Fábrica de Arte Cubano, un símbolo de los nuevos tiempos

Yassek Manzano en la Fábrica de Arte Cubano

El reconocido jazzista cubano Yassek Manzano en la sala "Santiago Feliú" de la Fábrica de Arte Cubano / Foto: Alain L. Gutiérrez.

Medio año después de su apertura, la Fábrica de Arte Cubano es una realidad, un símbolo de los nuevos tiempos, y quizás el ejemplo más cercano de que la verdadera cultura también puede ser rentable. Aunque no sea fácil, pero si así fuera… ¿qué gracia tendría?

Perfectamente reconocible desde lejos por la inmensa chimenea de ladrillos de lo que antaño produjera aceite, la Fábrica –como sencillamente le llaman sus habituales– es algo diferente y por eso cautiva a quienes la frecuentan: cuesta más que un museo, pero menos que el cover de reguetoneros y orquestas de timba, por ejemplo.

Conciertos, exposiciones, proyección de audiovisuales, presentaciones teatrales, desfiles de moda y otras propuestas encuentran cabida en las naves de la Fábrica, en cuyos vericuetos salta el arte en las más disímiles formas, con obras que van de lo figurativo a lo conceptual, con guiños al arte-pop, y hasta una barra de self-service donde uno puede servirse la ideología que guste, de Gramsci a Marley, por ejemplo. Otro incentivo para ir a la Fábrica será su zona de WiFi local, una Intranet con base de datos de artistas cubanos, de la cual se podrá incluso descargar música, carteleras culturales e informaciones afines, explicó Alfonso, quien recalcó que la navegación será exclusivamente local, para que nadie se haga ilusiones…

X Alfonso
X Alfonso / Foto: Danay Nápoles.

Eso sí, como soñar todavía es gratis, los gestores no descartan que algún día puedan vender sus entradas online. Por lo pronto, la idea es armar una programación de seis meses, de manera que las entradas puedan comprarse con mucha antelación, para garantizar un cupo en algunos de los festivales con los que tiene previsto cooperar la Fábrica, como el Peace and Love, por ejemplo.

El rostro más visible de este ambicioso proyecto es X Alfonso, líder de la escena alternativa cubana, quien se enamoró del local y luchó por conseguirlo. Contó con la ayuda del Instituto Cubano de la Música y el Ministerio de Cultura, que corren con ciertos gastos hasta que el proyecto logre autofinanciarse del todo.

El mecanismo es sencillo: uno paga 50.00 pesos cubanos –unos 2.00 CUC– para entrar, y en la puerta recibe una tarjeta donde anotan lo consumido para pagarlo a la salida. El único problema es que debes cuidar la tarjeta, porque si la pierdes tendrás que abonar 30.00 CUC por ella. Y eso aquí, para la mayoría, es mucho dinero.

Aun así, X estimó que 50.00 pesos es una tarifa estándar comparada con los precios de otros espacios que ofrecen menos propuestas y tienen un horario menor. Igual está abierto a sugerencias, pero siempre parte de que la Fábrica no oferta cualquier cosa: estamos hablando de arte y talento. Y el talento cuesta…

Respecto al deseado autofinanciamiento, a tono con los tiempos que vive Cuba, el multifacético artista explicó que el dinero recaudado con las entradas va a su empresa, se descuenta un por ciento, y luego regresa para el mantenimiento y conservación de la Fábrica.

Entre los propósitos de este “nido de creadores” –como lo definió X en diálogo con OnCuba– está trascender sus muros e involucrarse con la comunidad, a través de proyectos ambientales y de apreciación artística, así como ofrecer talleres tanto para aficionados como para alumnos de escuelas como el Instituto Superior de Diseño, la Facultad de Medios Audiovisuales o la Academia San Alejandro.

A medida que vayan funcionando las cosas, irá cogiendo forma un manual o guía para replicar en Santiago de Cuba y Santa Clara esta experiencia que aspira a ser sustentable. X confirmó que él, personalmente, estará detrás de cada nuevo proyecto.

Al preguntarle por qué se enreda en esos líos, nos responde que su propósito es dejar una huella en la vida. “Me parece súper una cosa como esta, que la gente venga e interactúe con los artistas, que hayan 200 creadores generando ideas…”, explicó. No sabe si la actual coyuntura que vive Cuba es más o menos propicia, solo sabe que este era el momento para hacer realidad su viejo sueño, y solo espera que la Fábrica estimule más proyectos que contribuyan a enriquecer la espiritualidad del cubano. “Ojalá nos copien…”, dice.

Fábrica de Arte Cubano
En la Fábrica… se ofrecen conciertos, exposiciones, desfiles de moda, obras de teatro, entre otras propuestas / Foto: Alain L. Guitérrez.
Fábrica de Arte Cubano
Esta iniciativa busca involucrarse con la comunidad a través de proyectos ambientales y de apreciación artística / Foto: Alain L. Gutiérrez.
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