Los que le gritan locos, están locos. Ellos danzan en su propio planeta. Han devuelto a las calles de Santiago la gracia sin vendimia, la inocencia.
Él tomó dos latas de pintura en algún basurero y armó la batería. Con dos palillos se convirtió en maestro. ¡Tan, tan, tan! Ella navega en su improntu infinito. ¡Tan, tan, tan! Ella se arquea, estira al viento la bufanda raída de Isadora.
El mundo para su loco correr, gira sobre su eje, se arracima. El mundo se vuelve insólito, atónito, esdrújulo. Y caen a su alrededor unas monedas mágicas, como en los cuentos.
Ellos bajan desde el Puerto de Boniato, desde una casa arrancada a la montaña. Bajan con el amanecer en el bolsillo. No necesitan luces ni escenario: ellos rinden cualquier esquina, cualquier parque. Los aplausos son como exorcismos.
Alexis y Maricel no se parecen a sus nombres comunes, a sus nombres mortales. Alguien les volvió a bautizar como Sacrificio y Alegría. No busque quién es quién, no habrá respuesta.
A ellos los parió la vida. Ellos danzan en su propio planeta.
Excelente como todo lo que haces…porque cuando intervienen la sensibilidad y la inteligencia, el resultado es el mejor. Te ha tocado -no tengo dudas- recoger todas estas historias de personajes que dan color y sabor a nuestro Santiago…y convertirlas en poesia. No te detengas…un beso desde aca…
Tan bien comos siempre. Esa forma tan especial de acalorar los amores personificados de la ciudad más especial del Caribe sólo lo tienes vos. Te adoro amigo…
Un beso enorme y continúa sorprendiéndonos con eso que no podemos ver día a día pero que conservamos en el amor por SANTIAGO
Isadora en estropicio, en el vértigo de la imago, un ¡Tan, Tan, Tan! Que golpea corazones derribando los muros del Jericó de la indolencia. Todo visto, sentido, reflejado de las manos maestras de Cedeño, poeta devenido cronista de su Santiago, nuestro Santiago. Gracias.