La serie Cuatro Estaciones, rodada completamente en La Habana, está disponible en Netflix desde inicios de diciembre en los más de 190 países a los que esta plataforma ofrece servicio, incluido Cuba.
Cuatro Estaciones está basada en cuatro novelas policíacas del escritor cubano Leonardo Padura, cuyo personaje central es Mario Conde, un detective que resuelve casos de cualquier variante criminal. Aunque Conde es representado por un actor blanco y de ojos claros como Jorge Perugorría, la calidad de su actuación salva cualquier distancia fenotípica con el Conde mulato de los libros.
La estructura del personaje en la serie de Netflix es bastante fiel al literario: un bebedor insaciable, divorciado, dueño de un pez llamado Rufino, con un montón de libros y otro montón de amigos. Un tipo que abandonó su carrera de escritor para convertirse en policía. Desencantado y profundamente melancólico.
Se trata de una coproducción hispano-alemana-cubana. La mayoría de los actores son cubanos, de los más destacados del cine y la televisión nacional, tales como Enrique Molina, Carlos Enrique Almirante y Mario Guerra. El rodaje se realizó en locaciones y calles de La Habana, y el guion lo escribió Padura junto a su esposa, la escritora Lucia López Coll, para la productora Tornasol Films (El secreto de sus ojos, 2010) y Nadcon Film (trilogía Millennium).
Las historias que aparecen se desarrollan durante las cuatro estaciones de un año. El primer capítulo se basa en Vientos de Cuaresma (1994), novela escrita en plena crisis económica y en medio de la primavera cubana en que llegan los vientos calientes del sur, coincidiendo con la Cuaresma. Esta historia trata sobre el asesinato de una maestra con un pasado político y académico “impecable”, y la búsqueda de un narcotraficante vinculado a la escuela donde Conde asistió. En esta novela, Mario Conde se enamora de Karina, una sensual investigadora aficionada al jazz. La trama se desarrolla en torno a las “zonas oscuras” de La Habana: el tráfico de drogas, la corrupción, el arribismo y el tráfico de influencias de una parte de la sociedad cubana de los años 90.
El segundo capítulo toma como base la novela Pasado Perfecto (1991), y trata sobre la desaparición de Rafael Morín, jefe del Ministerio de Industrias de Cuba. La principal sospechosa es Tamara, esposa de Morín y antiguo amor de Mario Conde. El desaparecido, conocido públicamente como un funcionario otra vez “intachable”, es investigado por Conde, quien descubre su verdadero pasado, oculto detrás de una enmarañada red de apariencias y complicidades.
El tercer episodio de la serie está basado en Máscaras (1997). En plena canícula habanera aparece el cuerpo estrangulado de un travesti, hijo de un diplomático cubano. Gracias a este caso, Mario Conde logra salir de la rutina de las oficinas para adentrarse en el mundo gay de la capital.
El último capítulo tiene como referencia a Paisaje de Otoño (1998), novela que cuenta la historia de Miguel Forcade, ex funcionario y coleccionista de arte que un día aparece muerto en la Playa del Chivo en La Habana. El cuerpo, hallado por un grupo de pescadores, presenta signos de haber sido brutalmente masacrado y con los genitales mutilados. El hecho desencadena una trama marcada por la corrupción y el oportunismo.
Los cuatro episodios –de 90 minutos cada uno– conforman una de las series audiovisuales que reflejan la compleja realidad cubana del Período Especial, llena de utopías e ilusiones perdidas.
Cuba ya estaba en Netflix
Antes de estrenarse la nueva serie policíaca rodada en La Habana, el tema “Cuba” ya estaba en Netflix. Con una simple búsqueda dentro del propio servicio se pueden encontrar dísimiles historias documentales y de ficción con escenarios y personajes de “la isla de moda”.
Algunos títulos son Furia cubana, una película sobre baile; Los reyes del mambo, otra vez la música y el baile; un documental sobre el Buena Vista Social Club y la película Papa: Hemingway en Cuba.
Y no solo eso. Netflix dedicó una serie documental de varios capítulos dedicados a la historia de la isla: Cuba Libre Story. La presentación de la plataforma anuncia la narración de “la turbulenta historia de Cuba, una nación de conquista extranjera, luchadores por la libertad e intrigas políticas de la Guerra Fría”.
Sin embargo, aun cuando está disponible en Cuba, en la práctica los habitantes de la Isla no han podido acceder a Netflix. Apenas unos meses después del acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, la empresa estadounidense anunció que ofrecería “una amplia variedad de contenido global. Series originales, películas, documentales, especiales de comedia y programas de TV, estarán disponibles para los consumidores cubanos a medida que mejore el acceso a Internet y crezca la disponibilidad de tarjetas de crédito y débito”.
Bienvenida Cuba! Netflix is now available pic.twitter.com/rMocX4Bk73
— Netflix US (@netflix) February 9, 2015
Aunque la intención de Netflix fue convertirse en una opción al Paquete semanal, su llegada a Cuba ha sido casi simbólica, pues las limitaciones de la conectividad a Internet, y las restricciones para acceder a formas de pago internacional como tarjetas de crédito, convierten en casi nulo el uso de esta plataforma en la Isla.
En aquel febrero de 2015, el cofundador de Netflix, Reed Hastings, comentó que “Cuba cuenta con excelentes productores de contenido y una gran cultura artística. Esperamos también compartir la riqueza estética del país con nuestra audiencia mundial de más de 57 millones de miembros”.
Cuatro Estaciones en La Habana es sin dudas una joya audiovisual cubana. Aunque plagada de los típicos clichés presentes en millones y millones de series de hoy, conforma una diferencia ante lo que vemos del lado de acá, lo pasable según “el filtro”. Muestran al cubano tal y como es y eso lo aplaudo inmensamente. Las tomas aéreas son de ensueño, una fotografía excelente, y sobretodo la actuación… digna de su elenco, incluso el secundario.
Sobre la serie The Cuba Libre Story, aplausos y sombreros quitados. Resulta increíble el modo natural en que allí se cuenta nuestra historia, sobretodo el modo neutral. A estas alturas del juego nos hemos vuelto especialistas en percibir lo forzado y realmente en ella se cuenta la historia tal cual sucedió. Juegan en todo momento con entrevistas ilustres de personalidades no solo nacionales, a la vez que le van mostrando al espectador una infografía muy bien diseñada. Mediante dicha infografía logran que la historia carezca de aburrimiento, del mismo modo en que las de la serie Cosmos: A Spacetime Odyssey hace que hasta el más religioso se interese por la ciencia.
Lo que más me gusta es que al proponerse entrar a Netflix, Cuba demuestra estar al tanto del nivel de categoría requerida, y cumple con los estándares al llevar par de medios audiovisuales que dejan en ridículo al mejorcito de los que ruedan por la TV. Hay una diferencia inmensa entre lo que se ha creado para el público internacional, a lo que se crea para nosotros los de a pie (ejem. no tenemos ni novela cubana aún).
Un piquete de creadores excepcionales está surgiendo, que por motivos que todos conocemos, no tiene cabida en una oficina de mil trabajos y 450 MN al mes. La diferencia es bien notable de cuando pueden volar libremente con su arte y van de la mano de una buena remuneración. Y es todo un fenómeno nacional; todo un departamento de desarrollo en la UCI demora meses en culminar un proyecto mediocre, en cambio uno solo de esos muchachos desarrolla un gran proyecto web, móvil, de escritorio, etc. en un mes… por los respectivos CUC.
Cuatro Estaciones en La Habana para mí ha sido de esas escasas veces donde me enorgullezco de un proyecto cubano.
Me hubiera gustado que Paisaje de Otoño terminara con el encuentro con Basura, el perrito callejero que aparece en la casa bajo la lluvia del ciclón Felix…
Me emocione mucho cuando lei en estos dias sobre Four Seasons in Havana! Sin duda alguna me propuse buscarla en Netflix para de alguna forma volver a vivir aquellas noches de Dia y Noche (por hacer una vaga comparacion). Vaga es la palabra correcta. A pesar que Padura es un buen escritor, al señor o equipo que se dio la tarea de llevar esta novela a la pantalla hay que darle una jabita de cocotazos. A la serie le falta tematica, eso sin contar que esta plagada de tomas aereas que nada tienen que ver al caso. Aburrida por momentos… monotona es la palabra correcta. Como todo lo que se produce en Cuba, logicamente viene con desnudos completos y escenas de templeta, ademas de ese enfasis en etiquetar a la sociedad cubana de chavacana, guapetona y mal educada. Que no necesariamente esta lejos de la realidad, pero no creo que sea motivo de orgullo.
Excelentes actores con un pesimo libreto.
Saludos
La serie “Four Seasons in Havana” me parece una producción genial. Rasgos más impresionantes para mi: la fotografía de la Habana como la ve cada día el cubano normal, exponer la inmensa complejidad del sistema económico político y social en q esta cuba se encuentra y el guión en español (la traducción al inglés es decente pero imposible de captar el sabor del cubaneo). En mi opinión demasiadas escenas de sexo injustificadas.
Ahora estoy viendo “Cuba Libre” el documental en Netflix. So far, so good!
De donde te has sacado q Mario Conde es mulato? Es blanco, como muchísimos cubanos y no tengo nada en contra de los mulstos, mi marido lo es. Padura ha supervisado el guion de la serie, tu crees q habria permitido cambiar el color del protagonista?
bueno y yo que soy un ávido lector de audiovisuales cubanos, como consigo 4seasonsinHavana, alguien me las vende, y cuba libre story, tel58044272
ya vieron “Patria o Muerte ” en HBO ?? Ahi si hay !!
complaciente en la historia y casi porno,pero pasable….ayudo a “el artista cubano “….en fin, buen intento !!!lastima no la vean en Cuba…normalmente…..
Padura está como Cohelo, o peor, con esas limitaciones del subdesarrollo…
En mi criterio,la mejor actuación es la de Luis Alberto García,que ni se menciona en este artículo y la de Perogurría se me queda con un sabor exterior que no convence.-Sólo Luis Alberto crea un personaje convincente,orgánica,creible,sólida.-Muy meritoria la labor de Carlos Enrique Almirante y también la de Mario Guerra.-Escenas de sexo por gusto,palabrotas a veces por gusto también.-