Hace pocos días la actriz cubana Yordanka Ariosa ganó el premio de su categoría, en el Festival de San Sebastián, por su interpretación en la película El rey de La Habana, una producción española dirigida por Agustín Villaronga.
En el campo de la cultura nacional esto es una gran noticia puesto que el festival ibérico es uno de los más respetados y relevantes de los que se celebran en el mundo. La película está basada en un libro del escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez, un autor maldito, cuyas obras apenas han sido editadas y circuladas en Cuba aunque gozan de bastantes admiradores en el mundo de las letras hispanas. La historia del filme se adentra en La Habana “profunda” donde pululan marginales, violencia, prostitución y sobrevivencia. Un retrato duro, cotidiano, que muy pocas veces apreciamos en las pantallas de nuestros televisores.
Las licencias para el rodaje de esta película no fueron otorgadas. Parece que en alguna instancia consideraron poco optimista este proyecto y por tanto no estábamos interesados en ofrecer nuestras calles para ello. ¿Tienen dueños nuestras calles? ¡Ah, cierto, las calles son del pueblo! Pero ¿acaso el filme no reproduce los conflictos y angustias de una parte de…ese pueblo?
El equipo de rodaje tuvo entonces que trasladarse a República Dominicana, que se ha convertido en el plató que mejor nos representa si tomamos en consideración la gran cantidad de proyectos sobre nuestra isla que se han filmado allí. En algunas ocasiones fue el Bloqueo, que impedía que compañías o artistas norteamericanos interesados en filmar aquí pudieran hacerlo. Ahora… bueno, ahora solo se trata de…no quiero que ruedes tal cosa por acá.
Con toda seguridad los realizadores de este filme querrán traerlo al próximo festival de La Habana y después buscar las vías para exhibirlo comercialmente en nuestras salas. A fin de cuentas el guion, parte del reparto, el tema y las problemáticas que trata son cubanas. ¿Tendremos oportunidad de verla estrenada? La verdad es que no lo creo. Me gustaría que los que toman esa decisión demostraran que estoy equivocado.
Actualmente se filman en Tenerife escenas de la película Las cuatros estaciones, basadas en la tetralogía sobre el ficticio investigador policial Mario Conde y escrita por otro “maldito”, nuestro Leonardo Padura. El reparto y muchos de los técnicos y artistas son cubanos. Aunque para esta obra sí recibieron licencias de rodaje algunas escenas les resultaron incómodas a ¿los que controlan nuestras calles? Particularmente difíciles fueron aquellas en las que aparecía una de nuestras estaciones policiales de fondo, que tal vez tendrá que ser recreada con el programa After Effects.
La lista de filmes cubanos exhibidos tímidamente o censurados es larga. Ahora mismo recuerdo por ejemplo que Memorias del desarrollo (Miguel Coyula) Video de familia (Humberto Padrón) Fuera de liga (Ian Padrón) Revolution (Mayckel Pedrero) Molina’s feroz ( Jorge Molina) Buzos, leones y tanqueros (Daniel Vera) La vaca de mármol (Enrique Colina) Utopía (Arturo Infante) Afuera (Vanesa Portieles y Yanelvis González) Off line (Yaima Pardo) y Zona de silencio ( Karel Ducasse) nunca han tenido el privilegio de encontrarse con los espectadores nacionales de manera directa y transparente. Hay más.
Los cineastas y críticos cubanos llevan tiempo alertando sobre los problemas que rodean a toda la industria del audiovisual nacional: desorganización, incoherencia, atomización, falta de fondos, ausencia de leyes, censuras, perdida de liderazgo, carencia de salas para la exhibición, insuficiente respaldo a las escuelas de cine y medios…La mayor parte de los países del mundo han adoptado o reformado sus propias leyes de cine, comunicación o audiovisuales. Han salido de las crisis, las parálisis y las deformaciones de sus cinematografías. Se han generado debates, consensos, oportunidades, alianzas para sacar adelante el cine integrándose a las nuevas plataformas digitales, los canales temáticos, las oportunidades que brindan las redes sociales o las descargas online. Se han enfrentado a las autoridades, los poderes mediáticos o las políticas discriminatorias de los grandes estudios.
Nosotros, que tan temprano nos levantamos en los años 60 para liderar el cine latinoamericano y convertirnos en un referente universal en el campo de la cultura artística, nos hemos quedado dormidos y paralizados ante estos nuevos desafíos y las únicas señales que estamos enviando son las de coartar, discriminar, obstaculizar, sospechar. Parece que el silencio es la respuesta a una situación que da vértigo.
Quizás estoy desvariando. Tal vez me equivoque. Pero la única manera de saberlo será cuando vea en nuestras pantallas todo nuestro cine: el bueno, el malo y el feo.
Realmente, ya las peliculas Cubanas de pornomiseria (termino escuchado a Jorge Molina), aburren. Y tal parece que los directores no se percatan, al contrario se esfuerzan por buscar la pornomisera mas cruda y dura para “hacer una gran pelicula” en fin, el monotema. Otra cosa que es de asombrarse, !!! que dados son los productores españoles a retratar nuestra pornomisera!!!, no tendran suficiente en su pais???
bande:no se averguence de la miseria,solo diga: es verdad lo que veo o es una burda mentira?/ Si el rtrato de la miseria no fuera valido donde estaria su adorado Sean Pen o el gordito Americano,heroe de los ambientalistas e izquierdozos??A que se dedican edmundo Garcia e iroel sanchez con la sociedad norteamericana?? no sabe quien es Bunuel…Tanto nacionalismo izquierdozo hace dano,Bande.Usted es libre de ir al cine o no…si quiere cosas lindas vea el “paquete”
La nuestra es una sociedad anacrónica, cerrada a la confrontación de ideas y al diálogo entre pares, ciudadanos cubanos de aquí y de allá que no tienen por que estar o ponerse de acuerdo nunca. Quizás una de las principales limitaciones de nuestro cine contemporáneo, que no se reduce solamente al tópico de la estética del derrumbe y la precariedad material, sea el de su desfase temático. Más de 20 años después estamos filmando las historias que debieron emerger con fuerza en el cine finisecular, tan atado a la comedia como válvula de escape que intentó hacer catarsis y desproblematizar la realidad hasta edulcorarla a conveniencia de los ideólogos y tanques pensantes conservadores que aún campean por sus respetos en todos los órdenes de la vida política en Cuba. Tener el privilegio de ser jurado colateral de la 14ta Muestra Joven ICAIC 2015 me permitió percibir lo que presentía. El cine cubano existe, navega contra corriente, se enfrenta a las dificultades de hacer un arte comprometido, sin concesiones mezquinas a ninguna línea ideológica dura e intolerante, cuando más practicando la honestidad epatante del joven que ejerce su derecho inalienable a expresarse libremente. Incluso considero que el mejor cine cubano contemporáneo se está haciendo fuera de Cuba, en la diáspora o el exilio, depende de la perspectiva sutil desde la cual se enfoque el asunto. Se han dedicado, los que gobiernan, a expulsar al exterior a un contigente humano de profesionales muy talentosos en el campo de la realización audiovisual, que no están interesados para nada en arrodillarse y pedir perdón ni permiso para gestar su obra. Por el contrario, disfrutan de la oportunidad de no tener deudas contraidas con ninguna institución disfuncional que coarte su creatividad innata. Librar batallas quijotescas contra los molinos de carne de la intolerancia y el absolutismo político es una necesidad de primer orden. Ellos, los realizadores cubanos, también forman parte del proceso de “actualización” del modelo económico cubano, inviable si previamente no transformamos los mecanismos de ejercicio del poder político, incorporando a las nuevas generaciones de cubanos que parten del país, porque son sistemáticamente silenciados. Mientras tanto, por el momento, habrá que conformarse con rasgarnos las vestiduras y acabar como el rey desnudo, pregonando la estupidez de aspirar a tener el mejor cine del mundo, sin que estemos haciendo nada por conseguirlo, solamente resoplar, los que mandan, cuando alguien se atreve a proponer una perspectiva de la realidad que disiente de su visión reducida del mundo, atrapados como están en sus cómodas burbujas de seguridad en Siboney, insonorizadas ante el clamor popular.
Bueno jorge dario, la verdad que el paquete, ni yo lo he visto a el ni el a mi. No necesitas hablarme de miseria porque ni tienes idea de quien soy, ni donde vivo, ni como vivo. Si te cuento, yo la verdad no necesito ir al cine para verla. Ademas te cuento de que de las miserias que he visto, la Cubana, esta muy pero que muy lejos del primer lugar. Simplemente estan monotematicos, estancados, llorimisqueando por los rincones, los lujosos paises del primermundo por ejemplo, tienen vastas pornomiserias que mostrar y, sin embargo, no las muestran!!!. Nos muestran los “Transformers” y “The independence day” o “The avengers” obras maestras de como salvar al mundo (y vaya que lo tienen salvado!!!) a que con Holywood no te molestas va!!! eh eh dime!!!.
bande: yo no me molesto con nadie,el que se enfurece con los que retratan la miseria cubana es usted!!!Y le digo que el mundo exterior a cuba esta muy abierto a las miserias humanas.En todas partes el arte critico es mucho mas fuerte que el complaciente y nadie debe tene verguenza en mostara sus defectos y lacras.Nada ni nadie es perfecto.Solo los que actuan de mala fe y no tienen que arreglar nada, son los que se ofenden de mostrar la realidad..gracias
Absolutamente criticable los datos en los que se basa este artículo. Los libros de Pedro Juan circulan por las librerías habaneras. Todos los años se presentan VARIOS de ellos en la Feria del Libro.
Ah, y todos esos filmes que citan como “censurados”, aunque lo estén, los he visto de manera “clara y directa” como público en la Muestra Joven…. Para ser un crítico de cine con cierto prestigio debería medirse más y no dar datos sin comprobar antes…
Tengo el alma dividida respecto a si se debió dejar filmar en Cuba o no este filme. No he visto la película aún. Espero que cuando la vea, se disipen mis dudas. En principio, soy bastante poco dado a censurar, creo en el derecho de todos a exponer sus verdades, su visión de la realidad. Pero esto que en teoría suena tan bonito, choca de bruces con la realidad de que la información es utilizada en el mundo como una arma política y como un arma ideológica.
Nada de lo que se le ofrece al espectador está libre de esa carga política e ideológica. Pensar que los libros de Pedro Juan Gutiérrez se han vendido como rosquillas en España y en medio mundo, nada tiene que ver con la visión poco complaciente que sus libros muestran de la realidad cubana, sería engañarnos. Lo mismo que sería engañarnos pensar que esos presidentes mundiales reunidos en la ONU tienen en sus manos el poder de resolver los grandes problemas mundiales. ¿Quién le dijo a esos presidentes que ellos tienen el poder del mundo? El mundo se mueve desde la economía, y desgraciadamente, los políticos del mundo reunidos en la ONU tienen en muchos casos, las manos y los pies atados.
Así que es imposible hablar de democracia real en un mundo sin igualdad de derechos, y no hay igualdad de derechos porque no hay igualdad económica. Así de simple. Si nos vamos de campismo una familia de 10 personas, los 10 automáticamente comprendemos que todos comeremos lo mismo dividiendo a partes iguales lo que se tiene. Sin embargo, esta idea que brota espontáneamente de cualquier cerebro medianamente lúcido, resulta imposible de sostener cuando se lleva al ámbito de toda la humanidad. ¡Qué va, imposible que repartamos la riqueza por igual! Si le garantizaríamos a todos una porción aceptable de la riqueza, el mundo se llenaría de vagos y enseguida se acabaría la riqueza.
La realidad es que esto es falso. Hoy el ser humano tiene la capacidad tecnológica para producir lo suficiente como para que todos podamos vivir en abundancia, y una humanidad bien educada en valores éticos y morales, y en valores simplemente humanos, siempre encontrará a suficientes personas con suficientes motivos para producir. ¿Por qué no hacer de la educación el motor de las sociedades? ¿Por qué tiene que ser el motor de las sociedades la necesidad de subsistencia?
Una vez dicho esto, pienso en la existencia de muchas Cubas. No sé, porque no he visto la película, si esta que en ella se representa, tiene cabida en la Cuba real. Lo que sí sé es que existe en el mundo un desconocimiento muy grande de la realidad de la isla, y siempre se correrá el riesgo de que muchos millones de seres se queden con la imagen de Cuba que les muestre esta película, y eso será negativo para el país.
Cuba es un país que ha ido cambiando de manera vertiginosa, e incluso, para los propios cubanos, cuesta trabajo mostrar una imagen real de lo que es nuestro país. ¿Por qué? Porque los que se fueron en la década del 60, hablan de la Cuba que ellos conocieron. Los que se fueron en la década de los 70, hablan de la Cuba que ellos conocieron, los que se fueron en la década del 80, del 90, los que se fueron en el 2000, lo mismo, los que se fueron en 2008, etc, y la realidad es que la Cuba de 2015, difiere sensiblemente de la Cuba que vivieron todos esos cubanos que se marcharon, aunque hoy sean una importante fuente de información sobre Cuba.
Pude ver en la rueda de prensa que ofrecieron el director, los productores y artistas de la película, a una persona del público que se paró y dijo que la película refleja la Cuba de 2015. Dijo que eso que se ve en la película, se puede encontrar en la Cuba de hoy. Y no es que no se pueda encontrar, pero ¿cuán representativo de la Cuba de hoy es? Y una vez lanzada al mundo esta visión de Cuba, cómo conseguiremos vender una imagen que se acerque más a la generalidad de lo que es Cuba?
Ahora bien, por otro lado debo decir que los cubanos tenemos demasiado miedo a mostrar nuestras vergüenzas. La realidad es que nadie se escandaliza más por nuestras miserias que el propio cubano. Sea lo que sea que se haya representado en esta película, será algo que no escandalizará tanto al mundo como podría pensarse, porque este mundo es un mundo rodeado de miserias por todos lados, aunque los grandes medios de comunicación se empeñen en mostrar sólo la miseria que les conviene, y la opulencia que les conviene. Pero el 30% de población miserable, con historias tanto o más truculentas sobre las espaldas que las historias de ese 30% de población más pobre en Cuba, se lo encuentra uno en el mundo entero, incluso, en las propias entrañas de los Estados Unidos.
no se moleste,pero creo que si lo pusieramos a usted y al Papa al frente de la economia mundial,todo se arreglaria.Muchos han pensado,hablado,han querido hacer cosas,pero…parece que identificar el problema,es la parte mas facil,hallar la cura y aplicarla,es mas dificil,pero se avanza,poco a poco…
sr. Mario Gonzalez: se me olvido lo mas importante…Usted sabe por que los EEUU son,hoy por hoy y pesele a quien le pese,la vanguardia de la humanidad?Por que se revuelcan en sus deficiencias,porque los noticieros,las peliculas,los politicos,en fin,la sociedad se sacan diariamente en sus caras sus defectos,no esconden sus miserias como sociedad,no invocan Milagros patrioteros ni esperan un mesias,apelan a los hombres a sus sentimientos a su libertad con responsabilidad.Ocultar las cosas,hacer como que no pasa nada,eso no conduce a nada Bueno.Esa es la enfermedad cubana actual,acallar a la gente,hacer como que no pasa nada!!!
Casandra. ¿No se a cual feria del libro te refieres? La nuestra no será. Y la Muestra Joven del ICAIC solo tiene lugar en La Habana, que no es Cuba. EN dos salas del Vedado, que no es La Habana y con solo dos proyecciones x filme. Si prestas atención dije que éstos filmes han tenido una limitada exhibición en Cuba. Algunos ni siquiera han sido estrenados y por supuesto tampoco vistos x tv. Una feria, un festival son eventos puntuales, que duran solo unos pocos dias al año. Gracias de todas formar por tu comentario.
Muchas Cubas en una misma… Creo más que nada en la pluralidad, y aunque aún no he visto la película estoy casi convencido que por muy bizarra que pudiera ser, concuerda con alguna de las miles de realidades de los que habitamos el archipiélago. Pasemos YA de la NEGACION a la ACEPTACION, por favor. Necesitamos más Mujicas y menos Torquemadas…
Aquí el asunto no va de que si los españoles son dignos o no de mostrar nuestra miseria de manera pornográfica (cuidado con el empleo del término) o de si somos más miserables que otros, o que debamos estar agradecidos de no estar como los norcoreanos o cualquier etnia africana pobre. Se trata de que el gobierno cubano, de que el poder cubano no se empeñe tan ingenua y paranoicamente en tapar el sol con una uña, y bloquee las calles y al país a los realizadores. Cierto que Pedo Juan no es tan tan tan censurado y quizás es el único de los pornomiserógrafos (¿estará bien el término?) en salvar la honrilla de la corriente a estas alturas dada la inevitable sobresaturación.
También la cosa va de que el exceso de obras pornomiséricas está condicionado por factores contextuales como las políticas editoriales que fueron hegemónicas casi hasta ayer, y dejaron inmensos puntos ciegos en la agenda mediática nacional que han ido siendo rellenados poco a poco por los realizadores audiovisuales y artistas de otras manifestaciones de muy diferentes maneras. Lo han hecho tanto por compromiso social, por consecuencia persona, como por enarbolar su legítimo derecho a participar verdaderamente de las dinámicas de su sociedad. No digo “en la construcción” o “transformación”, pues rehuyo las utopías y otros espejismos, pero sí creo que al menos tengo derecho a decir, ya cambie o no las cosas. Cuba sangra por esa herida y los nervios están muy caldeados a estas alturas. Poco a poco se van liberando las miles de atmósferas acumuladas pero falta demasiado aún…Y creo que lo más saludable de todo esto es que Gustavo nos hace invertir tiempo en hablar, pensar, repasar, revisar…tal vez soñar. Su mérito es hacernos discordar, pues eso nos recuerda que tenemos opinión propia. Pensamos, luego existimos ¿no? Y estamos ya participando, quebrando las unanimidades que han envenenado la esencia de esta nación…así que prosigan la disensión, la discordancia, las disonancias y las polémicas….
Eso sería el final de un abuso de poder absoluto Gustavo y el comienzo de un país donde se respete la libertad de expresión. Cuándo? “Ojalá, ojalá, ojalá, yo quiero ser feliz, ojalá, ojalá, ojalá…déjame vivir…” ;o)))
Estimado Gustavo Arcos, es usted uno de mis críticos cinematográficos predilectos, pero recuerde que El Rey de La Habana es una obra repleta de clichés y poco tiene que aportar al arte contemporáneo cubano. Me refiero tanto a la novela como a la película. Villaronga no acierta con la adaptación de la novela de Pedro Juan, un escritor cubano muy sobrevalorado internacionalmente. Como tampoco acertó Sergio Cabrera con Todos se van ni Cantet con Regreso a Ítaca (ambas ya estrenadas en Cuba, pese a los ridículos obstáculos). Lamentablemente, tampoco creo que se logre algo bueno con la tetralogía de Mario Conde. El cine “cubano-extranjero” contemporáneo ha demostrado ser bastante mediocre.
Por lo demás, muy de acuerdo con usted: la burocracia quiere matar al cine cubano, pero el cine cubano es más fuerte.
Saludos, Jack Daniels
Todavía de difícil apertura a las relaciones humanas con la isla, ojalá pudieran ya ser más humanas dichas interacciones.
Leonardo Padura “maldito”, yo he comprado libros de él en Cuba, como me gustaría que utilizaran términos más acorde a la realidad, el otro autor que mencionan, realmente no lo conozco, investigaré sobre él. Pero la película de la que hablan “El rey de la habana”, ojalá alguien me hubiera avisado de qué se trataba para ni comenzarla a ver, me asqueó, ese es el sentimiento que me invadió al comenzarla a ver y no poderla terminar por lo cutre y mediocre que me pareció. Slds.