Dulce Pontes, una reina del fado, cantará en Cuba

Una de las más singulares voces de la historia del fado, la portuguesa Dulce Pontes, cantará en Cuba el próximo 11 de octubre como invitada del Festival Les Voix Humaines (Las Voces Humanas).

Probablemente ella no lo sepa pero a Cuba llegó hace casi una década mediante la danza, cuando la coreógrafa española Maruxa Salas conquistó una mención en el Concurso Iberoamericano de Coreografía con Didenoi  y estrenó en un Festival Internacional de Ballet de La Habana aquella pieza creada sobre dos temas cantados por la Ponte. Su voz sembraba ambivalencias hasta en los espectadores más aguzados en el arte del movimiento, algunos no sabían si la emoción la causaba del todo la coreografía o la selección musical, eso sí, no cabía dudas del genial apoyo que la melodía y el tono le brindaban a la gestualidad, que la idea coreográfica se imbricaba muy bien con la tristeza y lamento de la pérdida. Didenoi no solo nos llevó a apreciar la danza sino que convirtió a muchos del público en cazadores de los discos de la cantante.

Hoy cuando tenemos inquietudes sobre una artista, todos los que pueden recurren a Google y/o a Youtube para saciar dudas y ampliar cultura. Pero Dulce Pontes llegó a Cuba cuando la CEPAL sondeaba menos del cinco por ciento de la población de la isla con acceso a internet y a una velocidad de conexión tan lenta que Youtube cuando abría parecía más un sitio de fotos que de imágenes en movimiento. Dada la circunstancia, aquella mujer pasó a integrar la cofradía de tantas artistas imaginarias en la mente de los cubanos, lejana, sin rostro ni cuerpo, sencillamente una voz, dramática y dulce, como su nombre. Mientras la portuguesa hacía historia, contribuyó al renacimiento del fado a fines del pasado siglo. Basta escucharla una vez para dilucidar las razones.

La Pontes ha actuado en famosos escenarios y junto a artistas como los italianos Ennio Morricone y Andrea Bocelli y los españoles José Carreras, Estrella Morente y Carlos Núñez, la caboverdiana Cesária Évora y los brasileños Caetano Veloso y Marisa Monte.

Su primer disco en 1992 contenía canciones pop pero ya entonces era una reputada fadista y lo demostró en su segundo fonograma Lágrimas, donde mezcló antiguos ritmos con instrumentos modernos en busca de nuevas formas expresivas musicales.

Con gran originalidad, creó versiones modernas de piezas clásicas pero también asumió las composiciones tradicionales con todo el rigor requerido, lo cual le dio la denominación de “sucesora y heredera de Amália Rodrigues”, la más importante cantante de fado en Portugal.

Uno de los temas de Lágrimas, Canção do Mar, ganó fama al ser utilizado en una telenovela y se considera uno de los mayores éxitos de la canción portuguesa de siempre, incluso forma parte de la banda sonora del filme estadounidense La dos caras de la verdad, protagonizado por Richard Gere y Edward Norton.

Otros discos consolidaron la carrera como fadista y al mismo tiempo ampliaron la versatilidad de la artista, pues Ponte traspasa con facilidad las fronteras de varios géneros musicales.

El fonograma O Primeiro Canto, lanzado en 1999, confirmó su interés en adentrarse en la world music al introducir elementos del jazz y dar una nueva vida a antiguas tradiciones musicales de la Península Ibérica.
Una edición especial de este disco incorpora el célebre tango del argentino Astor Piazzolla Balada para un Loco, Ponte no ha permitido que los idiomas sean barreras.

En 2003, la artista presentó un álbum muy especial, Focus, fruto de una colaboración con el maestro Enio Morricone, quien compuso obras originales especialmente para la voz de Pontes, así que pudo combinar nuevas piezas con algunos de los clásicos del músico.

Los 10 discos de la cantante dan fe de su talento musical y altos valores de la compositora. Cuentan que en colaboración con José Carreras, protagonizó la apertura oficial de la elección de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo con el tema One World (Todos somos uno), de su autoría, para la mayor emisión televisiva de la historia.

Como un sueño hecho realidad, el Teatro Mella, donde muchas veces el Ballet Nacional de Cuba bailó Didenoi, recibirá a la cantante de carne y hueso, ya no solo la voz, para palpar la poesía, la pasión, la nostalgia dulce de un timbre sublime, único. Entonces Dulce Pontes dejará de ser un ángel que susurra nostalgias desde una nube para convertirse en mujer.

https://www.youtube.com/watch?v=GK_4EdYjaIM

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