Cerca del túnel de la calle Línea, en pleno Vedado habanero, una semiderruida fábrica de bicicletas cederá sus espacios a catorce artistas visuales de once países cuando, iniciada la 12 Bienal de La Habana, se inaugure el proyecto colectivo Montañas con una esquina rota.
Alejados completamente del concepto de white cube, la idea de los curadores Wilfredo Prieto, Direlia Lazo y Gretel Medina parte del interés por el espacio y su intervención, a partir de piezas que dialoguen tanto con el pasado del lugar como con sus alrededores. A su vez, el proyecto “propone explorar las estéticas de lo azaroso y lo accidental, la poética de la ausencia, la nostalgia y la relación vital entre el gesto artístico y el contexto en que se exhibe”.
El espacio, que se erige entonces como principio, era conocido como Fábrica de bicicletas Pipian, hasta que se incendiara en el año 2002 por causas desconocidas. Anteriormente, también radicó allí una fábrica de ómnibus para el transporte público y la estación de tranvías Carmelo Vedado, durante la segunda mitad del siglo XIX.
La selección de los artistas participantes en Montañas con una esquina rota responde a un gusto de los comisarios, por supuesto, pero convergen quizás en haber trabajado en algún momento el concepto de paisaje, de lo urbano, de la movilidad. Estuvo marcada también —cuenta Wilfredo Prieto—, por un interés casi pedagógico de reunir artistas de primera línea, con un hilo conductor muy definido, pero con muchas diferencias entre ellos. “Artistas de reflexiones muy sólidas acerca de lo que sucede en la sociedad, por ejemplo, pero no panfletarios, sino más de concepto”, apuntó.
Entre ellos el inglés Ryan Gander, cuya obra es muy física y con fuertes remanentes de la historia del arte, realizará un performance como guardia de seguridad e interactuará con algunas de las piezas; mientras que el israelí Ariel Schlesinger, quien acostumbra a crear tensión o distanciamiento entre sus piezas y el espectador, confesó a OnCuba sentir mucha presión, pues se trata de uno de los mayores proyectos a nivel internacional en los que ha participado:
“¿Sobre mi pieza? No tienen idea de lo que va a pasar. Estoy intentando cosas nuevas, pero siempre tratando de desarrollar muy bien las ideas, quizás no funcione, pero el espacio en sí es grandioso, no tienes que desarrollarlo mucho para que la exposición sea interesante”, agregó.
Los artistas Abraham Cruzvillegas (México), Michael François (Bélgica), Pierre Huyghe (Francia), Gabriel Kuri (México), Tatiana Mesa (Cuba), Helen Mirra (EUA), Navid Nuur (Irán), Roman Ondak (Eslovenia), Shimabuku (Japón), Roman Signer (Suiza), Richard Wentworth (Reino Unido) y Eduardo Ponjuán (Cuba), quien expondrá una de las piezas de su más reciente muestra Bésame mucho, completan la nómina de artistas que intervendrán la fábrica.
Algunos de ellos, a través de sus piezas, traslocarán el conocimiento que sobre Cuba poseen, o algún contacto previo que hayan tenido con la Isla, con lo cual se creará un contraste a partir de la reubicación o resignificación que tal información adquiera una vez en Montañas con una esquina rota.
El proyecto, que será inaugurado el 22 de mayo próximo a las 7:00 p.m. en la fábrica de bicicletas de Línea y 18, no ajeno al presupuesto que regirá la 12 Bienal —“entre la idea y la experiencia”—, reactivará y redefinirá un espacio, añadiendo, a la lógica relación objetual de las obras, la interacción con la audiencia y con su memoria.