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Todavía internado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto, de Guantánamo, el trovador Eduardo Sosa continúa en coma profundo sin evidencias de recuperación.
Su pronóstico, que en los últimos días había sido “reservado”, ahora es “desfavorable”, de acuerdo con el último parte médico, difundido por el Instituto Cubano de la Música. Pese a los esfuerzos terapéuticos, el team médico destaca también las complicaciones respiratorias y renales que padece el cantautor santiaguero.
Sosa, de 52 años, sufrió el accidente cerebrovascular durante un recorrido por territorio guantanamero, donde participaba en la Cruzada Teatral y en debates del X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Dada la magnitud del derrame cerebral, los especialistas decidieron someterlo a una intervención quirúrgica que “cumplió su objetivo” en ese momento, pero que “no resuelve completamente el problema”, según valoraciones médicas.
Su situación ha generado gran consternación en el ámbito cultural de la isla, y entre los miles de seguidores que disfrutan su música y sus interpretaciones.
El reconocido artista inició su trayectoria musical a los 12 años y en 1997 formó el dúo Postrova, que durante cinco años se ganó la aceptación del público por la calidad de sus propuestas.
Tras la disolución de Postrova, Sosa continuó su carrera como solista, consolidándose como uno de los más genuinos herederos de la trova tradicional cubana, la que ha defendido con orgullo aportándole un sello propio con sus interpretaciones.