Fotocerámica LeZkno: sueño para compartir

Foto: Jorge V. Gavilondo.

Foto: Jorge V. Gavilondo.

Considera LezKno que el principal atractivo de la fotocerámica “es disfrutar de todo el proceso”, porque no solo se trata de tomar la instantánea sino de vincular la fotografía al oficio de llevar esa imagen a la cerámica: “es un trabajo manual y artesanal, no es seriado ni automático –como muchos creen– y se trabaja losa a losa”.

La fotocerámica es “un proceso muy complejo en todas sus etapas, requiere de sacrificio, largas horas de trabajo, implica errores, interrupciones y, además, se vincula con la parte más artesanal de la cerámica, la serigrafía y otras técnicas: todo ello permite elevar a planos superiores el nivel artístico y creativo de la obra”, dijo el artista en conversación con OnCuba.

Extramuros

Aunque es graduado de Ciencias Jurídicas en la Universidad de La Habana y Máster en Seguridad Informática, desde pequeño Yasser Lezcano sintió inclinación hacia las artes plásticas, sin embargo reconoce que su formación como abogado e informático le sirvió de “herramienta” para desempeñar mejor su trabajo: “sin un conocimiento profundo de las nuevas tecnologías no podría materializar la obra. Sin duda, la informática me acortó el camino y el Derecho me facilita ver la vida desde otra perspectiva”.

De estirpe le viene a este hombre el arte: su abuelo, Fernando Lezcano Miranda, fue un destacadísimo fotorreportero. Gracias a él, llegó hasta nuestros días la imagen de Rafael Trejo, joven asesinado en 1930 durante las luchas estudiantiles contra la dictadura de Gerardo Machado. Aunque no conoció al abuelo –quien falleció tempranamente– sí “le llena de orgullo” el saber que obtuvo importantes reconocimientos y “se acercó a la fotografía artística con una elegancia sin igual, abordó el paisaje, el desnudo, en la fotografía pintada, ya que en aquella época no existía la foto a color”.

Equilibrium

Por su parte, a Lezcano le interesa incursionar en múltiples temas como el paisaje urbano y rural, el desnudo femenino, la fotografía arquitectónica, la flora y la fauna, pero también reflejar la vida cotidiana del cubano. No obstante, como le apasiona la historia, una de las vertientes de su trabajo se inclina hacia la fotografía reconstructiva, es decir, aquella que recrea épocas, personalidades y momentos relevantes del desarrollo de la humanidad: “he tenido la oportunidad de desarrollar este tema profundamente, y poseo un grato recuerdo de lo que, creo, ha sido, hasta ahora, mi mejor trabajo de murales dedicado a nuestro apóstol, José Martí, titulado Dicha grande, que –por cierto– me encantaría exponer en Tampa, debido a la estrecha relación que tuvo el Héroe Nacional Cubano con los tabaqueros de esa ciudad norteamericana de la costa oeste de Florida”.

Caricia del Agua

Por estos días, Lezcano está en Panamá donde ha consolidado “fuertes vínculos” con diversas galerías y espacios de promoción, y –además de realizar varias exposiciones personales– “está desarrollando una línea basada en la producción de artículos utilitarios con la técnica de la fotocerámica para, por ejemplo, baños y cocinas personalizadas, muebles y otros soportes”. Con esta experiencia –dice– pretende que su arte se desmarque un tanto de los circuitos tradicionales vinculados a las galerías y “llegue al ciudadano de a pie una obra de arte, pero con hondo sentido utilitario”.

También, enfatiza, Fotocerámica LeZkno tiene intención de crecer hacia otros mercados, como el norteamericano: “ya en Estados Unidos se han mostrado interesados en la producción de nuestros murales y artículos utilitarios, y eso me hace feliz, pero tengo claro que siempre defenderé la esencia artística que, creo, es lo que nos hace diferentes”.

Finalmente comenta que años atrás lo tildaron “de loco” por dejar a un lado el cómodo trabajo que tenía para dedicarse por entero a la fotografía: “hoy no me arrepiento de haber tomado esa decisión porque sigo soñando, aún con los ojos abiertos. Fotocerámica LeZkno es eso, un sueño para compartir”.

Deo grattias

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