El Caribe es una suerte de crisol donde se funde pluralidad étnica, cultura, lengua y religión. Si bien esta zona geográfica del continente americano posee diversidad cultural y de credos, la región caribeña también goza de una unidad entrañable; y es este el pretexto del que se vale Santiago de Cuba, ciudad donde han ardido las llamas de la Fiesta del Fuego de manera ininterrumpida, desde 1981 hasta hoy.
Como es tradición, esta gran festividad acontece del 3 al 9 de julio de cada año, y esta edición número 34 está dedicada a la República de Surinam. Dicha celebración concibe varios eventos culturales que alternan con espacios teóricos de diferentes ejes temáticos: El Coloquio Internacional “El Caribe que nos une”, talleres de religiosidad popular, de oralidad, de teatro, de música, de poesía, de medicina natural y tradicional, entre otras actividades.
Acerca de los orígenes del Festival, de su principal creador y de algunas actividades que acontecerán en esta edición, comentó para OnCuba Kenia Dorta Armaignac, Subdirectora de Investigaciones de la Casa del Caribe y coordinadora del Coloquio “El Caribe que nos une”.
¿Cómo se concibe el proyecto fundacional de la Casa del Caribe?
La Casa del Caribe surge a principios de los ochenta, cuando Joel (James) era asesor histórico del Conjunto Dramático de Oriente, denominado luego Talento Teatral Santiago. Allí trabajó con actores como Carlos Padrón, Raúl Pomares, entre otros, y con investigadores que a la vez hacían de actores y directores. De allí surge la necesidad de crear una institución, que investigue al interior de esa porción invisible de la sociedad cubana, y de los fenómenos migratorios de grupos que formaban parte de la identidad nacional, y que durante siglos ha tenido lugar en esta zona oriental del país.
Así nace el proyecto de la Casa del Caribe, desde la mirada al Caribe como una experiencia de ser, de sentir y de entender esa parte del mundo, y de que en Cuba existía una diversidad cultural interior no reconocida ni legitimada hasta entonces, e invisible a los efectos de una construcción nacional identitaria que privilegiaba otras miradas y desconocía los aportes antillanos al interior de la sociedad. Finalmente la Casa se funda de manera oficial en junio de 1982.
La primera edición del Festival del Caribe se celebró en abril de 1981. ¿En qué medida la Casa del Caribe ha trabajado para mantener y reformar las diferentes ediciones hasta la número 34 en el 2014?
Existen dos principios fundacionales que rigen en la Casa del Caribe: Investigación y Promoción. La investigación se desempeña con todo el rigor académico que lleva, y al mismo tiempo con principios éticos. El objeto de investigación deja de serlo y se convierte en sujeto de esta. Se investiga para honrar al otro, para darle valía al otro.
Por su parte, la promoción se logra a través del festival, y funciona como una plataforma de integración regional en torno a los procesos caribeños para acercarnos desde la cultura. A través del festival, también se hacen circular saberes diversos, donde la academia, los líderes barriales, los líderes comunitarios, junto con los decisores políticos se encuentran, dialogan y de esta manera dignifican esa cultura que a veces resulta invisible.
Desde entonces hasta hoy, la casa ha abierto muchas puertas y brechas, y si hoy la generación más joven nacida en la Revolución tiene un sentido de pertenencia orgánica en un espacio llamado Caribe, ese sentido se debe en gran medida a la labor sistemática de la Casa, de ir acercando a ese Caribe profundo, no a ese Caribe de élite ni de grandes figuras, sino al de grupos portadores de cultura, de agrupaciones artísticas que no circulan en los grandes circuitos del arte y en este espacio se dignifican y obtienen su legitimidad. El Festival se ha reinventado y se ha superado a sí mismo, ganando en experiencia y en conocimiento.
Joel James ha sido fundamental para la Casa del Caribe, así como para los Festivales realizados. ¿En qué sentido se ha perpetuado su legado?
No existiría la Casa del Caribe hoy si no hubiera sido por esa labor fundacional de Joel James junto a un grupo de colaboradores, con inquietudes investigativas en torno a expresiones de la cultura popular y a elementos identitarios de Santiago de Cuba y de la región Oriental. Joel es el fundador, el gestor y el que conceptualmente concibe La Casa del Caribe. El es el padre de este proyecto. Todos los que estamos aquí somos herederos de su trabajo, por eso él sigue vivo entre nosotros.
Joel nace en la Habana, pero su familia se traslada luego hacia Banes, Holguín. Allí convivían en ese espacio físico, cultural e histórico, una migración antillana, básicamente de origen haitiano, donde también coexistía una migración norteamericana protestante y la sociedad cubana criolla. Luego se exilia en Jamaica, debido a sus vínculos con el proceso revolucionario cubano, y cuando triunfa la Revolución regresa a Cuba. Por ende, para él el Caribe es una experiencia de ser.
Joel no se acerca al Caribe solo desde la perspectiva académica de los estudios de historia (se graduó de Historia por la Universidad de Oriente), sino también se acerca desde un crecimiento personal, donde el Caribe es una vivencia para sí, una manera de entender el mundo, de compartir un espacio cultural en el sentido más amplio de la palabra, que desborda lo regional, lo geográfico y lo físico.
En el año 2008 surgió el coloquio “Joel James In Memoriam” que se celebra en enero coincidiendo con su nacimiento. En este encuentro se reúnen diversos investigadores con el propósito de mantener vivo su legado y de debatir sobre su pensamiento antihegemónico. De esta manera, podemos tener a Joel con nosotros en julio en el Festival y en enero en el coloquio.
En esta edición de la Fiesta del Fuego se concederá el Premio Internacional de la Casa del Caribe a Comunidades Cimarronas de Surinam. ¿Podría adelantarnos otras actividades que se realizarán dedicadas a esta nación?
Otro de los agasajos que recibirá Surinam es la develación de un busto del eminente poeta e ícono cultural surinamés Robin Drobú, que estará colocado en la Avenida de las Américas de esta Ciudad, cercano a otros próceres independentistas de nuestra patria grande.
¿Qué perspectivas se han trazado para el próximo festival? ¿Qué país será homenajeado?
El próximo año el festival estará dedicado al 500 Aniversario de la Fundación de la Villa de Santiago de Cuba y a su pueblo, así que toda la energía de la Casa y de la ciudad estará enfocada en eso desde ahora.