Isabel Allende se siente “muy preocupada” por millones de inmigrantes que viven ilegalmente en el Estados Unidos y temen ser deportados. Y aunque no confía en que el gobierno del presidente Donald Trump vaya a revertir sus políticas migratorias de mano dura, tiene un consejo para ellos: “paciencia y fe en que las cosas mejoran”.
“No tengo ninguna esperanza positiva para el gobierno de Trump y tampoco confío en el Congreso”, expresó la autora de éxitos literarios como La casa de los espíritus, La hija de la fortuna y Paula.
“Pero creo que hay fuerzas muy positivas en este país que se mueven bajo la superficie”, dijo en referencia a organizaciones no gubernamentales y grupos de activistas que trabajan defendiendo los derechos de los inmigrantes.
En una extensa entrevista con The Associated Press realizada en un hotel céntrico de Miami, Allende habló de la inmigración, la vejez y su más reciente novela, Más allá del invierno, que acaba de salir a la venta en Estados Unidos tras su lanzamiento en mayo en España y Latinoamérica.
Ambientada en Brooklyn, la novela es una historia de amor a la edad avanzada que entrelaza la actualidad con un pasado reciente en Guatemala y la década de los años 70 en Chile y Brasil.
A lo largo de 350 páginas Allende se embarca en el tema de política, el arte de la supervivencia y la esencia del amor, salpicados por detalles de la vida interior de inmigrantes y refugiados que llegan a Estados Unidos escapando de la violencia y la persecución política.
Aunque la inmigración ilegal está presente en la historia, la escritora chilena-estadounidense asegura que no se inspiró en las políticas de Trump.
“Es una casualidad porque cuando terminé la novela él no era presidente, pero ya se hablaba de la tragedia de los inmigrantes”, expresó.
Recordó que antes de la presidencia de Trump, decenas de miles de niños cruzaron la frontera escapando de la violencia en Centroamérica y dijo que está empapada del tema porque en su fundación recibe a inmigrantes y refugiados que acuden en busca de asesoramiento y ayuda.
Bajo Trump se han casi duplicado las detenciones de inmigrantes que viven ilegalmente en el país y se han cancelado programas que ofrecían un estatus legal temporal a extranjeros. El anterior gobierno del presidente Barack Obama deportó a más de 2,7 millones de inmigrantes, el mayor número en más de un siglo.
Allende quería abordar también la historia de tres personas en un momento malo de sus vidas. Quería contar lo que dice Albert Camus en la cita que aparece al inicio de la novela: “En medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible”.
La propia escritora dice que estaba pasando por un invierno emocional. Llevaba años sintiéndose sola y vacía, se había divorciado tras 28 años de matrimonio, había fallecido su agente Carmen Balcells, a quien consideraba como una madre; habían muerto tres amigos muy cercanos y su perra Olivia, su mascota por 15 años.
“Fue una época invernal, que se prolongaba”, expresó Allende, quien ha escrito más de 20 libros desde 1982 y vendido más de 67 millones de ejemplares.
La cita de Camus le recordó que ya había pasado por otros inviernos así, cuando murió su hija Paula a los 29 años o cuando salió exiliada de Chile tras la llegada de la dictadura militar de Augusto Pinochet, y que siempre había vuelto a encontrar el verano.
Escribir el libro le ayudó a salir de su invierno, dijo, y ahora su vida ha cambiado completamente tras haber encontrado un nuevo amor que pronto irá a vivir con ella y su perra en su casa de las afueras de San Francisco, California.
La idea de la novela surgió en la Navidad de 2015, en una casa de Brooklyn donde tomaba café con otras cinco personas, entre ellas su hijo Nicolás y su nuera Lori. Alguien le preguntó qué iba a empezar a escribir el 8 de enero, la fecha en que siempre ha comenzado sus libros a lo largo de su carrera de 35 años, y fue tomando ideas que luego se convirtieron en el esqueleto del libro.
En octubre de 2016, justo antes de que Trump fuera elegido presidente, terminó el primer manuscrito.
Más allá del invierno aborda el tema de los inmigrantes a través de tres personajes principales, pero es Evelyn Ortega la que le ayuda a exponer con detalles la violencia y la inseguridad en Centroamérica, el cruce de la frontera con México y el temor de vivir ilegalmente en Estados Unidos. Los otros dos personajes son Lucía Maraz –una inmigrante chilena inspirada en parte en la misma autora– y Richard Bowmaster, un profesor estadounidense de asuntos latinoamericanos.
El personaje de la joven guatemalteca fue inspirado en una chica real que acudió en busca de ayuda a su fundación.
“No tuve que inventarlo, desgraciadamente. Lo que tuve que hacer, más bien fue cortar para quitarle un poco de la violencia extrema” y el lector pudiera aceptar la historia, explicó Allende. “La realidad es mucho peor de lo que aparece en el libro”.
Vestida con un saco azul oscuro y un collar plateado, la escritora dijo que no le teme a la muerte sino a la vejez.
“La vejez como yo la he visto en mis padres es dependencia”, expresó tras explicar que su mamá, de 97 años, y su papá, de 101, viven en un apartamento en Chile bajo el cuidado de cuatro personas que se turnan para asistirlos las 24 horas del día.
“Yo no quiero vivir así”, manifestó. “Quisiera vivir mientras tengo la posibilidad de ser independiente y de cuidarme sola”.
AP / OnCuba
Si estamos a favor de la inmigración ilegal es porque nos basamos en un sentimiento de Compasión por estas personas, pero no podemos apoyarnos en ningún tipo de Derecho o Legalidad porque no lo tienen. La solución a los inmigrantes ilegales esta en resolver los problemas sociales y económicos de esos países que es la causa verdadera del problema.