Para algunos, esta semana comenzó en la mañana del domingo, cuando empezaron los preparativos de los alimentos que los acompañarían en su viaje. Hay, entre ellos, pobladores de toda la provincia de Camagüey, incluso de comunidades bien apartadas, que como una confirmación de fe peregrinan al encuentro del Papa Francisco.
En números redondos suman más de 4 000 camagüeyanos y tuneros —de los municipios de Colombia y Amancio Rodríguez— que en 70 ómnibus y un tren de pasajeros con doce coches viajaron en la madrugada de este lunes desde la capital agramontina hasta la ciudad de Holguín, sede la segunda misa del Sumo Pontífice en Cuba.
Ambas caravanas partieron antes de las dos de la mañana, para cumplir un recorrido de casi cinco horas en el que iban acompañados por autoridades eclesiásticas, políticas y gubernamentales del territorio.
Esta no es la primera ocasión en la que se organiza una jornada similar, aseguró a OnCuba Ana Idelsa Rivero, una de las participantes en la travesía, “como cuando vino Benedicto”.
En aquella oportunidad, miles de lugareños tomaron la carretera para acudir a la misa oficiada en Santiago de Cuba por el anterior Obispo de Roma.
“En la visita de Juan Pablo II (enero de 1998) se hizo muy popular aquí un coro que rezaba que ‘el Papa se quedaba en Camagüey’ y luego, cuando vino Benedicto, le decíamos que adónde fuera, los camagüeyanos iríamos con él. Eso es lo que ahora cumplimos: estamos llevando a Camagüey a donde vaya nuestro padre”, resaltó José Miguel, uno de los jóvenes convocados por el arzobispado local para ayudar en la organización viaje.
En una provincia de tan marcada tradición católica, no resultan extraños acontecimientos de este tipo, pues cada año se organizan varias procesiones y otras festividades masivas, y en la memoria cercana resaltan sucesos como la beatificación del Padre José Olallo Valdés, uno de los representantes más emblemáticos de la tradición lugareña.
Aun así, continúa siendo muy estricta la posición de las autoridades en cuanto a la divulgación de tales celebraciones. OnCuba pudo comprobarlo de primera mano durante la salida de los peregrinos desde la terminal de ferrocarriles, sitio en el que resultó prácticamente imposible tomar imágenes debido a las “normas de seguridad” establecidas por el Ministerio del Interior.
Ese hecho, sin embargo, no empaña la connotación de una jornada en la que tantos toman el hábito del peregrino para encontrarse con el Papa más carismático de las últimas décadas; el mismo que ha llamado a los cubanos a seguir su camino, sin importar las distancias, las dificultades ni los desencuentros.