Eduardo no recuerda quién fue la primera persona que fotografió como modelo. Considera la fotografía de modas como un arte porque “hacer publicidad es arte”. Por eso le “choca” cuando muchas veces las personas le piden ver sus “foticos”, un término peyorativo que utilizan incluso colegas de profesión.
Consciente de que el mercado cubano de la moda no es de gran escala y esto lastra el desarrollo de quienes se dedican a este género fotográfico, Eduardo Rawdríguez decidió que este era su mundo.
“Yo sentí que en un momento se perdió el interés por hacer este tipo de fotografía, pero eso ha cambiado en los últimos tiempos. No tenemos una industria de la moda del todo conformada, casi siempre fotografiamos prototipos de diseñadores que las veo como obras de arte, pues estas piezas no se reproducen en serie para venderlas”.
Con su última exposición fotográfica el artista cierra un ciclo. Su primer acercamiento a la fotografía fue en uno de los cursos de verano de la Fototeca de Cuba, sitio en el que actualmente se expone El Cuarto Oscuro, resultado de la beca de creación Raúl Corrales que ofrece esta institución.
“Para El Cuarto Oscuro me llevó mucho tiempo concebir la idea de lo que quería hacer. Era importante esta exposición pues de allí partí, la Fototeca me abrió las puertas al mundo de la fotografía”.
Su cuarta exposición personal se aleja del mundo de la moda y la publicidad, que es donde radica la mayor parte de la obra del artista, aunque tenía un trabajo previo con la temática del desnudo corporal. La muestra se llamaba 17 y desde aquel entonces -confiesa Eduardo- “me quedé con la inquietud de seguir el tratamiento del cuerpo desde la fotografía”.
“Estudié muchos referentes, en especial Robert Mapplethorpe; poco a poco me di cuenta de lo que no quería, que también es fundamental, hasta que llegué a un punto en el que me dije ‘ahora es el momento de hacer lo que quiero’ y me gustó el resultado final. Fui a ver la muestra como un espectador y salí contento con lo que pude apreciar.
“Antes de hacer un retrato o un desnudo me preparo mucho física y mentalmente, por eso no me resulta difícil afrontar este género. No tardo más de una hora en una sesión de este tipo porque siempre llevo claro lo que quiero lograr en la foto y cuando logro ‘La Foto’, pues ahí termino”.
En la Fototeca despertó la pasión del joven Licenciado en Lengua Inglesa por el arte de tomar instantáneas, para luego seguir estudios en la Academia de Arte y Fotografía Cabrales del Valle, donde decide que era la fotografía de moda lo que quería hacer.
“Siempre me gustó este género. Veía muchas revistas y también desde la música me llegaba, porque la moda y la música tienen puntos en común. Empecé fotografiando amigos y estos primeros trabajos fueron moviéndose hasta que cayeron en manos de diseñadores”.
En este sentido destaca el trabajo de Rawdríguez en Arte y Moda, un evento con más de una década de existencia, donde el diseño juega con el performance y las artes visuales para crear piezas y modelos solo aptos para las pasarelas.
“Aquí he crecido mucho como profesional. Comencé haciendo fotos para mí, al pie de la pasarela sin autorización oficial. Las instantáneas las usaban varios implicados en el evento hasta que me llamaron, fue cuando pasé de hacer fotos para mí a realizar varios catálogos y luego la exposición por los 15 años en el Museo Nacional de Bellas Artes. Una experiencia increíble”.
Varios son los artistas que han quedado grabados en el lente de este joven, quien siente que “si no tuviera empatía con el artista en el momento de la sesión de fotos, no me meto en el proyecto. Siempre tiene que existir un acercamiento y fluidez, buena energía… hasta ahora con todos me ha pasado eso”.
Eduardo no aisla términos en su trabajo. Para él toda la fotografía guarda una estrecha relación. Recuerda a Alberto Korda, en cuya obra se puede apreciar elementos de sus años como fotógrafo de publicidad incorporados en su posterior tratamiento de la épica revolucionaria.
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En los últimos tiempos Eduardo ha incursionado además en el video clip, aunque lo respeta mucho. “Zapatero a su zapato”, asegura. Si bien como realizador audiovisual afirma que no cuenta historias, presenta un estilo particular.
“Siempre trato que los videos se vean como una fotografía en movimiento. Si logro proyectar la imagen del artista en una foto, pues mantengo esa visualidad durante todo el material. Tal vez no logre narrar una historia, pero la idea de la sesión fotográfica sí trato de llevarla al clip.
“Actualmente estoy trabajando en una proyección de videoarte para la próxima edición de Arte y Moda, más ligado al performance para evitar ser repetitivo en relación con el trabajo que vengo haciendo en este evento. Durante las sesiones de fotos se realizan cápsulas audiovisuales y todo empezó como un making off, pero el equipo de trabajo quería experimentar más. Hay que esperar a noviembre a ver como resulta este experimento”.
Por el momento, Eduardo Rawdríguez sigue enfocado en su trabajo en el mundo de la moda, grabando con luz la imagen de artistas en sus fotos, no “foticos”.