Mami se fue en paz, afirma hijo de Celina González

Esta mañana el último piso de la funeraria Calzada y K me parecía demasiado vacío para la importancia del difunto: al conocer que Celina González sería velada en el salón reservado a los muertos importantes, supuse que no cabría un alma, entre dolientes íntimos, artistas, reporteros y admiradores de la Reina del Punto Cubano…

Pero no fue así, o al menos en el rato que estuve, apenas éramos tres periodistas, y una treintena de personas, entre familiares y amigos. Supuse que sus hermanos de fe ya habían cumplido con los rituales fúnebres de su religión, o quizás luego vino más gente. En su capilla ardiente, una foto de Celina y Reutilio Domínguez coronaba el imponente féretro, entre sendas coronas enviadas por Fidel y Raúl Castro.

Conversé con Bárbaro Reutilio Domínguez González, hijo de una de las parejas más populares del arte en Cuba, y compartió con OnCuba algunas consideraciones sobre su célebre madre, cuya muerte el pasado 4 de febrero, a los 85 años de edad, conmocionó a quienes conocimos su música y disfrutamos su canto.

“Es un dolor irreparable, pero hace un tiempo lo esperábamos. A finales de agosto pasado los médicos me vaticinaron que le quedaban días, pero mami luchó hasta el pasado miércoles. Murió a las 10: 25 am. Te repito, lo esperábamos, pero es difícil lidiar con esto”, confesó.

Al preguntarle cómo fueron sus últimos días, Bárbaro afirmó que su madre murió tranquilamente. “Mami se fue en paz, no hay cómo lidiarlo. Creo que fue una mujer feliz, hizo y logró lo que siempre quiso. Vivió a plenitud”, explicó.

Respecto al legado que deja la autora de himnos como A Santa Bárbara y Yo Soy el Punto Cubano, su hijo señaló que Celina viajó incansablemente, y llevó la música cubana a los rincones más increíbles, y fue alabada por públicos insospechables, como el japonés. “Yo le preguntaba a mami cómo era que los japoneses la entendían y bailaban sus montunos, y ella se reía y me decía ‘bueno, no sé… ¡pero los bailan!”, nos cuenta.

Según Bárbaro Reutilio, si en el mundo se conoce la guajira es gracias a su madre, que defendió con su talento, su voz y carisma un género en su opinión marginado, a veces soslayado pese a resumir la quintaesencia de las raíces y espiritualidad de los cubanos. “Mami dominó la música campesina con soltura, la defendió y paseó por todo el mundo. Es que llevaba a Cuba en su corazón”, concluyó.

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