Hechizada desde pequeña por el sonido de tumbadoras, timbales y bongoes, Yuliet Abreu Fernández, es parte de esa nueva generación que continúa la tradición musical de la popular agrupación cubana Los Papines. Tras probar en la adolescencia con el piano, “La Papina” descubrió que por sus venas corría “La Madre Rumba”. Fue entonces cuando cambió a los instrumentos de percusión, especialidad de la cual se graduó en el Instituto Nacional de Arte (ISA).
A su padre, Jesús Abreu, único sobreviviente de Los Papines fundadores, ha correspondido mantener el legado original del grupo los últimos años. Oriundos de la barriada habanera de Marianao, cuna de ritmos callejeros y de percusionistas de solar, los Abreu (Luis, Ricardo, Alfredo y Jesús) constituyen hoy y para siempre una referencia de la percusión afrocubana en el ámbito internacional.
¿Cuándo te uniste a los Papines?
“En el año 2001, tras el fallecimiento de mi tío Alfredo, me incorporé junto a mi primo Luis Abreu Chantres. Al principio no fue nada fácil, porque Los Papines nunca habían tenido una mujer en el grupo y fueron bastante exigentes conmigo. Además, la rumba es un género muy machista, donde las que somos del sexo femenino nos hemos quedado para bailar, hacer coros y solo en ocasiones cantar algún tema. Lamentablemente creo que hasta el momento soy la única cantante principal de un grupo de rumba cubano”.
Perteneces a la segunda generación de los Papines, ¿en qué se diferencia esta de la anterior?
“Yo tuve la oportunidad de trabajar con mis tíos Ricardo y Luis y con mi papá. Quizás deba aceptar que ellos eran más disciplinados, pero nuestro logro principal ha sido mantener la esencia, lograr cierta continuidad y semejanza respecto a Los Papines originales, lo cual es bien difícil porque ellos eran únicos”.
“Para nosotros es también muy importante la familia. Mi abuelo les inculcó a mis tíos y mi papá que la unión y la familia son lo más importante y eso es lo que nos han transmitido. Creo que si algún día Los Papines no pueden seguir con esa tradición, será mejor quedarnos en el recuerdo y dejar de existir”.
¿En qué nuevos proyectos trabajas actualmente?
“Ahora mismo estamos terminando un disco y también el periodista y crítico de arte cubano Pedro de la Hoz escribirá un libro sobre la trayectoria del grupo. No sabemos todavía cómo se va a llamar pues nos encontramos en la primera fase de entrevistas”.
“Personalmente quisiera iniciar un proyecto en solitario, sin por supuesto, salirme de Los Papines, yo estaré en los Papines hasta que existan. Pero es una deuda que me tengo a mí misma, un sueño viejo; quisiera probar con otro tipo de música, el feeling por ejemplo, y trasladar parte de nuestro antiguo repertorio a otros géneros más contemporáneos”.
¿Consideras que la rumba goza de buena salud actualmente en el país?
“Creo que sí, hay muy buenas agrupaciones como Yoruba Andabo, Osaín del Monte, y otras, que están haciendo un gran trabajo. Y es que la rumba, como el son, es Cuba, es un género que nos identifica, nos recuerda que somos una unión de diversas culturas, de la africana y la española. Nosotros somos un resultado un poco más cubanizado pero mantenemos la esencia del género”.
Durante el año 2013 la agrupación rumbera celebró medio siglo de vida con varias giras por algunas provincias de Cuba y Estados Unidos, nación donde antes estuvieron muchas veces. Alega Yuliet que fue un reencuentro con esa generación que conoció a Los Papines fundadores en sus inicios. “Tuvimos una gran aceptación, trabajamos en Nueva Jersey, Miami y Nueva York. Al público norteamericano le resultó muy interesante que ahora hubiera una mujer en el grupo. Aunque casi siempre canto o me mantengo marcando con la clave, allá toqué bastante tumbadora y a las personas eso les llamó mucho la atención. Fue una experiencia maravillosa, teniendo en cuenta que éramos Los Papines, la nueva generación”.
“Para concluir los festejos realizamos un gran concierto el 20 de diciembre del 2013 aquí en La Habana, en el Teatro América donde participaron grandes de la cultura cubana como Omara Portuondo, Juana Bacallao, Luis Carbonell, la orquesta de Pupy y los que Son Son, Isaac Delgado, entre otros muchos. Fue también un homenaje a mi tío Ricardo Abreu (Papín), fundador del grupo, en su 80 cumpleaños”.
Además de la música cubana Yuliet se comparte en una nueva responsabilidad, ser madre. “A mis 32 años, es algo que se debía, y que me hace muy feliz”. También manifestó a OnCuba su gusto por la composición, aunque solo ha realizado la música del tema “Besito uno, besito dos”, interpretado habitualmente por Los Papines en su repertorio.
Por: Elcira Martínez Adán
Fotos: Cortesía de la entrevistada