Alexis Leyva Machado (Kcho) ha sido noticia una y otra vez no solo por estar entre pinceles, carboncillos o lienzos, su obra —prestigiada a nivel internacional— trasciende las artes plásticas y llega bien comprometida a los cambiantes procesos sociales.
Ahí están como muestras la labor con la Brigada Martha Machado, que surgió conformada por casi 50 artistas a raíz del paso de los huracanes Ike y Gustav, brigada que ha fungido como medicina para el alma ante los desastres naturales de Cuba y también de Haití. La donación de implementos de trabajo a siete talleres de grabados en distintas provincias del país; la creación de tarjas y un busto conmemorativo hacia la figura de Wifredo Lam; y sus trabajos de rehabilitación en la Isla de la Juventud, de donde es natural, por solo enumerar algunos ejemplos.
En Romerillo, barrio humilde o socialmente complicado del Consejo Popular Cubanacán, situado en el municipio Playa, de la capital, Kcho desarrolla desde hace siete meses un proyecto de utilidad social con el objetivo de transformar los espacios físicos y mentales de sus habitantes. Tarea pretenciosa que solo a fuerza de voluntad y energía tendrá sus frutos cosechados. Pero como él mismo afirma “todo es posible vinculando energías”.
El proyecto tiene resultados patentes en los espacios físicos. Desde octubre pasado, los habitantes de Romerillo han visto cómo antiguos basureros y terrenos baldíos se han convertido en seis nuevos parques y áreas de descanso. Disfrutan, además, de un anfiteatro y una sala de proyecciones audiovisuales en la Casa de Cultura; así como de la mejoría del alumbrado y el servicio telefónico público; la remodelación de la bodega; el saneamiento de lugares con escombros y salideros de aguas albañales.
Primero comenzamos las transformaciones en el barrio, explica Kcho. Era necesario que la gente viera que es posible cambiar los espacios físicos y embellecer la comunidad. Para ello lo primero que hicimos fue identificar los problemas. Aquí se practica mucho deporte y los niños jugaban en la calle por lo que creamos áreas deportivas y parques infantiles.
“Existían también enormes basureros y focos de vectores. Hemos trabajado en el saneamiento de todas esas zonas con la colaboración del Gobierno provincial y del Instituto de Planificación Física”.
Pero el trabajo de Kcho en Romerillo va más allá. El artista se encuentra actualmente construyendo su estudio en un antiguo taller de reparación de ómnibus escolares.
El creador asegura que no es cuestión de hacer las cosas un día y después desaparecer. La labor tiene que ser constante porque sino todo sería en vano. “No se trata solo de establecer mi estudio en Romerillo, sino de contribuir a la transformación del barrio para que la gente comience a cambiar de actitud, que participen y se movilicen por su comunidad”.
“Conozco bien Romerillo y a casi todo el mundo. Este es mi barrio, llegué con 15 años a la escuela y mientras estudié en el ISA era el lugar más inmediato cuando salía a comer algo o socializar con la gente. Yo me crié aquí y tengo muy buenos recuerdos de esa época. Un día pasé y lo encontré todo igual, los mismos baches en la calle, los mismos problemas, así que decidí hacer algo para cambiar Romerillo, un lugar al cual le debo y tengo mucho que agradecer.”
De modo que, el complejo constructivo contará además, con dos espacios de uso público dedicados al conocimiento y la cultura: La biblioteca Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, con todos los medios y recursos necesarios para el estudio; y la sala de arte Martha Machado Cuní, que abrirá sus puertas a exposiciones de arte, presentaciones de libros y otras actividades culturales. Las áreas, según manifiesta, piensa convertirlas en lugares de presencia constante en la cotidianidad de los habitantes.
“Estamos ahora creando una vía para comenzar a transformar también los espacios mentales y eso no se cambia en un día”.
“La sala-galería, por ejemplo, acogerá exposiciones de artistas nacionales e internacionales como Joan Miró, Andy Warhol, el escultor francés Arman, Spencer Turner…son trabajos que yo he coleccionado y se van a exhibir para todos. La idea que tengo es inaugurarla con Wifredo Lam y conmemorar el 110 aniversario de su natalicio. Queremos que sea una especie de museo comunitario didáctico, donde vamos a hacer talleres con los niños. El objetivo es que la gente disfrute y entienda el arte”.
En los alrededores de la galería se exponen nueve esculturas de su autoría y una tarja en la pared trasera dedicada a Lam, obra de los artistas cienfuegueros Alain Moreira y Antonio Nuñez. Enfrente de la entrada está la biblioteca pública, en donde Kcho afirma se podrán encontrar libros de arte, ciencia, tecnología e incluso computadoras, todo en función de potenciar el conocimiento.
Aparte de estas dos áreas, la construcción incluye un centro documental de arte, un aula para dar clases de pintura y grabado, un taller de fundición y otro de grabado, una carpintería, un almacén y una pequeña sala de cine-teatro para obras de pequeño formato.
Incansable y firme en sus propósitos, el autor natural de la Isla de la Juventud añade que todo ha sido un trabajo de a poco y aun falta mucho por hacer.
“Las personas han ido respondiendo a las convocatorias. Mira, hace un tiempo rompieron un teléfono público, se han llevado lámparas de los parques, han rallado los murales, pero vamos a arreglarlo todas las veces que sean necesarias para que vean que vamos en serio, solo así la gente podrá cambiar su forma de pensar y adquirir sentido de pertenencia”.
“Creo que lo más importante ha sido darle continuidad al trabajo. No basta con mostrar el arte, hay muchas maneras de lograr imbricarlo para que influya positivamente y de manera real en la vida social, por eso están los espacios físicos. Se le puede mostrar a la gente que las áreas se logran transformar, hay que construir cosas para que los habitantes atesoren su zona. Aquí estamos creando una metodología que puede funcionar en cualquier lugar de Cuba”.
Caminar por Romerillo es mucho mejor de lo que alguien espera, en cualquiera de sus cuadras se identifica una obra de Kcho, áreas de estar, un parque dedicado al Comandante Hugo Chávez entre canchas de fútbol y aros de básquet. Sus habitantes lo saben y agradecen a su gestor.
Lo cierto es que Kcho, quien mereció en 1995 el Premio UNESCO para la Promoción de las Artes, ha demostrado que cultura y comunidad pueden ir la de mano y como el mismo alega “no es un acto de magia, es un acto de trabajo, voluntad y constancia”.