Parece ser que existe una estrecha relación entre el aumento de la producción de asfalto y la visita de un Papa al país. Nunca sabremos si el Papamóvil es capaz de resistir uno de esos famosos baches cubanos porque no los encuentra a su paso.
La mayor petición en los rezos de algunos ateos en este tipo de viajes es que el Pontífice pase por sus vecindades para que, al menos durante unos meses, los autos viajen sin sobresaltos o no los salpiquen con sucia agua estancada. Y luego, pues que venga otra vez el Papa.
Esto es algo completamente normal. Total, si cuando una visita de “arriba” va a una empresa algunos directivos se asustan, se preocupan, no duermen bien. Sin embargo, los trabajadores se alegran: Ese día almorzarán pollo. Y si la visita es de bien arriba, hasta cerdo asado, cerveza o algo mejor. Se pinta el centro de trabajo y hasta los jefes les dirigen la palabra y se preocupan por sus problemas.
Quizás ahí está el misterio de por qué siempre se sabe con mucha antelación que vendrá una “visita sorpresa”: Los visitantes lo anuncian con discreción para asegurarse de comer bien ese día.
Por supuesto, esto no ocurre en todas las empresas. Las hay con capital y jefes extranjeros.
Algunas familias guardan con celo un mantel o sábanas y toallas nuevas para cuando tengan visita en casa. El resto del tiempo usan un mantel sucio o no lo usan, y toallas y ropa de cama con claros vestigios del paso del tiempo.
Si se trata de ir al médico muchos sacan su mejor ropa interior del cajón en el que han hibernado durante meses. Hay ginecólogos o urólogos que nunca han visto un hueco en una prenda de este tipo, excepto que les toque hacer guardia en urgencias y el paciente no tenga esa visita planificada o que pasen por un edificio lleno de tendederas en los sábados de lavar.
Los dentistas se enfrentan a dentaduras llenas de caries que han estado faltas de higiene todo el año, menos ese día, en que fue cepillada con profusión, a veces con pasta dental de afuera economizada para esos casos, o prestada por un vecino.
¡¿Qué exagero?! Dígame usted si no conoce también a esos personajes que reservan su pareja más bonita para cuando visitan un centro nocturno o un hotel de lujo, en detrimento de la otra, menos favorecida, que se queda en casa o en el trabajo. “Es que tuve una reunioncita de último minuto, papi”, dicen esas muchachas que prefieren no mostrar al poco agraciado esposo y soltar una canita con otra piel más fresca.
Pero volviendo a lo de las visitas, es significativo como una filmografía de un país latinoamericano lució sus mejores galas en un caso de movimiento de un lugar a otro. A Pantaleón y las visitadoras la solicitan todos los años en el programa de la televisión cubana Cine de Nuestra América. Yo mismo nunca he visto una película peruana más de 2 veces, es más, puedo terminar la oración en peruana. Pero los que la han visto – me refiero a la película, aunque también vale haber visto a la actriz Angie Cepeda – estoy seguro que me entenderán.
La cuestión es que parece que por nuestros lares una visita nos hace más higiénicos y elegantes. Y a cualquier nivel: personal, familiar, empresarial o de país. Incluso, aunque quien reciba una visita conyugal en la prisión le importe un pepino si la ropa interior del visitante está en buen estado.
Muy buen artículo, en él leo como el ser humano se esmera siempre por mostrar lo mejor de sí, cuando algo importante sucederá en nuestras vidas. Curiosamente siempre se reacciona de esa manera, en todo nivel, en todos los lugares, en todas las familias, en todas las empresas, como si se tratara de un tema de Ego, de poder, de aceptación o de rechazo.
Me pregunto yo, qué pasaría si con la visita de un personaje importante no nos esmeráramos tanto y dejáramos vernos tal cual somos o mostrar nuestros lugares tal cuales son, qué aportaría o qué dañaría?
La inversión por mejorar los lugares y calles por donde pasaría junto con la fuente de empleo que esto conlleva sería la conclusión básica positiva, ya los resultados de la visita se darían en la medida del alcance de los objetivos propuestos en su inicio.
Muy buen artículo. Ya lo decía Rasverg (jejeje perdonen, pero sé que me falta o sobra alguna letra), a la prensa cubana le hace falta sentido del humor. Quizás lo de “El Lumpen” sea un poco exagerado. Pero necesitamos mirar todo esto con humor (aunque sin bachata) para poder tener tranquilidad para escucharnos unos a otro y ver como arreglamos el potaje.
Bienvenidos todos los artículos de Nwito y los otros que se embullen a ver la situación cubana con humor pero, repito, sin bachata y choteo. Recuerden siempre que Serio murió cag…
Este artículo del creativo amigo Nwito me hizo recordar la magnífica película “La edad de la inocencia” (no “Pantaleón y las visitadoras”, aunque también la vi, muy buena ella, pero lejos de la excelencia del libro homónimo del genio peruano que ya conocemos), que muy bien pudo llamarse “La edad de la apariencia”, porque Scorsese recreó con creces lo que significa supeditar lo real a lo aparente, con todo lo que ello pueda entrañar de simulación y hasta de daño a terceros. El papa será bienvenido, claro, como todo el que llega a nuestra casa, la propia y la de todos, con buenas intenciones y en su caso con deseos de ayudarnos a mejorar en el plano espiritual, que tanta falta nos hace a todos, pero de que encontrará lo verdadero… ¡eso está por verse, Compay!
Totalmente de acuerdo con el artículo, esa es la realidad cubana. Pero vale la pena preguntarse, y de quien es la culpa?
Muy buen artículo, y relaja en su lectura.
También en mi casa es así cuando viene alguien, siempre limpio y organizo para que se vea bien, aunque no le muestre los regueros. Siempre depende de cuan abierto seas a tus amistades, o enemigos, porque siempre hay estado de opinión cuando se muestra lo feo y esas opiniones pueden dañar la reputación que quieras mantener. Es parte de las relaciones públicas y de como quieres que los demás te vean.
Vale la pena mencionarlo y recapacitar sobre eso de manera positiva para mejorar el nivel de vida, o nuestra forma de pensar, aún cuando no haya visitas.
Me parece un buen articulo que engloba desde una visita de Estado lo que sucede en lo “minusculo” de la sociedad. Lo bueno todo el mundo lo echa pa’lante como bien se ejemplifica, lo malo es que en los lugares donde todo debe estar bueno la mayoria de las veces porque para eso el obrero produce, solo tiren la casa por la ventana cuando Santa Barbara va a hacer tronar o tronar en cualquier empresa. Siga el latigo sonando con cascabeles en la punta, martianamente hablando, y que entre risa y risa aparezcan soluciones mas duraderas y no solo un barniz hasta donde la vista alcance.
Aqui tenemos un ejemplo de como escribir una historia donde todos los cubanos nos veamos reflejados sin irse a los extremos. Sabrosa y cotidiana, Un gran abrazo al mejor humorista que ha dado cifuentes.
Jajajaja, muy bien Nwito, una buena historia, realmente así somos los cubanos, jajajaja, gracias por enviarme el link, lo pienso seguir con frecuencia