Ninguna serie en la historia ha despertado tanta expectación como Juego de Tronos. Este fenómeno televisivo llega este domingo a su capítulo final, que algunos aseguran “paralizará” a una parte del mundo como si se tratara del final de una Copa Mundial de Fútbol.
Sin embargo esta serie que incorporó efectos y narrativas audiovisuales reservados solamente para el cine, llega a su final tras una octava temporada envuelta en el polvo de la polémica.
Más de un millón de fans han exigido que se vuelva a realizar esta temporada porque han estado inconformes con el desenlace de la trama y han tachado de “incompetentes” a los guionistas.
Las críticas han provenido incluso de especialistas y académicos que la han estudiado a fondo.
Las alarmas han saltado, sobre todo por la aceleración del ritmo de la serie y los cambios apresurados en los personajes.
“Hay demasiado pocos capítulos (6 frente a los 10 de cada una de las seis primeras temporadas)”, señaló Valerie Garver, profesora de historia medieval en la Universidad de Northern Illinois. La docente, que ha estudiado a fondo la serie, agregó: “Da la impresión de que la trayectoria de algunos personajes suena falsa porque no se les ha dado tiempo suficiente. Parece que [los autores] estaban impacientes. Que se han dado prisa”.
Polémicas aparte, este domingo será testigo de un récord de audiencia cuando Juego de Tronos se despida luego de nueve años de transmisión por la cadena estadounidense HBO.
Su quinto capítulo, por ejemplo, fue visto en directo por 12,5 millones de telespectadores en Estados Unidos, lo cual constituyó una marca mundial.
Mucho se ha hablado sobre el posible final, pero sus creadores no han querido adelantar ningún detalle sobre quién gobernará finalmente los siete reinos. Los espectadores, sin embargo, han roto el compás de espera para adelantar sus vaticinios.
El primer lugar de la lista lo ocupa Bran Stark, seguido por su hermana Sansa, uno de los personajes que más se ha robado el interés de los seguidores de la serie, inspirada en las novelas de George R. R. Martin y su saga Canción de hielo y fuego.
El interés sobre el resultado del final de este fenómeno, ambientado en una supuesta época medieval, mantiene expectantes no solo a los millones de seguidores, sino también a su equipo de realización.
“Nos encanta que la gente teorice sobre el significado de nuestra intro, nos lo pasamos genial y esperamos que sea parte de la experiencia del visionado”, dijo al diario español El País Kirk Shintani, director artístico de la octava temporada, quien se desempeñó durante las siete emisiones anteriores como director de CGI (Computer-generated imagery; imágenes generadas por computadoras).
Los autores de la serie, David Benioff y D.B. Weiss, aseguraron que se mantendrían alejados de Internet hasta el último capítulo y buscarían el mejor momento para salir a la calle “sin peligro”, dijeron, medio en broma, medio en serio, aludiendo a la polémica suscitada entre los fans.
En cualquier caso, este sexto capítulo no solo será histórico para todo el equipo de producción, sino para millones de espectadores que han seguido como si fueran parte de sus vidas las travesías de Daenerys, Jon Snow o Sansa.
Por lo pronto, no son pocos los que se preguntan qué será de la televisión después de Juego de Tronos.
La respuesta, posiblemente, ya esté dando vueltas en la mente de acreditados guionistas que estarán en búsqueda de la creación de un nuevo fenómeno televiso que supere o al menos esté a la Altura de una serie que cambió la manera de hacer televisión.