Blanca Rosa Blanco es puro carácter detrás de una cara bonita. Dueña de experiencia, talento y aplausos, la popular actriz se alejó de las cámaras por más de dos años y el público la ha extrañado. En 2015 puso una pausa a 25 años de trabajo ininterrumpido y ha preparado su regreso al séptimo arte con una ambiciosa idea: el primer largometraje cubano de ficción protagonizado, escrito y dirigido por una misma mujer. No ha estado de vacaciones ni dormida, sino alistándose para la carrera más dura que ha podido correr. Blanca Rosa Blanco es ahora directora de cine.
Blanca Rosa Blanco: Ser cubana es no renunciar a lo auténtico
¿De qué habla El regreso?
El regreso es el regreso de Blanca Rosa a un personaje policíaco, diferente, en otro espacio, con otra óptica. Es la historia de una mujer que se llama Patricia. Por decirlo de alguna forma, ella se toma la justicia por sus manos para saldar una deuda del pasado. La trama comienza con el regreso de esta detective a su ciudad natal: Matanzas. Allí va en busca de respuestas y se encuentra con viejos amores, su abuela, su pueblo, las luces, la noche, amigos y desconocidos, víctimas y victimarios.
Pasé una década protagonizando el serial televisivo Tras la huella como la mayor Mónica, y en mis inicios hice también Día y Noche. Muchos de mis 25 años de trabajo los he pasado cerca del policíaco. Es un género con el que he convivido. Creo que Mónica será el personaje más largo de mi vida, pero siempre quise hacer un policíaco de ficción, con más libertad, menos atada a los códigos, a lo que no nos deja a veces crear como queremos. Sin dejar de reconocer lo que me enseñó y la popularidad que me trajo, hubo muchas cosas que nunca pude hacer como Mónica, precisamente por tener que seguir ciertos parámetros.
¿Consideras que el público del cine cubano demanda algo más que drama y comedia?
El regreso llega, esencialmente, por un reclamo social. Estuve toda la vida en contacto con personas ávidas del género policíaco, personas que me querían ver totalmente enfocada en el mismo personaje, en el mismo lugar, y eso me llevó a pensar en grande, a preparar una historia más abarcadora, menos estricta, más alejada de las reglas y los uniformes.
El policíaco y el suspenso tienden a ser vistos como géneros ligeros, más comerciales, de entretenimiento. Son entendidos conceptualmente como géneros menores. Cuba, por supuesto, no está lejos de esa realidad y creo que el público cubano demanda filmes de este tipo porque apenas se han tenido presentes.
Esta es una película que les dedico a todas las personas que en los últimos años estuvieron al tanto de mi distanciamiento del audiovisual. Es para saldar deudas y agradecer. No quiero crear expectativas sobre lo que puede llegar a ser, pero sí sé lo que es: una manera de vivir un género querido, responder a una necesidad.
¿Cuánto de Blanca Rosa trae Patricia? ¿Te consideras justiciera?
Creo que entre Patricia y yo hay pequeños hilos solamente. Primero, la perseverancia de este personaje que tiene que ver con la decisión de Blanca Rosa de querer llevar las cosas hasta el final, aun cuando parece que todos los caminos conducen a nada. Pienso que siempre hay una posibilidad.
Los dos últimos años fueron como el tiempo en que Patricia trató de encontrar respuestas. También Blanca Rosa estuvo ese tiempo buscando cómo financiar su proyecto, esperando respuestas, tocando puertas, produciendo. Nos mueven las grandes emociones, lo justo y, sobre todo, las hipótesis, que siempre aparecen en un policíaco, y que yo defiendo mucho como ser humano y creadora: el hecho de apostar por lo que puede ser, sin prejuicios ni censura.
¿En qué punto está actualmente la filmación?
Empezamos por Matanzas y ahora hacemos escenas de interiores en La Habana. Pensamos tenerla lista para octubre, lo que no quiere decir que se estrene entonces. Tenemos un equipo profesional y las condiciones creadas para que todo salga según lo hemos planificado. En manos de la industria está el decidir qué momento es el mejor para presentar el filme. Se trata de una producción de RTV Comercial, el ICAIC [Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos] y el Ministerio de Cultura, con una participación especial del Instituto Cubano de la Música.
Nunca me imaginé que la película podría crecer tanto en tan poco tiempo. La persona más importante en todo esto fue mi productor, Carlos de la Huerta, que fue quien primero confió en mí. Entre los dos preparamos planes, presupuestos, ideas y no nos lo creímos hasta hacer el primer plano. Como soy la protagonista, convoqué a Albertico Luberta para que hiciéramos juntos el guion y compartiéramos la dirección.
David Blanco está a cargo de toda la banda sonora y preparó un concierto que se hizo en Matanzas para grabar la música de la película. Fue una presentación fabulosa y le agradezco a toda la población matancera que fue partícipe de los planos que se hicieron.
¿Por qué Matanzas?
Matanzas siempre fue mi locación, la que soñé, la que esperé, porque es una ciudad de luces y mar, con una situación geográfica envidiable, con calles elevadas y lugares tan espectaculares como la Ermita de Monserrate, la bahía, los parques, los puentes. Allí se respira un aire especial. La luz de Matanzas, sus amaneceres y sus llanos, su gente, son únicos. Creo que se merecían que una historia se contara y se quedara grabada en el cine cubano. Ojalá que nuestra película sea de esas cosas que se guarden para el futuro.
¿Tuviste que seguir algún entrenamiento físico especial para la cinta?
Me preparé previamente porque el personaje requería mucho trabajo físico, pero la realidad superó lo pensado. Estuve en el gimnasio con un entrenamiento riguroso, aunque no estoy cien por ciento satisfecha. No obstante, me ha servido de mucho el trabajo del grupo de Acción de la película. Aún quedan escenas por rodar, que exigirán un mayor esfuerzo físico y una concentración total del cuerpo y la mente.
¿Qué destacarías del equipo que has reunido para tu ópera prima?
Habría que empezar por el director de fotografía, Alexander (Cheíto) González, que también está haciendo su primer filme. Él ha sido un pilar súper importante porque es esencial que el fotógrafo esté haciendo la película que tú quieres hacer. Las concesiones han sido mínimas porque trabajamos bajo un presupuesto limitado, pero nos hemos permitido libertades para tener una calidad en la imagen y en la realización que, para los tiempos que corren, es muy buena. Estoy convencida de que seguiría trabajando con él toda la vida.
Además, tengo un elenco de lujo: Jorgito Martínez, un hermano con quien he trabajado mucho; Felito Lahera; Verónica Lynn, que interpreta a la abuela de Patricia; Yasmín Gómez, una actriz que nunca había hecho cine y me ha agradecido muchísimo por esta primera oportunidad; y Carlos Enrique Almirante, un joven actor con una carrera larga. Con una tremenda humildad, todos se han enfrentado a la ópera prima de alguien que siempre han visto como actriz.
¿Qué ha implicado llevar a la vez los roles de actriz y directora?
Es la dualidad de ser protagonista y de estar vigilando lo que está sucediendo visualmente. Me he entrenado en ambas partes. Los actores son mis amigos y colegas de toda la vida, salvo Yadier Fernández, quien encarna al protagonista masculino y ha sido un descubrimiento porque no lo conocía. Él es mi contraparte, mi pareja, el otro detective del filme.
Los resortes que me han funcionado a mí con otros directores son los que uso yo con ellos y hemos llegado a un consenso. Estoy segura de que quiero repetir la experiencia. Tal vez no como protagonista, porque el desgaste mental y físico es grande, pero me gustaría volver a dirigir. Demanda mucho de mí, pero el trabajo es mi prioridad y este ha sido el momento para reafirmarlo.
¿Al hablar de la película podríamos referirnos también a la Blanca Rosa maestra?
Absolutamente. Nunca seré de las personas que nieguen la academia. Cada día pongo en práctica lo que he aprendido allí. El tener a mi disposición toda la información adquirida en cinco años de estudio en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte y en dos como profesora de Actuación allí, ha sido riquísimo. Agradezco el pertenecer a una generación que pudo prepararse muy bien teórica y prácticamente. Ha sido una satisfacción inmensa el poder emplear a algunas de mis alumnas en diferentes momentos de la película. Lo que más me conmueve del cine es precisamente la dirección de actores y es lo que más estoy disfrutando.
¿Qué te aportó esta etapa sabática? ¿Cuánto influyó en ti y en la película?
Yo nunca imaginé lo que era detenerse, el no tener que levantarme a un llamado de filmación durante algún tiempo. Ese fue casi un ejercicio vital. Como un médico, que se despierta temprano todos los días para ir a salvar vidas, nosotros estamos destinados a salvarlas, pero desde el punto de vista espiritual. Me queda muy clara la responsabilidad que tenemos con la gente, con quien vive con las emociones que nosotros le generamos a través de la pantalla.
Tomarme ese descanso me hizo replantearme muchas cosas personales, sociales, culturales, y permitió que quienes debían presupuestar esta película confiaran en que yo tenía la capacidad para enfrentarme a esto. Pude estudiar y familiarizarme con un medio en el que siempre he estado como actriz. Ni siquiera había pasado por la experiencia de haber sido asistente de dirección. Valió la pena prepararme. No me arrepiento en lo más mínimo de haber recesado.
¿No te preocupó asumir la dirección de una película en una industria artística dominada tradicionalmente por hombres?
Desde el inicio respiré esa sensación de estar rodeada de machismo, inmersa en una sociedad donde las mujeres normalmente no toman decisiones. En el equipo contamos con pocas mujeres y una de ellas, la primera asistente Tania Ceballos, es una guerrera infaltable. Creo que ha sido posible hacer la película por el respeto que me he ganado, por mi carácter y mi manera de vivir, por tener claro lo que quiero y defenderlo a toda costa. Eso hace que la gente trabaje en armonía y responda a la obra.
Es la primera vez, pero estoy pensando en una segunda parte. Ojalá tengamos en el cine una saga policíaca, algo que le permita al público tener más opciones, ir más allá del cine de autor, de pensamiento, sobre la realidad, para también distraerse, entretenerse, interpretar de otra manera. Ojalá vengan otras mujeres a hacer otras cosas, como musicales por ejemplo.
¿Crees que el cine cubano se ha internacionalizado lo suficiente en los últimos años?
En sentido general estamos bastante desvinculados de lo que está sucediendo en el mundo. Queremos introducirnos, pero no tenemos acceso al mercado internacional. Es un fenómeno que depende de una industria demasiado grande, de quienes estén interesados en darnos a conocer por el mundo. Se están haciendo muchas películas diferentes aquí, algunas con menos recursos que otras, con la perspectiva de llevarlas más allá. Nosotros tuvimos conversaciones con canadienses y nos dijeron que distribuir una película en español allá sería complicado. Es una lástima que no pertenezcamos a un mercado comercial de distribución donde se conozca lo que nosotros hacemos.
¿Piensas que esa inserción depende solo del dinero?
Creo que eso depende más de las negociaciones a las que podamos llegar y a los espacios que podamos encontrar. Tiene que ver con un cambio de mentalidad. El cine es una industria millonaria, las grandes producciones manejan excelentemente la propaganda, hacen un estudio de mercado, incluso venden el guion antes de filmar. Nosotros tenemos posibilidades más limitadas. A eso se suma que nuestras historias son muy locales, que muchas veces se desconocen en el mundo. Aun así, debemos seguir intentándolo, hay que seguir creando con el afán de trascender las fronteras cubanas.
Has lamentado públicamente no haber podido trabajar con Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás. ¿Cuánto te han influido ellos como directores? ¿De qué otros estilos te has nutrido en la realización?
De ellos me queda una obra extensa que he estudiado muchísimo, que he admirado como espectadora activa. Titón y Solás son los íconos de nuestro cine, pero las influencias que he tenido y que se ven en El regreso tienen más que ver con aquellos con los que sí he trabajado. Por ejemplo, la película está dedicada a Daniel Díaz Torres, quien falleciera en 2013. Yo sigo negada a verlo así, para mí no sucedió y él está de viaje. Por eso me negué a ir a su funeral y no quise verlo en sus últimos días. Daniel fue alguien muy importante en mi vida, con quien hice mi primer plano, mi primera película: Kleines Tropicana.
En mi filme hay muchas cosas de Daniel, que era una amante del policíaco. También de Jorge Luis Sánchez; Fernando Trueba, de quien recuerdo esa frase: “El cine es cortar”; Ian Padrón; Manuel Pérez; Juan Carlos Cremata; Orlando Cruzata, con quien viví ocho años; Rudy Mora. Los dos últimos me hicieron el regalo de estar en un plano de mi película porque son personas a quienes les agradezco el enseñarme a ver la vida a través de la imagen.
¿Qué significa ser auténtica? ¿Crees que la naturalidad es el mejor don que te dio la vida?
Definitivamente. Creo que eso tiene que ver con las cosas que te enseñan en la casa, con la humildad, con el hecho de que todos pertenecemos y vamos hacia el mismo lugar. Todo el mundo se merece unos buenos días, una sonrisa. Si para las personas es atractivo saludarme, para mí también es atractivo que me saluden. Me gusta ser siempre la misma. Si no fuera así tendría que vivir encerrada, en un círculo demasiado limitado, sin enterarme de qué van las cosas.
Me encanta saber cómo son las demás personas. Adoro retroalimentarme, compartir con la gente que tiene algo que dar y con la que pide algo. Esa sensación de intercambio me fascina. Vivo en un barrio de la periferia de la ciudad, un lugar donde estoy más pegada a la tierra, demasiado aislada, y siempre he sentido la necesidad de tener gente a mi alrededor. Una o dos veces al año hago una paella para los amigos. Me debo la de 2017 porque el 24 de febrero, que es mi cumpleaños, estaba visitando locaciones en Matanzas. Siempre tengo un pretexto para reunir a mis seres más queridos y pasar un buen rato.
¿Cuál es tu obra más completa?
Mi hijo César, que ya no es tan niño y ya no está en Cuba. Se fue a los Estados Unidos con la intención de estudiar cine, después de querer dedicarse a las ciencias, la informática y la música. Encontró su camino y eligió convertirse en un comunicador, tal vez porque nuestros hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres. A pesar de que mi profesión lo afectó mucho porque debí llevar la casa y el trabajo constantemente, me satisface mucho que se haya decidido por el cine. Ojalá yo pueda ser parte de su proceso de aprendizaje.
¿Has tenido miedo a sentirte sola?
No. Cuando decidió hacer algo más con su vida, el mismo César me dijo que nunca podría sentirme sola y tiene toda la razón. No me puedo sentir más querida, más comprometida con Cuba, con la gente de esta ciudad. Hacer la película era como el top de todos mis sueños y, créeme, no puedo pedir más. Es como el premio de la vida al trabajo, al sacrificio. A los 45 años, me siento absolutamente satisfecha de haber hecho una obra, aunque inconclusa, como todas las obras. Tengo que darle gracias a algo, que no sé qué es, por haber podido ser la persona que quise ser y el haber logrado casi todo lo que me propuse en mi vida.
Por fin !!!! Veremos un tema policiaco en el cine y que rompa la rutina del tema del exilió y la homoxesualidad y las miserias humanas del cubano felicidades y gracias Blanca Rosa por tu valentía y profesionalidad te deseo éxito y espero disfrutar el regreso .
Ojalá no vuelva a ser el mismo policíaco de siempre, el de los interrogatorios de “baja las manos”, el de los diálogos pobres y el de que todos los crímenes se resuelven por delación y no por investigación
Gracias Blanca Rosa, eres una excelente actriz y bella persona. Éxitos en tus sueños. Y gracias por tu Regreso.
Gracias Blanca por cumplir tus suenos y que todo te salga bien como todo lo que haces exitos en tu vida y tu carrera mas de los que ya tienes asi que esperando Tu Regreso estare
En hora buena Blanca Rosa Blanco para toda Cuba y tus fans alrededor del mundo es una gran satisfacción que llegues con está producción a sus hogares. Tienes un enorme público que te apoya en toda tu carrera, eres un pilar de la actuación en Cuba, Esta producción marcará un nuevo Regreso a las pantallas Cubanas y seguro fuera de ellas. Exitos Blanqui te deseo lo mejor…
Me alegro mucho por ti Blanca. Muchos éxitos en tu primer y no será el último trabajo como directora. Un beso.
MUCHAS FELICIDADES, ERES UNA GRAN ACTRIZ Y ESPERO QUE SEAS UNA GRAN DIRECTORA, ESPERO LA PELICULA, SE QUE ME GUSTARA
q la frase el “cine es cortar” no era de Nelson Rodríguez.