Hoy cumple 70 años Juan Formell. Compositor, orquestador, contrabajista, director y fundador de Los Van Van, este hombre tiene el cariño de la mayoría de los cubanos. OnCuba se suma a la celebración y aprovecha para publicar fragmentos de una entrevista realizada a Juan Formell, justo cuando entregaba la dirección de la orquesta a su hijo Samuel.
Usted acaba de entregar a su hijo la dirección de la orquesta. ¿Cómo se siente?
Lo que ocurre es que uno debe saber cuando llega el momento de dejarle a los más jóvenes la posibilidad de crear. He tenido problemas de salud que me han impedido estar a tiempo completo con la orquesta. Ahora me dedico más a estas cosas, entrevistas fotos, contratos. Eso no quiere decir que no sea parte de Van Van, trabajo todo lo que puedo y revisamos juntos cada tema que sale.
La crítica ha dicho que eso podría suponer el fin de Van Van o el comienzo de una nueva orquesta con ese nombre, ¿qué piensa usted?
No estoy de acuerdo porque seguimos siendo los mismos, hemos ido cambiando lo que ha sido necesario. Cada época ha tenido sus propias características. Hay quines dicen que ahora le cantamos más al amor, puede ser, pero no hemos abandonado la crítica social. La sonoridad, el ritmo, el alma de Van Van sigue presente.
Tampoco soy imprescindible, mi hijo Samuel nació con la orquesta y creció en medio de ella. Lleva 14 años en la banda y la conoce lo suficiente como para no dejarla caer. Es un excelente músico y tiene mucho talento para dirigir.
Usted hablaba de la crítica social en los textos de las canciones y eso creo que los distingue. Van Van ha logrado muy bien el doble sentido en sus canciones para ser lo que muchos han llamado “cronistas de su época”.
Yo comencé a hacer música con una guitarra, por lo que la trova fue un género que marcó de alguna manera mi formación. Y si hay algo que disfruto es escuchar cómo el cubano utiliza mucho el doble sentido para resumir en una frase, ideas con las que puedes escribir una historia.
No hace falta ser vulgar y creo que ahí es donde demuestras tu inteligencia como artista. Si logras decir lo que quieres con el lenguaje de la calle, si los personajes de tus canciones son la misma gente que baila con ellas, si puedes provocar que los demás piensen con lo que cantas, entonces el éxito está asegurado.
Eso no lo inventamos nosotros, El Beny, Los Matamoros, Ñico Saquito, eran cronistas de su tiempo. Quimbombó que resbala por la yuca seca, Si yo subo la loma voy detrás de ese mulo, son frases que los compositores que nos antecedieron utilizaron muy bien. Hace unos días, mientras me fregaban el carro, escuché a un hombre decirle a otro: recuerda que somos fósforos de una misma caja. Con eso puede hacerse un número buenísimo.
¿Además de músico?
Me encantaría escribir una comedia musical. Supongo que es una herencia de mi padre. Él, además de músico, le encantaba escribir obras de teatro. Si me alcanza el tiempo, si la vida me lo permite, haré la comedia utilizando esa misma idea de explicar al cubano y a la sociedad a partir de lo que dice la gente en la calle, explorando mucho el doble sentido, por supuesto.