Sonriente, satisfecho por lo que parece sentir como un buen trabajo, el cardenal Jaime Ortega se despidió hoy de su puesto al frente del Arzobispado de La Habana.
En una catedral capitalina repleta de fieles y algunos invitados prominentes, como el encargado de negocios estadounidenses en La Habana, Jeffrey de Laurentis, y la jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, Caridad Diego, Ortega agradeció al presidente cubano, Raúl Castro, el acercamiento “sin retrocesos” y no siempre “comprendido” que generó con la Iglesia Católica.
“Agradezco a las autoridades de mi país todas las posibilidades de superar períodos críticos y momentos difíciles, y haber sido capaces de avanzar sin retrocesos por un camino de diálogo, no comprendido por muchos dentro y fuera del país; dentro y fuera de la Iglesia, dentro y fuera de las estructuras gubernamentales”, señaló.
Sobre la figura de Raúl, Ortega añadió: “Él aceptó la participación activa y mediadora de la Iglesia Católica en la excarcelación de casi 150 prisioneros”, un gesto que agradeció “especialmente”.
Durante la eucaristía matutina de este sábado, fue leído un mensaje del Papa Francisco, en el cual el pontífice reconocía a Ortega su papel fundamental en varios procesos de negociación de los últimos años:
“Aun en tiempos delicados, no ha escatimado esfuerzos para fomentar la reconciliación en el seno de la sociedad cubana para abrir caminos de diálogo entre Cuba y otros países”, refirió el mensaje.
Ortega salió a la Plaza de la Catedral en medio de efusivos abrazos y saludos de los asistentes, a quienes aseguró que seguirá activo como cardenal. Según se supo en los últimos días, Jaime Ortega fijó su residencia de retiro en las instalaciones anexas al centro cultural Félix Varela, ubicado justo al lado de la catedral de La Habana.
Nacido el 18 de octubre de 1936 en Jagüey Grande, Matanzas, Jaime Ortega fue ordenado sacerdote en 1964. Fue llamado a cumplir el servicio militar obligatorio en las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción, UMAP, que el Gobierno cubano mantuvo hasta 1968. Fue obispo de la diócesis de Pinar del Río, y en 1981 fue nombrado al frente de la archidiócesis de San Cristóbal de La Habana, cargo que desempeñó hasta ahora.
El próximo 22 de mayo se oficiará la misa de bienvenida al nuevo arzobispo habanero, el camagüeyano Juan de la Caridad García.