Jorge Otero es un artista versátil, conocido por sus originales fotografías, la mayoría en gran formato, con volumen y tejidas, en esta edición de la Bienal muestra también una instalación como parte de Detrás del Muro. Sobre las peculiaridades de las obras que propone en el evento entre otras perspectivas conversó con OnCuba.
¿En qué etapa de su trayectoria considera que se encuentra ahora mismo?
Estoy muy contento con algunas de las cosas que he logrado en este punto, creo que he conseguido materializar ciertas preocupaciones, pero de ninguna forma percibo mi obra como un fenómeno que ya alcanzó su forma definitiva, sino que me siento en constante aprendizaje, transformación.
¿Qué propone en su estudio o espacio expositivo?
En NG Art Gallery, localizada en A entre 27 y 29, formo parte de la exposición colectiva Meridiano 80 oeste, con una obra que es fruto de mis más recientes exploraciones formales. El nombre es Pietat, es una pieza de dimensiones mayores de las que acostumbro. La obra revisita un motivo clásico de la Historia del Arte: la piedad, y lo asume desde la técnica de la fotografía tejida, es un acto de apropiación del referente clásico desde un discurso más cercano a lo cubano.
¿Qué es lo más novedoso en su propuesta de esta Bienal?
De mis obras en esta edición de la Bienal definitivamente la más arriesgada es 19:30, hora en que se puso el sol el día en que se firmara en Cuba la primera Constitución, localizada en la parte de la Punta del Malecón habanero y expuesta como parte del proyecto Detrás del Muro. La instalación está compuesta por doscientas sillas colocadas en forma de auditorio y dispuestas en dirección al mar. En la obra me interesaba reflexionar acerca de la noción de límite, intercambiar de forma directa con la comunidad y pensar la Historia desde el momento actual, todo ello desde una propuesta muy simple: contemplar un atardecer. En estos días de la Bienal la obra ha desbordado mi marco de expectativas al ver la emotiva interacción del público con ella.
¿En qué consisten formal y conceptualmente sus obras en esta edición de la Bienal?
Como yo lo veo se pueden establecer dos líneas generales entre las obras que tengo en exhibición en esta Bienal: una primera sería mi línea más tradicional, que mantiene el uso de la fotografía tejida como técnica principal, y una segunda, quizá menos visible o conocida, en la que se inscribe mi instalación en Detrás del Muro. Sin embargo ambas no se encuentran divorciadas, sino que a pesar de las diferencias formales pertenecen a un mismo universo de preocupaciones y temas que me interesa abordar.
¿Qué significa para usted como artista participar en un evento tan importante como la Bienal de La Habana?
La Bienal me parece una oportunidad maravillosa para visibilizar la obra. También resulta muy útil en términos de nutrirse de la experiencia y el trabajo de la experiencia y el trabajo de otros artistas. Como evento construye una especie de mapa, mide la temperatura del arte que se produce dentro y fuera de la isla, lo cual es algo muy valioso. Me siento muy orgulloso de participar en esta edición de la Bienal.
¿Qué vendrá luego de la Bienal?
Si bien no me gusta escribir planes así, sobre piedra, te comento que estaré enfrascado en la preparación de una exposición personal en el mes de noviembre en Galería Habana. Tengo además proyectos expositivos que me comprometen en España, el Líbano y los Estados Unidos. De todas maneras, creo que la única afirmación tajante que podría hacer respecto a planes futuros es que seguiré mi camino de exploración artística en busca de nuevas direcciones y formas con las que expresarme.