El gobierno de Panamá coordina la salida de los últimos 95 migrantes cubanos varados en ese país tras el fin de la política estadounidense de “pies secos, pies mojados”.
De acuerdo con el director del Servicio Nacional de Migración panameño (SNM), Javier Carrillo, su gobierno está solo a la espera de que los migrantes de la Isla lleguen a una decisión para que “regresen a su país”. “Básicamente es eso” lo que único falta, dijo.
Carrillo, quien no precisó la fecha para la partida de los cubanos, adelantó que a estos se les dará una “compensación económica” para que puedan iniciar su propio negocio en su país. Medios locales indicaron que el aporte ascendería a 1000 dólares para cada migrante.
Por su parte, el viceministro panameño de Seguridad, Jonattan Del Rosario, dijo a la agencia AFP que la repatriación “voluntaria” hacia Cuba estaría acompañada también por el ofrecimiento de tramitar una visa de “comerciantes”, para que puedan regresar a Panamá con permiso para comprar productos y venderlos en la Isla.
Del Rosario añadió que los que rechacen esta posibilidad “recibirán una orden” del Sistema Nacional de Migración para “abandonar el país” en el plazo que establece la ley. Según el funcionario, los cubanos tienen hasta el 31 de julio para tomar una decisión.
Sin embargo, muchos de los migrantes han dicho más de una vez que no desean regresar a Cuba sino continuar su trayecto hacia Estados Unidos o permanecer en Panamá.
Inicialmente estaban en unas instalaciones de la Pastoral Cáritas, pero tras un acuerdo entre el presidente Juan Carlos Varela y la Iglesia Católica fueron llevados a un albergue gubernamental ubicado en Los Planes de Gualaca, en la provincia de Chiriquí, cerca de la frontera con Costa Rica.
En ese momento Varela –quien antes había dado un ultimátum a los migrantes de la Isla– anunció que podrían continuar temporalmente en su país, siempre que fuera en albergues con condiciones adecuadas.
El pasado enero, el entonces presidente Barack Obama anunció el fin de la política “pies secos, pies mojados”, adoptada en 1995. Esta normativa daba a los cubanos la posibilidad de obtener residencia permanente un año después de llegar a territorio estadounidense, incluso si lo hacían ilegalmente, siempre que no fueran interceptados en el mar.
La decisión impactó en la situación de cientos de cubanos que buscaban llegar a territorio estadounidense por vía terrestre, a través de Centroamérica.
Unos 500 llegaron a acumularse en Panamá en marzo pasado, cuando el país centroamericano firmó un convenio con Cuba para tramitar las deportaciones de los cubanos, dos meses después del cambio de la política estadounidense. A partir de entonces el número ha venido disminuyendo.
“El futuro para los emigrantes cubanos va a ser muy difícil”
El fenómeno migratorio de los cubanos por Centroamérica creció en los últimos años con el deshielo entre La Habana y Washington. El fenómeno alcanzó niveles críticos a finales de 2015 cuando Nicaragua cerró el paso a los migrantes cubanos, lo que ocasionó que miles quedaran varados en Costa Rica y Panamá. Un acuerdo entre varios gobiernos de la región permitió que muchos de ellos fueran enviados en avión a México.
En 2016 Panamá recibió más de 27 mil migrantes irregulares, muchos de ellos cubanos, aunque también haitianos, africanos y asiáticos. Estos entraron al país por la selva del Darién, frontera natural con Colombia, en su tránsito hacia los Estados Unidos, según datos oficiales.
También en 2016 más de 5 mil cubanos fueron rescatados por la Guardia Costera de los Estados Unidos y más de 56 mil llegaron a la nación estadounidense por distintas vías, principalmente a través de la frontera mexicana.
Luego del cese de “pies secos, pies mojados” la entrada de cubanos a los Estados Unidos por vía ilegal ha disminuido notablemente. Muchos quedaron detenidos en México, que inició un proceso para su regularización o regreso a la Isla.
Un informe sostiene que en el primer semestre de 2017 el número de balseros (322) descendió en un 86 por ciento con respecto a las cifras del año anterior (2295). Por primera vez en siete años, en abril las autoridades estadounidenses no reportaron ninguna intercepción.
En los primeros meses de 2017, México y otras naciones de la región devolvieron a Cuba más de 900 migrantes ilegales. Incluso Estados Unidos iniciaron la devolución de cubanos llegados irregularmente a su territorio.
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EFE / OnCuba