A los quince años fue amazona del Equipo de Rodeo de la provincia Sancti Spíritus para complacer a su abuelo. Luego se hizo Licenciada en Farmacia, para consentir a su madre. Era una joven profesional viviendo en la ciudad cuando recibió un gran dolor que le torció el rumbo y la “haló pa’l monte”.
Su hermano Rolando, sin haber cumplido los 30 años, no rebasó un infarto. Pocos años después, su padre también moría por la misma causa. Parecía extinguirse un linaje ganadero, pero Ana Julia Álvarez Rey se hizo cargo de la finca Arroyo Hondo: cerca de cinco caballerías de tierras que dan albergue a uno de los mejores rebaños de Cebú Bermejo en Cuba.
“Mi abuelo Gabino Álvarez, era un conocedor del tema del ganado racial. Tenía una sensibilidad especial para cuidar de los animales y esa fue la mejor herencia que me dejó”.
Más de 200 animales integran hoy el rebaño de una de las fincas ganaderas más exitosas del país, reconocida, entre otros premios, con el Orgullo Cuba, Excelencia a la mujer productora, y la condición de Abanderada en el trabajo de mejoramiento genético para la obtención de animales de doble propósito (carne y leche). Arroyo Hondo también sobresale por la preservación de los recursos naturales.
“En la finca acabamos de sembrar mil árboles maderables. Fue un sueño que acaricié junto a mi esposo Hugo. Él se encarga de capacitar a los campesinos para que la producción ganadera no se convierta en un arma que destruya el medio ambiente. Aquí hace años tenemos un biodigestor, aplicamos la lombricultura y usamos el estiércol de los animales como fertilizante”.
Ana Julia y Hugo Consuegra forman una pareja incansable. Hay quien dice que ella amanece en la vaquería y él duerme en el campo. Gracias al uso de varios principios y técnica científicas obtienen mejores rendimientos que los de Unidades Básicas de Producción Cooperativa de la zona. En menor cantidad de caballerías de tierras y con menos animales que entidades estatales, acopian cerca de 40 mil litros anuales de leche.
Según Ana Julia, el tema del mejoramiento genético en el sector ganadero cubano pasa por factores de diversa índole entre los que sobresale la necesidad de capacitación a los productores. La práctica de la inseminación artificial masiva permite implementar programas de mejoramiento genético que muchas veces son desconocidos. La selección del pie de cría es importante para mejorar la disponibilidad de carne y leche.
Antes de inseminar a las hembras del rebaño hay que estudiar el semen adecuado. En Arroyo Hondo se usa material de óptima calidad proveniente de variedades resistentes y bien adaptadas. En el caso de la vaca Holstein es grande y fuerte, con un peso promedio de 650 kilos. Se trata, a juicio de expertos, de un animal ideal pues tiene su primer parto antes de cumplir tres años y de ahí en lo adelante debe criar un ternero anualmente.
La Holstein cruzada con la raza Cebú Bermejo transmite a su descendencia la capacidad de producir altos volúmenes de leche. Sin embargo, no es la única posibilidad de cruzamiento abierta en la finca espirituana de Cabaiguán. Allí también se trabaja con el Bos Indico, animal de apariencia corpulenta, escaso de grasa y con un temperamento activo y tenaz.
“En Arroyo Hondo damos valor al análisis de los registros productivos, lo que permite tener la información necesaria para conocer las potencialidades de cada animal. Si me preguntaras por qué la ganadería cubana no tiene el despegue que las condiciones económicas del país necesitan, te diría: porque aún tenemos los pies en el presente y la mirada en el pasado”.
En sus tierras el pastoreo intensivo fue sustituido por otras variantes de alimentación y cuidado de la masa ganadera. Las travesías de los animales en busca de comida se sustituyen por fórmulas como el acuartonamiento de las reses por áreas. Así se evita la fatiga del ganado por recorrer largas distancias en busca del mejor pasto. En Arroyo Hondo, además, trabajan para garantizar alimentos de altos valores nutricionales para la etapa de sequía.
La ausencia de enfoques grupales muchas veces lastra los resultados que se esperan en Cuba de la ganadería. Ana Julia Álvarez avala que es necesaria una visión integral de la que no se excluyan los factores biológicos, físicos y socioeconómicos que constituyen la base de todo sistema de producción.
“Tomarse en serio la crianza de ganado racial es una tarea complicada. Es necesario estudiar, saber escuchar y amar lo que uno hace. Mi esposo y yo nos levantamos pensando en Neco, un animal que ha sido admirado en ferias ganaderas por expertos de Cuba y jueces internacionales. También tenemos un cariño especial por Frida, la vaca que tiene nombre de pintora, y así te pudiera nombrar a cada uno de mis ejemplares”.
Esta mujer de éxito, también tiene preocupaciones y miedos. “No son pocas las veces que pienso en el momento en que mi esposo y yo le faltemos a la finca. Pero rápido me sorprenden las caricias de mi guajiro para recordarme que si yo era farmacéutica y viré al monte, nuestra hija actriz, llegado el momento, también regresará a Arroyo Hondo”.
Por: Yenis Fleites
Fotos: Alain L. Gutiérrez
Hay que decir que es una pareja incansable, emprendedora donde las haya. Han superado muchas pruebas en su camino pero siempre han salido adelante y donde se trabaja con el amor de ellos siempre hay recompensa. Besos a todos y gracias por esas lecciones que siempre nos habéis dado