La primera bailarina Viengsay Valdés, subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba, señaló que los bailarines cubanos que han emigrado no lo han hecho por razones políticas y reiteró su compromiso con el legado de Alicia Alonso.
“Muchos se han ido por decisiones propias porque han querido buscar nuevas metas. Muchos bailarines, algunos ‘parteners’ míos se han ido, pero han sido decisiones personales. No hay nada político que les haya obligado; ellos han decido hacerlo y se debe respetar el camino que cada persona decide tomar. No es obligatorio estar en un lugar y tampoco estamos obligados a irnos”, dijo Valdés en entrevista con el diario español El Mundo a propósito de la gira del Ballet Nacional por escenarios ibéricos.
Preguntada por la salida definitiva de Cuba de bailarines de renombre agregó: “Son decisiones personales, decidieron irse, y sucedió. No critiquemos ni alabemos. Fueron muchos bailarines, pero tenemos una escuela en la que nos entran cada año entre 15 y 20 bailarines; esa es la gran suerte que tenemos”.
Valdés, nacida en La Habana en 1976, explicó que Alicia Alonso sigue siendo la directora general del Ballet Nacional de Cuba y un orgullo para los bailarines formados en la isla. Preservando la obra de sus fundadores, Alicia y Fernando Alonso, dijo, se ha impuesto el propósito de actualizar la compañía cubana de ballet.
“Siento un gran respeto por ese gran legado histórico de sus fundadores. Hay que preservarlo, pero también debemos actualizarnos a nivel internacional. Nuestra escuela cubana de ballet ha generado bailarines que han sido estrellas mundiales; algunos se han ido a otras compañías, pero han sido formados en Cuba”, expresó.
“Tenemos más de 700 obras en nuestro repertorio, incluyendo los grandes clásicos. Uno de mis propósitos es proyectar a la compañía, actualizándola con las últimas tendencias”, agregó la bailarina incluida entre las mejores del mundo por la prestigiosa revista Dance Europe.
Valdés elogió que el desarrollo de la cultura no haya dejado de ser prioridad de las autoridades en la isla. “En Cuba una de las grandes preocupaciones del país y del gobierno siempre ha sido la cultura. La cultura cubana está muy desarrollada porque tiene un apoyo incondicional del Estado. Son gratuitas todas las artes plásticas, la música, el ballet, la danza… así nacen y nacen artistas como flores. La cultura es muy accesible al pueblo. Una entrada al ballet cuesta un dólar. Cualquiera que pase delante del teatro, hasta el más humilde, puede ver al Ballet Nacional de Cuba, reconocido en todo el mundo. Eso permite tener un país muy avanzado culturalmente”, apuntó.
La reconocida bailarina indicó que el sello característico del ballet cubano pasa por la musicalidad y sensualidad de sus bailarines. “A partir de un estudio que hizo Fernando Alonso sobre la fisonomía del cubano y tomando como modelo a Alicia Alonso, se cambió la forma de hacer los pasos. Le dimos la musicalidad, que es algo muy innato de los cubanos; llevamos el ritmo en la sangre”.
“Se caracteriza también por la sensualidad de la mujer, la virilidad del hombre y esa química de la pareja. Los altos saltos de los chicos, por su potencia muscular, y los giros los bailarines”, agregó.
Viengsay Valdés: Quiero que el Ballet Nacional de Cuba esté entre las mejores compañías del mundo
Valdés consideró que el ballet en Cuba es tan importante, que los niños se incorporan como lo hacen en España en los clubes de fútbol. “Sus fundadores, Alicia y Fernando Alonso, masificaron la compañía en La Habana y también se dedicaron a viajar por toda la isla. Actuaron en teatros, pero también en una granja, en un pequeño teátrico, en un estadio… Ellos masificaron el arte del ballet. En Cuba todos conocen el ballet y los niños se alistan a él, como hacen los niños de España con el fútbol. Es algo de lo que los padres están orgullosos; no existe ese machismo y se alistan miles de niños al año”.
La artista reveló que nunca dejó Cuba a pesar de tener ofertas internacionales porque siempre ha sido bien recibida en su país y bien querida. “Es por la satisfacción de volver a mi país, donde tengo a mi familia, mi esposo, mi compañía… Me siento bien recibida y bien querida; eso es impagable. Si hubiera estado encerrada… pero tengo la oportunidad de viajar al mundo y seguir promocionarlo lo que hago. Puedo crecer profesionalmente a nivel internacional y volver a mi querida Cuba”.