El Museo de Arte Contemporáneo de Palma Es Baluard, en la isla española de Mallorca, acoge desde este jueves la exposición “La utopía paralela. Ciudades soñadas en Cuba (1980-1993)”, con proyectos concebidos en los años ochenta por una generación de arquitectos, artistas y activistas nacidos con la Revolución Cubana.
Este proyecto del crítico y curador Iván de la Nuez con Atelier Morales —estudio de los arquitectos Juan Luis Morales y Teresa Ayuso— se podrá visitar hasta el 26 de septiembre en el espacio B de Es Baluard y se organiza en ocho capítulos que recorren desde los solares (una versión cubana de las favelas) a las barbacoas (una forma vernácula de ganar espacio en las edificaciones con puntales elevados), de acuerdo con un comunicado del museo.
El art déco que sobrevive en el Malecón de La Habana, el “kitsch” retro de los años cincuenta; de Italo Calvino en la Base Naval de Guantánamo; y de la ciudad colonial al bicentenario de la Revolución Francesa, son los demás espacios.
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Entre los autores de las obras en la exposición figuran Ramón Enrique Alonso, Teresa Ayuso, Nury Bacallao, Juan Blanco, Francisco Bedoya, Daniel Bejerano, Inés Benítez, Emilio Castro, Felicia Chateloin, Orestes del Castillo Jr., Adrián Fernández, José Fernández, Rafael Fornés, María Eugenia Fornés, Eduardo Rubén García, Óscar García y Universo Francisco García. Además, el listado incluye a Florencio Gelabert, Hedel Góngora, Alejandro González, Juan-Si González, Gilberto Gutiérrez, Héctor Laguna, Lourdes León, Teresa Luis, Jorge Luis Marrero, Rosendo Mesías, Juan Luis Morales , Huber Moreno, Rolando Paciel, Enrique Pupo, Ricardo Reboredo, Carlos Ríos, Patricia Rodríguez, Abel Rodríguez, Alfredo Ros, Gilberto Seguí, Regis Soler, Antonio Eligio Tonel, Eliseo Valdés y el Taller Le Parc (2ª Bienal de La Habana).
La década de los años ochenta en Cuba fue percibida por la arquitecta y escritora Emma Álvarez Tabío Albo como “década ciudadana” de la Revolución y por el crítico Gerardo Mosquera como “década prodigiosa”. El poeta Osvaldo Sánchez se refirió a aquella generación como “los hijos de la utopía”, el trovador Carlos Varela como “los hijos de Guillermo Tell”, e Iván de la Nuez como la protagonista de una “cultura disonante”.
“Entre 1980 y 1993, tuvo lugar en Cuba un proyecto insólito y contradictorio: la creación de una arquitectura occidental sin mercado, la puesta en órbita de una utopía colectiva ignorada por el mismo Estado socialista, la activación de un movimiento que comenzó como crítica al urbanismo oficial de la época y que hoy cobra actualidad como una espada de Damocles sobre las construcciones del capitalismo de Estado a la vista”, explica De la Nuez.
La exposición muestra varios proyectos que se desentienden de la imagen estereotipada y repetida hasta el infinito de las ciudades cubanas —en particular La Habana Vieja— y se extiende a pueblos tradicionales como Cojímar, desastres periféricos como Alamar o el impacto de la caída del Muro de Berlín en el Guantánamo de 1989.
La exposición está organizada por Es Baluard en coproducción con La Virreina Centro de la Imagen, a partir de la muestra “La utopía paralela. Ciudades soñadas en Cuba (1980-1993)”, con la colaboración especial del Archivo Cifo-Veigas, La Habana.