Cundo Bermúdez es considerado por muchos como el último maestro de la vanguardia cubana. Por estos días, junto a su valiosa obra, regresa a Cuba. Bajo el título de Pasión y Lucidez, hasta el 13 de octubre en la Sala Transitoria del Hemiciclo de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), podrá apreciarse una abarcadora muestra dedicada al centenario del artista, quien naciera en La Habana en septiembre de 1914.
Veinticinco piezas concluidas entre 1940 y 1964, de mediano y pequeño formato, desplegadas en diversas técnicas, conforman la selección. Complejas y simples composiciones al unísono, retratos imbricados a sus motivos recurrentes en acuarela, tempera, acrílico y óleo sobre cartulina, madera y lienzo, pueden ser valoradas por los cubanos, que tendrán la sensación de enfrentarse a un artista de estos tiempos, recién emergido, debido a la poca difusión que en la Isla ha tenido este creador aclamado internacionalmente.
Es la primera gran muestra realizada en Cuba del prominente artista considerada por su curador Roberto Cobas de rescate histórico. “Cundo merece que tanto la crítica como el público reconozcan la validez y fuerza de su arte. Debe ser ubicado al mismo nivel que están Mariano y Portocarrero. Participó en la mítica exposición Pintores cubanos modernos, del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), y la crítica neoyorquina fue muy favorable con él”, expresó el especialista durante la inauguración.
La mayoría de sus obras genuinas e importantes están fuera del país, sobre todo en Estados Unidos, al que emigró a finales de los años sesenta. Aunque esta es la primera exposición que organiza el MNBA del creador, este se encuentra representado en la colección permanente de la institución debido a su valía en la historia del arte cubano.
Cundo formó parte de la segunda generación de pintores vanguardistas. Halló nuevas formas de captar lo anecdótico fusionando elementos del clasicismo con referentes del arte popular. En su peculiar discurso atrapó la esencia de la música y de sus cultores, una de las temáticas predilectas de varias de sus etapas creativas. Su maestría en el uso del color mediante el empleo del monocromatismo y sus degradaciones, junto a retratos de figuras humanas estilizadas protagonizando entornos barrocos o minimales, caracterizó su propuesta.
Se autodefinía como un artista feliz: “Me divierto pintando. Disfrutar mi trabajo es vital para mí. Mi labor es alegre como la de Mozart. Para mí la pintura no es más que una celebración de la forma y el color”, declaró en 1989 el artista cuya obra se atesora en importantes colecciones privadas en disímiles regiones del planeta.
El reconocido crítico de arte José Gómez Sicre expresó sobre él en 1942: “Sin imaginación somos incapaces de poder acercarnos a la obra de Cundo y percibir su plástica. A Cundo hay que verlo con el espíritu propicio al juego de una imaginación sin trabas”.
Para el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, uno de sus grandes amigos, “Cundo Bermúdez representa audacia en las artes plásticas. Él sabe construir de una manera sincronizada. Con tonos y primeros planos situados en profundidad pictórica, en contraposición el construye y organiza, a veces de manera casi milagrosa. Yo creo que este artista ha tenido gran importancia en la gama cromática de la pintura moderna cubana”.
Su obra en Cuba puede apreciarse permanentemente en los hoteles Riviera y Habana Libre, aunque no se exponía oficialmente desde la década del cincuenta. Son dignos de destacar los elevados precios de comercialización que han alcanzado las pinturas de Bermúdez en subastas y eventos de adquisición en los últimos años.
Aunque nunca más regresó a la patria, esta latía en cada trazo de sus cuadros. “Añoro a Cuba y a veces me siento como si no hubiera salido, como si aún estuviera en Cuba. Nunca veo lugares extraños, siempre me veo en una calle de Cuba”, declaró en 2004, cuatro años antes de desaparecer físicamente en Miami.
Que pena, que haya tenido que regresar y ser aceptado por esa sociedad, después de muerto. Le ha pasado lo mismo que a otros glorias del arte y la literatura cubana, quienes después de morir en el exilio han sido homenajeados en su Patria. No faltó ese ángulo en su reportarje, o ese ángulo tiene demasiado filo…