Después de 44 días Fernando Pérez ha terminado el rodaje de La pared de las palabras, su octava entrega al cine cubano, que espera sea el retrato de un fragmento de vida más que una película.
Para este empeño reunió a actores de la talla de Isabel Santos, Verónica Lynn, Laura de la Uz, Jorge Perugorría y Carlos Enrique Almirante, quienes son los responsables de lograr la veracidad de la historia y de cada uno de sus personajes creados por la guionista Zuzel Monne.
Según el sitio oficial de la película www.lapareddelaspalabras.com la sinopsis de este filme nos habla de Luis, un hombre enfermo que no habla, ni se mueve y vive recluido en su silla de ruedas y en su mundo interior. Su familia, principalmente su madre, ha vivido dudando de cuánto de su amor ha llegado hasta él, de cuánto han podido comprender ellos, su abuela, su hermano, sus necesidades y angustias. Al mismo tiempo Luis lucha por liberarse de sus sujeciones físicas y de poder mostrar a los otros todo aquello que guarda dentro de él.
El propio director ha expresado que aspira a que este filme no sea únicamente una película sobre la discapacidad, sino sobre el difícil ejercicio de la comunicación humana.
En este sentido también ha expresado que: “La pared de las palabras tratará de expresar ese arduo y escabroso camino, no sólo a través de Luis, sino de toda su familia y su entorno social. Porque, con frecuencia, somos los seres humanos clasificados como normales los más incapaces de entender palabras, señales, ondas, miradas que se pierden en la oscuridad de lo cotidiano”.
Como todos los proyectos de Fernando, este no es menos complejo, por eso se ha hecho acompañar de buenos profesionales con los que ha venido trabajando como Raúl Pérez Ureta, director de fotografía y Eric Grass, director de arte, quienes lo ayudaran a crear la atmósfera de un filme que ha venido soñando hace algún tiempo.
Al mismo tiempo este director ha asumido las lógicas de producción con las que trabajan los cineastas más jóvenes en Cuba, ya que esta es su primera producción independiente, lo que implica cambios en las nuevas maneras de enfrentar el proceso creativo. Uno de estos retos es la edición, etapa en la que se encuentra el filme y que está a cargo de Julia Yip, y que se hará completamente en una laptop.
Lo anterior demuestra que, a pesar de ser una de las principales figuras del cine cubano, Fernando siempre está dispuesto a aprender nuevas experiencias que enriquezcan su narrativa, la manera como cuenta una historia.
Lo más importante de todo ello es que ha confesado, sin temor a parecer ridículo o ingenuo, sentir en cada nuevo trabajo la misma zozobra creativa de siempre, el salto al vacío, repleto de riesgos e iluminaciones.
“La flecha se ha disparado en busca del blanco y ahora lo importante es su vuelo: seguir su rumbo a base de intuiciones, búsquedas y, fundamentalmente, emoción”, ha dicho.