Silvina Fabars acaba de recibir el Premio Nacional de Danza. Pedagoga urbi et orbi, se enteró en Camaguey, donde imparte clases con el mismo fervor y amor por una disciplina que la ha puesto al frente de aulas en medio mundo, desde Inglaterra y Japón hasta el mismísimo Iraq…
El coreógrafo Iván Tenorio encabezó el jurado que galardonó a esta primera figura del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, por delante de las prestigiosas bailarinas Maria Elena Llorente (Ballet Nacional de Cuba), Marianela Boan (Danza Contemporánea), Marisel Godoy (Codanza) y Clara Luz Rodríguez.
Al enterarse de su elección, en pleno evento Rumbatéate, Silvina comenzó a sudar más que si estuviera dando sus clases, o encarnando a una deidad yoruba en sus danzas frenéticas… Sin desdorar sus dotes como bailarina, Tenorio enfatizó que este premio reconoce principalmente a la gran maestra, siempre dispuesta a compartir sus saberes.
De hecho, actualmente adiestra tanto a los bailarines profesionales del Conjunto camagüeyano Maraguán, como a niños de la Casa de Cultura local. Lo asume quizás con esa fe militante en sus ideales que cultivó en su natal Realengo 18, cuya silvestre belleza desbocó la pluma del gran Pablo de la Torriente, hace como 80 años…
Apodada la Diosa de Ébano del Folclórico Nacional, Fabars ha sido desde guerrillera hasta alfabetizadora, pero su pasión es el baile, como le contó en exclusiva a OnCuba en una entrevista que nos concedió a inicios de año, y que reproducimos nuevamente como regalo a la flamante y merecedora ganadora del Premio Nacional de la Danza-2014.
Visite enlace: Silvina Fabars, una eterna reina del movimiento