A Nuevitas no se llega por azar. Lo supe en agosto de 2000 cuando entré a esa ciudad del norte de la oriental provincia de Camagüey, acompañando al trovador Jorge García en su gira por Cuba o, más bien, por sus lugares olvidados.
Solo pensar en volver a surcar los 613 kilómetros que separan la ciudad albergue de la capital cubana, que en la unidad de medida de un ómnibus Astro son 8 horas de incómodo viaje, me hace recapitular.
Nuevitas no solo es el proyecto, frustrado con la caída del socialismo, de una de las ciudades más industrializadas de Cuba, sino un poblado de pescadores humildes, de campesinos que labran su tierra, obreros y técnicos que salen de sus casas al amanecer y regresan solo a dormir. Es la ciudad de playas altamente contaminadas y visiblemente sucias, y de un aire que huele a amoniaco cuando la brisa del mar no sopla fuerte.
Por sus calles deambula una juventud tatuada, que recuerda a mujeres y hombres ilustrados a lo Ray Bradbury, gente joven que solo escucha su futuro en cantos de sirenas que llegan desde más al norte, o desde la hermosísima playa Santa Lucía y cayos cercanos que festejan el turismo internacional, porque a Nuevitas tampoco llegan turistas internacionales (apenas una casa tiene licencia para rentar a extranjeros y se comenta de un italiano y un canadiense que han buscado en tierra remota su retiro espiritual, ambos enamorados de nueviteras).
Mi regreso estaba otra vez intencionado: fui invitada de Hieroscopia 2014, la 4ta. Muestra de un singular Movimiento Audiovisual (MAN), que allí se gesta, a pesar o gracias a la ausencia de salas de cine.
Surgido en 2006, un grupo de jóvenes instructores de arte de la Brigada José Martí, subempleados en escuelas, museo, casa de cultura locales, emprendieron la aventura de contar sus historias cinematográficamente, amparados únicamente por la democratización que ha supuesto la tecnología digital y unas ganas inmensas de vencer el agobio.
Conocí a varios de sus protagonistas en la Muestra Joven de 2013, cuando algunas de sus obras quedaron entre las seleccionadas por el único festival habanero que se ocupa de los nuevos realizadores de Cuba.
Venían con el aval de La Pira (Hugo Navarro), el primer largometraje de ficción producido de manera totalmente independiente en el oriente de la Isla, que conmocionó el poblado de pescadores desde su estreno, a inicios de 2013.
Una salida ilegal del país de un grupo de jóvenes, atrajo la atención de los realizadores por ser una realidad común en la localidad costera. Para su filme no invocaron a famosísimos de la escena cubana, sino que se valieron de no-actores, cerca de 50 habitantes de Nuevitas —de todas las edades y oficios.
Por eso destaco en los 40 títulos que conforman la filmografía de MAN su carácter comunitario, que es, a mi juicio, su mayor mérito: contar historias propias, propias inquietudes en un proceso participativo, que involucra a quienes habitan ese territorio en todas las partes de esta industria.
La emigración ilegal, violencia de género, acoso en las escuelas, lesbofobia, reguetón, historias de pescadores, zombies, sirenas, relaciones de pareja, autoplacer… llegan en cortos de ficción, documentales y hasta videos clips de factura discreta, aunque se nota el avance en términos formales.
Una muestra desde las entrañas
Una veintena de jóvenes realizadores se reunieron en la cuarta edición del evento organizado por MAN. Llegaron de La Habana, Sancti Spíritus, Holguín, Ciego de Ávila y Camagüey, como pudieron. Hasta se estableció nuevo record de 24 horas en carretera para el cineasta Angelo del Castillo y su fotógrafo Mandy Naranjo, ambos habaneros.
Entre el 8 y el 11 de agosto últimos vimos más de 30 materiales de variadas temáticas, facturas y géneros como el video arte, video clip, documentales y cortos de ficción, animación; obras de mujeres y hombres, aunque los segundos sigan dominando el discurso cinematográfico.
Durante los 4 días de debate intenso descubrí no solo la intención de los empíricos anfitriones de nutrirse de conocimientos, de actualizarse de las últimas tendencias o de presentarse ante colegas; sino preocupaciones comunes.
La necesidad de la figura del productor, acceso a fondos de la cooperación internacional y otras formas emergentes de financiamiento, distribución y exhibición, derechos de autor, ética, fueron preocupaciones analizadas por las personas participantes en un local que antes fuera uno de los 2 cines inhabilitados de la ciudad porteña y de la escuela especial Tania La Guerrillera, que nos sirvió de albergue.
Pese a que la mayor parte del evento se dedica al llamado cine de autor, hubo espacio para el Grupo de Creación Audiovisual (GCA) de Mayarí (Holguín), que de forma independiente y autodidacta, ha realizado desde 2012 las series televisivas Zona Franca y Rumbo al Norte, que hoy circulan en el Paquete Semanal, conocido como el YouTube cubano.
Yordanis Chacón, Gregory Vázquez y José Ramón mostraron el tráiler de la segunda temporada de Rumbo al Norte, basada en hechos reales descritos en el libro homónimo de Rolando Vázquez.
GCA presentó, además, un corto de ficción sobre la situación del sistema de salud pública en su localidad y un video arte.
Desde Holanda y Bélgica, tres adolescentes hijos de nueviteros, expusieron su trabajo en El Picapica Flow Films. Ellos realizan cortos con temáticas propias de su edad, en las que sobresale su condición de hijos de inmigrantes y sus influencias de video juegos, que distribuyen en redes sociales gratuitamente.
Aquí también se filma
Para la jornada de domingo, la última, ya estaban armados 3 equipos de filmación con un número similar de cortos que se rodaron en una sola tarde.
Tres historias nueviteras, incluida una de Saraí Díaz, que debuta como directora de un corto de ficción con temática femenina, se valieron de la NIKON D5000 y el talento de Daniel H. Arévalo, fotógrafo habanero que se graduará este año en la especialidad de dirección de la FAMCA, y una Canon EOS REBEL T3i que enfocó Del Castillo, director de cortos como Arroz con palitos, resultado del Festival de Cine Pobre de Gibara.
Durante los paneles se anunció, además, el próximo rodaje del primer corto de otra mujer nuevitera, Yaíma Méndez, porque ellos saben de equidad de género y quieren promoverla, apoyarla. Hasta la fecha solo una mujer, Nailén Núñez, se había aventurado en la dirección con dos cortos: La criatura (2013) y La tortura (2014).
es de admirar la voluntad de esos jóvenes, no sólo los nueviteros, sino de todos, q no se sientan a esperar…sino q actuan y definen lo q quieren
quizá pueda ayudarlos a dar forma a su proyecto. formo parte de un grupo que escribimos y acompañamos proyectos de todo tipo, fundamentalmente en lo q a planificación y gestión de proyectos se refiere, y también en la adminstración de sus recursos (Gestión) efigueredo@cimac.cu 53992865
Me siento orgulloso de ser nuevitero y aunque llevo 15 años de 20 que llevo en el exilo sin visitar a mi nuevitas la bella llevo su recuerdo y su olor a salitre tatuado en el alma,Ahí están mis raíces y aunque he echado raíces acá donde creé una familia con mi esposa también nuevitera no puedo olvidar a esa gente linda que habita en mi terruño,personajes como Oscarito “El alto parlante de la terminal”,Popeye,Veto,Melesio,neneito y muchos mas los cuales se dedicaban a la humilde labor de pescadores,el centro de nene primero,la bodega de balseiro en el primer callejón de pastelillo,,Mi abuelo Buso “Mi ejemplo de padre abnegado” ,en fin,Todo lo que huele salitre y a monte me recuerda mi tierra,Gracias por tomar en cuenta a Nuevitas La Bella y a sus humildes habitantes para este proyecto al cual le vaticino un éxito rotundo,Dios me los bendiga.
muy buena Martiña. recuerdo cuando fuiste a Nuevitas con Jorge y lo entrevisté en Radio Nuevitas y luego el concierto en la casa de la cultura. Un abrazo y escribe por el face que estás perdida
Trololol Daniel H Arevalo graduado de FAMCA? En serio?
Bello comentario de esa ciudad donde vivi varios años, por casualidad de la vida, por esas casualidades, donde conoci tantas personas maravillosas y que aun luego de 20 años de no volver a verlos, son una familia que se extraña y se anhela. Alli recibi el calor humano mas preciado. Nuevitas es una ciudad muy pobre, mas de los que muchos imaginan, casi diria que subsisten por gracia del señor y por la entereza del cubano. Ciudad abarrotada de personas que buscando un trabajo, un futuro se han instalado alli y alli se quedaron. Ciudad industrial, con una contaminacion ambiental tan elevada, que hoy pienso, como resistir lo que me trajo consecuencias serias a mi salud. El cemento corre junto al viento y al fertilizante como algo natural. Aun con todos los problemas, la nostalgia te invade y seguira siendo por siempre añorada y querida, “Nuevitas la Bella”