace una vehemente excitativa a las personas cubanas que migran hacia los Estados Unidos y que no han llegado a territorio costarricense, que se abstengan por el momento de hacerlo. No existen condiciones adecuadas para recibirles” explica la nota de la cancillería local.
El Ejecutivo de Luis Guillermo Solís ya tocó la puerta a la organización regional que agrupa a sus vecinos, buscando soluciones compartidas. El 18 de diciembre está planificada una reunión de todos los presidentes de la región.
“El Sistema de Integración Centroamericana tiene que ser para las buenas y para las malas”, dijo el canciller costarricense en declaraciones a la prensa de su país. “Conforme pasa el tiempo y hacemos bien nuestro trabajo en los albergues y en la atención a las personas, se va convirtiendo en el problema de Costa Rica, cuando es el problema de la región”.
Estados Unidos, la meta de los migrantes cubanos, mantiene los beneficios exclusivos para estos y no piensa eliminarlos en el futuro cercano, aunque envía señales mixtas.
“Vamos a buscar soluciones al desafío de los migrantes que no tiene una solicitud válida de asilo u otro fundamento legal para permanecer en un país. Reconocemos que los gobiernos tienen el derecho soberano de devolverlos a sus países de origen. Todas y cada una de las devoluciones deben realizarse de forma segura y con dignidad”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, leyendo una respuesta preparada para la conferencia de prensa diaria ofrecida el mismo día en que se sostenía una conversación migratoria con representantes de Cuba.
A lo largo de 2015, diferentes comunicados emitidos por el Departamento de Estado de Washington reiteran que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas no han cambiado la política de su país respecto a la migración cubana. Una hoja informativa publicada en julio pasado indica que la Administración Obama no tiene planes de alterar esta posición, un mensaje reiterado tras la última conversación oficial entre ambos gobiernos.
Esa actitud del gobierno norteamericano mantiene la excepcionalidad para los cubanos entre los millones de emigrantes que tratan de establecerse en su territorio. Además, mantiene el estímulo a tomar las más riesgosas vías para alcanzar los privilegios de la política de pies secos/pies mojados, en un contexto en que la situación socioeconómica en Cuba no mejora y por el contrario, para algunos, solo tiende a empeorar.
En lo que la “excepcionalidad cubana” cambia y la normalización entre los enemigos históricos se concreta, es necesaria voluntad política de muchas partes para solucionar este impasse, ha dicho el director del proyecto Cuba Posible, Roberto Veiga:
“Para continuar procurando la serenidad en las relaciones entre los dos países, así como la estabilidad y el progreso de la Isla, se hace forzoso serenar el alma de los cubanos varados en Centro América, de sus familiares, que pueden residir en Cuba y/o en otras partes del mundo, y de cuantos nacionales sienten que este suceso, de alguna manera, menoscaba la integridad de la Patria. Este sendero hacia la serenidad debería pasar, en este momento, por la disposición del gobierno de Estados Unidos para confirmar que acogerá a estos cubanos y que se compromete a trasladarlos de inmediato a su país, y que proseguirá contribuyendo honestamente a la concreción de una Cuba soberana y próspera, que pueda extirpar para siempre dolores como este.”
Frontera sin salida
Apelar a Belice, un país que está ahora al margen de la situación, indica que la lista de alternativas viables se está agotando: no hay forma de avanzar rumbo norte, desde Honduras o El Salvador, sin pisar tierra guatemalteca. México tampoco ofrece garantías de darles paso, aunque piden que lleguen por un tercer país. El memorándum migratorio recién firmado por Cuba y el gobierno azteca (con la opción reafirmada de la deportación directa) pende como una espada de Damocles.
En la discreción de los canales diplomáticos, la solución al caso de los millares de cubanos en la frontera de Costa Rica con Nicaragua es un tema que genera profundos desencuentros entre las cancillerías centroamericanas. El dilema bicentenario, entre dos naciones que se disputan la soberanía de un río o las delimitaciones nacionales, se minimiza ante el fenómeno migratorio, sobre todo en los años en que Barack Obama ha deportado a cientos de miles de latinos de vuelta a sus países de origen.
“Les resultaría un poco difícil de explicar a su entorno local por qué a los migrantes cubanos se les da un tratamiento especial versus los migrantes centroamericanos o de su propio país”, alegó el titular de exteriores de Costa Rica cuando reveló una parte de los motivos de Guatemala para negarse a dejar pasar a los cubanos.
El ministro Manuel González es el portavoz más visible de la situación generada con la frontera norte de su país: cada nueva mala se conoce cuando aparece ante los micrófonos. Hasta en los noticieros de la televisión cubana se ve al canciller costarricense decir qué piensa hacer y cómo.
Por ahora, el único gobierno dispuesto a recibir a estos migrantes es Cuba. Y en La Habana ya se espera la llegada de un vuelo procedente de Costa Rica: la visita oficial del presidente Luis Guillermo Solís y su delegación acompañante.
Quizás es uno de los trabajos más informativos sobre la situación en Costa Rica: entendible y oportuno, además de la prontitud de su salida al ciberespacio. ¿Por qué la prensa cubana oficalista no puede hacer eso? Es ahí, dónde nos perdemos y buscamos en otros ojos las pajas de nuestra propia vista. OnCuba solo aprovecha las brechas informativas que nosotros les dejamos como nación, como periodistas, como público necesitado de información.
Cuba es quien traba esta situacion y los castiga pero al final va a aflojar porque no les conviene q estos revoltosos regresen y les pongan el dao malo