Han sido días intensos para el Conjunto Folklórico Nacional, pero este viernes 3 de mayo se podrá apreciar el resultado de tanto esfuerzo: sube al escenario de la sala Avellaneda del Teatro Nacional Comunidad el más ambicioso estreno de los últimos años en la compañía.
El joven director de la agrupación, el primer bailarín Leiván García, es el coreógrafo de este espectáculo para toda una función, una propuesta integradora, en la que confluyen varias expresiones y formatos artísticos.
Y aquí también se puede concretar, de alguna manera, una aspiración mayor: la renovación por la que apuesta la principal compañía de las danzas populares y tradicionales cubanas en su proyección escénica.
El tan llevado y traído debate sobre la contemporaneidad de la danza folclórica escénica sigue vigente. Leiván García, participante habitual en coloquios y paneles sobre el tema, cree que la mejor manera de decir es hacer.
“Aquí pretendemos explorar los límites entre lo clásico y lo folclórico, la danza, el teatro y el audiovisual. La obra aborda temas álgidos de nuestra cultura para exponerlos y cuestionarlos desde la ficción y el movimiento, la música y la imagen”, dijo a OnCuba.
Ante la perspectiva del montaje, García se hizo varias preguntas. “El baile folclórico siempre demandará del cuerpo una energía, una presencia y una plasticidad en la escena muy particular; pero, ¿cómo ese lenguaje místico, técnico y estético componen un resultado contemporáneo sin perder sus orígenes? ¿Cómo establecer un discurso crítico ante el racismo y otras problemáticas de nuestro tiempo?
“No solo se trata del color de la piel. Las costumbres, creencias, la historia misma y el enfoque artístico pasan por el racismo que habita en la escena dancística. Muchas veces de manera explícita; otras, por caminos menos visibles.
“Los ‘grilletes’ vuelven a esclavizarnos, ahora el hierro y el cuero fustigan los lenguajes y los modos, los espectáculos e incluso las políticas culturales”.
Podría parecer una afirmación extrema, asumiendo la contundencia de las políticas públicas sobre el asunto. Pero la ley es mucho más que el papel. Y el arte puede contribuir.
Es arte… y no es poco
Leiván García está convencido de que el arte no es la respuesta definitiva ni la única a acuciantes problemas de la sociedad. De hecho, rechaza burdas instrumentalizaciones de la creación. Pero piensa que en tiempos de debates tan encarnizados hay que escuchar a los artistas, pues la lidia es también estética. Y es hora de asumir enfoques interdisciplinarios.
“Por eso la música tradicional coexistirá con una orquestación clásica; juntas develarán los misterios congos, los ritmos y cantos tradicionales. La Orquesta Sinfónica Nacional, junto al Maestro Alejandro Falcón, interpretará una obra que consta de tres movimientos. La inspiración de esa pieza está en la música tradicional perteneciente al culto religioso conocido en Cuba como Regla Palo Monte. El Coro Nacional, bajo la dirección de la Maestra Digna Guerra, recreará los cantos tradicionales de una de las manifestaciones llegadas a Cuba de tierra Bantú: la Yuka”.
Nadie se ha planteado una ruptura con la tradición. Pero la tradición no es un ente inamovible. La compañía tiene que marchar con los tiempos.
“El sentido primigenio del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba fue el trabajo de investigación en las raíces culturales. Y siempre se puso atención en la actualidad, que es evidencia de los cambios históricos y sociales, que inevitablemente inciden en el espectador y exigen a la escena concebir nuevas formas de pensar su construcción.
“Es necesario cuestionar la relación entre el espectador y el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, atender la falta interés de los nuevos creadores por recuperar la fuerza creativa que identificó a la institución en sus primeros veinte años, reconocer la capacidad de gestión y los grandes logros coreográficos, y recuperar el espacio que le corresponde a una compañía nacional”.
Leiván García no está solo ante tantos desafíos. Se siente arropado por su equipo: bailarines, maestros y técnicos.
“En estos tiempos es necesario reconstruirse como creador, hay que repensar los procesos para resignificar sentidos de la labor escénica”.
Un homenaje a los maestros
García afirma que Comunidad pretende homenajear al primer espectáculo del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, en el año 1963.
“Nos propusimos investigar en el repositorio del Conjunto, sus piezas, procesos creativos y tradición como fuentes posibles para el montaje de la pieza. Intentamos sistematizar un tipo de entrenamiento corporal y creativo que tributara a la renovación estética la danza folclórica partiendo de otras fuentes escénicas”, dijo a OnCuba.
“Para eso —considera— era necesario investigar con métodos actuales sobre nuevas posibilidades sonoras, musicales y visuales para la danza folclórica, para generar estructuras espectaculares y dramatúrgicas que permitieran cruces oportunos entre la danza, el teatro y el audiovisual”.
Como se ve, es un empeño demandante. Leiván cree que es imprescindible abrir espacios a nuevos productos escénicos interdisciplinarios desde una estética más contemporánea de la danza folclórica.
“Se ha dicho muchas veces pero habrá que seguir diciéndolo, para atajar ciertos equívocos: el Conjunto Folklórico Nacional no hace el folclor; el folclor lo hace el pueblo. A nosotros nos toca estar a a la altura de ese acervo, asumirlo, recrearlo, honrarlo… Por ahí va Comunidad, y es solo un trecho de un largo camino”.
Periodista, fotógrafo, "narrador de historias". Va por la vida mirando y escuchando, con una curiosidad casi infantil, para después contarlo todo en crónicas muy personales, que a algunos pueden parecerles exageradas (y es probable que tengan razón). Dice que la memoria es mitad realidad y mitad pura invención.